Martínez Vidal, la líder de Cs en Murcia que lo cambió todo: "Los votantes castigarán por esto al PP"
Renuncia a ser coordinadora regional para intentar ser madre pero se mantiene fiel a la dirección nacional de Ciudadanos.
6 julio, 2021 02:00Noticias relacionadas
Hace tres meses y medio la entonces coordinadora de Ciudadanos en la Región de Murcia, Ana Martínez Vidal, casi corona la cima de la política autonómica convirtiéndose en presidenta de la Comunidad. Todo ello, a través de una moción de censura que pactó con el PSOE para desalojar del Palacio de San Esteban al que hasta ese momento era su socio: el PP.
Este domingo, Martínez Vidal sorprendió a los militantes dando un paso atrás a nivel orgánico al dimitir de su cargo al frente de Cs. "Quiero ser mardre", explica a EL ESPAÑOL esta ingeniera de Caminos, Canales y Puertos, de 42 años, en la primera entrevista que concede a un medio tras su renuncia.
La formación naranja no se había terminado de reponer de la dimisión orgánica de la líder murciana, cuando este lunes se producía el adiós de Juan José Molina como secretario de Comunicación, que a la postre fue el otro gran impulsor de la moción de censura al PP.
Martínez Vidal y Molina son los únicos diputados a los que reconoce la dirección nacional en la Región desde que sus entonces compañeros -Isabel Franco, Francisco Álvarez, Valle Miguélez y Alberto Castillo- rompieron la disciplina de voto protagonizando un tamayazo.
¿Usted dimite como coordinadora regional de Ciudadanos para dinamitar el partido o para forzar una crisis orgánica?
Todo lo contrario. Me he mantenido como coordinadora del partido en el momento más difícil, precisamente, para mantener el timón de Ciudadanos en una situación política muy complicada: hemos vivido un tsunami en Murcia y en toda España.
La moción de censura no salió adelante porque el PP compró a unos diputados, y nosotros, tanto Juanjo [Molina] como yo, nos vimos en la obligación de mantener las riendas del partido hasta que en julio ha finalizado el curso político y hemos pasado al grupo mixto.
Yo podría haber dimitido tras la moción, cuando había una situación muy delicada, pero ahora el partido tiene un equipo: 8 personas en la junta directiva y 16 en la ejecutiva autonómica. Es gente preparada, que no está retribuida y le quita tiempo a su vida personal. Creo que es el momento de dejar en manos de todos ellos el proyecto de Ciudadanos en Murcia.
¿La dirección nacional la ha obligado a dejar su cargo como coordinadora por el fracaso de la moción de censura?
En ningún caso. Yo envié mi carta de renuncia el jueves, expliqué los motivos y ellos se sorprendieron [Inés Arrimadas, Edmundo Bal y Marina Bravo] de que eligiese este momento, después de todo lo ocurrido, pero entendían mi situación personal.
Ellos están contentos con mi trabajo y el del equipo, pero entendían que el ataque que he sufrido ha sido tremendamente injusto y despiadado, únicamente, por utilizar una herramienta legítima, como es una moción de censura ante un gobierno del PP, que va para treinta años en el poder, con una red clientelar enorme, y ahora, con esta mayoría comprada, esto es como David contra Goliat. La dirección del partido entiende que la situación de Murcia me ha supuesto un desgaste personal importante y quiero dar un paso a un lado en favor de un compañero.
¿Es cierto que uno de los motivos de su renuncia a ser coordinadora del partido es su deseo de ser madre?
He hecho balance y es el momento de poner por delante mi vida personal porque tengo 42 años y desde que a los 17 años me fui de casa, siempre antepuse mi vida profesional a cualquier otro ámbito. Ahora me encuentro muy estable y feliz en mi vida familiar y personal que comparto con Jerónimo Moya [primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Cehegín con Ciudadanos]. Llevo un año intentando quedarme embarazada. Es cierto que también me voy porque quiero ser madre y tengo que rebajar el ritmo.
¿Qué relación mantiene con Inés Arrimadas después de lo sucedido con la moción de censura?
Es la presidenta del partido y siempre le estaré agradecida por haber contado conmigo en su ejecutiva. Yo formé parte del equipo de Albert Rivera y cuando Inés le sustituyó decidió que siguiese. En muchas ocasiones me ha mandado mensajes de apoyo por la situación que estábamos viviendo en Murcia. El último mensaje que intercambiamos fue el sábado para felicitarla por su cumpleaños.
¿Usted estaba segura de que la moción de censura al Partido Popular iba a llegar a buen puerto?
Siempre tuve mis dudas. Vamos a ver, cuando uno tiene compañeros de trabajo sabe de qué pie cojea cada uno y yo, directamente, no contaba con el voto de Isabel Franco ni de Francisco Álvarez, pero teníamos el apoyo de los dos diputados de Podemos y sumábamos una mayoría. De la única persona que tenía dudas era Valle Miguélez porque estuvo en el comité negociador de las pasadas elecciones autonómicas que cerró el acuerdo con el PP, pero a pesar de los riesgos decidimos presentar la moción.
Para mí, la única sorpresa fue la abstención de Alberto Castillo, creo que le convenció Valle Miguélez, y le mandé varios mensajes: creo que vio que la moción no iba a prosperar y lo fácil era ponerse del lado ganador. Al final, lo que queda claro es que ninguno de ellos se sentía identificado con el proyecto político de centro de Ciudadanos, ellos son personas de derechas, de extrema derecha, o mercenarios de la política.
Mirando al pasado y siendo consciente de lo ocurrido a nivel nacional tras la moción de censura: ¿Cree que cometió un error?
Lógicamente, conociendo las consecuencias, probablemente habríamos actuado de otra manera porque mucha gente ha comprado un relato ficticio de lo que pasó que ha perjudicado mucho a Ciudadanos y que le interesa que prevalezca al Partido Popular. Pero en esencia, nosotros no podíamos seguir formando parte de aquel gobierno, y me reafirmo en que los murcianos se merecen un gobierno mejor después de 26 años de inmovilismo del PP. Volvería a presentar la moción, aunque no lo haría con las mismas personas.
¿Usted llegó a negociar con Vox para tratar de salvar la moción de censura?
Lo que le puedo decir es que nunca me he sentado con el diputado de Vox ni con los expulsados de Vox. Mi compañero, Juan José Molina, le presentó nuestro programa de gobierno tanto al diputado de Vox como a los tres expulsados de Vox y nosotros les pedimos el apoyo: ellos nos pidieron la Consejería de Educación, a lo que nosotros nos negamos porque ideológicamente no se habría podido defender de ninguna manera.
Nosotros queríamos conformar un gobierno regenerador y queríamos contar con el apoyo del mayor número posible de diputados. A nosotros nos habría gustado que todos los diputados, menos los del PP, nos hubieran apoyado, y por supuesto, pedimos su apoyo, pero lo que ellos relatan (Vox) con el ánimo de desacreditar a Ciudadanos es falso.
¿Qué recuerdo guarda de su paso por el Gobierno regional donde fue portavoz y consejera de Empresa en coalición con el PP?
Creo que en Ciudadanos nos equivocamos al pactar con el Partido Popular tras las elecciones autonómicas: se demostró desde el primer momento que ellos no tenían voluntad de gobernar en coalición y solo querían hacer una OPA para fusionarse con Ciudadanos, sin tener en cuenta los requisitos del acuerdo de gobernabilidad. Esos dos años de legislatura fueron frenéticos, nadie puede dudar de mi trabajo en el Gobierno regional, como portavoz y como consejera de Empresa, porque no tuve fines de semana, ni festivos, ni vacaciones.
Nosotros lo intentamos en el gobierno, pero fue realmente difícil, se nos paralizaban las transferencias de crédito, teníamos frenadas propuestas en nuestras consejerías y a eso se sumó el escándalo de las vacunas del PP del que no podíamos ser cómplices. Teníamos que salir de ese gobierno. Me quedo con lo positivo: con la experiencia como portavoz y con lo que crecí como persona.
¿Era tan mala como se decía su relación personal con la vicepresidenta de la Comunidad, Isabel Franco, que además fue cabeza de lista de Ciudadanos?
Creo que la relación de Isabel Franco no solo era nala conmigo, sino con todo aquel que se interpusiera en sus metas políticas. Ella no aceptó que me nombrasen coordinadora autonómica. Tampoco aceptó que en el partido me designasen portavoz autonómica y que ella fuese la única vicepresidenta de un gobierno de Ciudadanos de toda España que no ostentase la portavocía.
Desde el primer momento obstaculizó mi trabajo. Prueba de ello, es que con la moción de censura decidió apoyar al PP a cambio de seguir como vicepresidenta y se ha demostrado quién defiende aquello en lo que cree y quién vende su firma por un cargo.
El barómetro de opinión de primavera del Cemop refleja que Ciudadanos cae de seis diputados a uno en las próximas elecciones autonómicas: ¿El proyecto naranja está muerto en Murcia?
Estoy segura de que tiene futuro. Todavía quedan dos años de legislatura y por desgracia, la política se ha convertido en un objeto de consumo, los políticos somos muy volátiles.
Todo es muy cambiante, podemos analizar lo ocurrido en el panorama murciano y nacional, yo estoy convencida de que los votantes castigarán el apoyo al transfugismo y las prácticas corruptas del PP. Estoy segura de que volverán a confiar en Ciudadanos porque es necesario un cambio de ciclo Murcia y en 2023 obtendremos un buen resultado.
¿Algún consejo para la dirección nacional del partido que vive sus horas más bajas a nivel político por lo sucedido en Murcia y los malos resultados de las elecciones catalanas y madrileñas?
Creo que para que un partido esté fuerte, lo más importante es reforzar la implantación territorial y las bases, tanto los afiliados, como los concejales y los alcaldes. Creo que en esta etapa y en el tiempo que queda hasta las próximas elecciones, tenemos que trabajar en eso.
¿Quién es la persona más preparada para sustituirla como coordinadora del partido en la Región de Murcia?
No voy a dar un nombre porque se gafa. Yo le he propuesto una persona a la dirección nacional, pero si lo digo le hago un flaco favor a esa persona y al partido. Sí le puedo decir que es alguien con valores, que lleva tiempo trabajando por el partido y que representa bien los principios de Ciudadanos como formación política moderna, de centro, liberal y europeísta. Creo que se lo merece y lo haría muy bien.
¿Cree que la dirección nacional debería poner una gestora en Murcia tras su dimisión y la de Juan José Molina?
No. Hay dos años por delante para las elecciones autonómicas y se está haciendo un buen trabajo por parte del equipo que sigue en la junta directiva y en la ejecutiva regional, pero en cualquier caso, la decisión es de ellos.
Usted renuncia a su cargo órganico como máxima responsable de Cs en la Región de Murcia, pero no deja su acta de diputada. ¿Cuál es su hoja de ruta política para lo que resta de legislatura?
Continuar con mi compañero Juan José Molina defendiendo los valores de un partido de centro que, si en el resto de España es necesario, aquí, en Murcia, es imprescindible con la anomalía democrática que tenemos con la compra de diputados tránsfugas. El resto de la legislatura, mi compañero y yo vamos a defender nuestros valores de una forma humilde y trabajando incansablemente.
¿Sigue siendo militante de Ciudadanos tras dimitir como coordinadora regional del partido?
Sí, por supuesto. A mí este partido me lo ha dado todo. Tuve la oportunidad de ser portavoz del Gobierno regional tras los comicios de 2019, que es el mayor privilegio que puede tener una persona con vocación de servicio público y seguiré siendo afiliada de Ciudadanos. Me siento totalmente identificada con este proyecto político de centro, liberal, el más progresista en políticas sociales y que está en contra de las subidas de impuestos.
¿En 2023 pondrá punto final a su trayectoria política?
Mi intención es retomar la preparación de las oposiciones a ingeniero de caminos y escribir un libro cuando acabe mi etapa política, contando todas mis vivencias desde que comencé en 2011 como concejal del PP en el Ayuntamiento de Murcia.
A mí me gusta mucho la política, voy a seguir desempeñando mi trabajo como diputada, estoy a disposición del partido y es imposible que sepa lo que puede ocurrir dentro de dos años. No me he ido de la política, solo he dejado mis cargos orgánicos.