La acumulación de más de 800 manteros en un paseo del centro de Barcelona se ha convertido en uno de los principales problemas para el equipo de Ada Colau. El intento de abordar el fenómeno del ‘top manta’ desde una óptica menos represiva no ha funcionado y el número de manteros es ahora tan grande que el Ayuntamiento reconoce que no puede hacerles frente. Ante el aumento de la tensión con los comerciantes, el Consistorio ha presentado este jueves un plan para luchar contra la venta de falsificaciones a la vez que reconocía que no iba a solucionar la cuestión. “No hay ninguna receta mágica”, ha afirmado el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello.
La creación de una zona donde se permite vender libremente a los manteros ha sido la gota que ha colmado el vaso para las asociaciones de comerciantes que protestan contra el ‘top manta’. Cada vez son más los vendedores que se acumulan en el paseo San Juan de Borbón de Barcelona ante la pasiva mirada de la policía, que tiene órdenes de no intervenir según pudo comprobar este periódico. El aumento de las protestas por parte de los comerciantes ha obligado a Colau a presentar este nuevo plan, que realmente es una ampliación del que ya presentó el pasado marzo.
El Consistorio ha anunciado la puesta en marcha de 40 planes de ocupación para los manteros que se sumarán a los 11 existentes. También se intensificará la presencia policial, las multas a los compradores y se iniciará una campaña para “concienciar” a turistas y vecinos sobre el consumo responsable. Sin embargo el comisionado de Seguridad, Amadeu Recasens, ha reconocido que el aumento de la presencia policial no servirá de nada ya que no disponen de suficientes agentes: “se irán de donde haya más presión, pero irán a otro lado. No van a esfumarse, no desaparecerán”. Pisarello ha incidido en la misma idea y ha recordado que la prevención de un ataque terrorista también les resta efectivos. “Estamos en riesgo 4 y los Mossos han de destinar efectivos a este flanco. Debemos proteger también a los turistas de otras situaciones”
El plan que ha presentado el Ayuntamiento este jueves se transmitió a los comerciantes en una reunión el miércoles. Las entidades, sin embargo, salieron “decepcionadas” del encuentro y consideraron que la propuesta de Colau era “insuficiente” y “ridícula ante la impunidad“ de los manteros. Los comerciantes difundieron un contundente manifiesto firmado por un centenar de tenderos, restauradores, hoteleros y asociaciones vecinales. El texto denuncia la “pasividad municipal”, critica el “buenismo ingenuo” de Colau para abordar el problema y amenaza con movilizaciones.
Las contradicciones del Ayuntamiento
La intervención de Pisarello y Recasens para presentar el plan -en un tono más tenso del habitual- ha dado muestra de las contradicciones en las que incurre el Consistorio a la hora de tratar la venda ambulante.
A pesar de que policías, comerciantes y manteros han reconocido que se les permite vender en el paseo San Juan de Borbón, Recasens ha afirmado que “no existe ninguna zona de tolerancia o permisividad” y que cualquier área de la ciudad “es susceptible de intervención”. Pisarello ha añadido que el Ayuntamiento “no permitirá utilizar el espacio público de manera abusiva e invasiva para una actividad ilegal”. A su vez, sin embargo, Pisarello reconocía que no disponía de suficientes agentes de Guàrdia Urbana para evitar que los manteros se instalen en ese paseo.
Mientras Recasens y Pisarello afirmaban que no se permitía la actividad de los manteros, 800 vendedores ambulantes copaban un paseo que se ha convertido ya en el supermercado de productos falsificados de Barcelona. Cada día acuden más vendedores y algunos reconocieron la semana pasada a este periódico que habían llegado desde otros puntos del país tras oír las noticias sobre la permisividad en Barcelona. La acumulación de manteros en ese paseo es tan grande que desde hace unos días los vendedores hacen turnos durante las noches para guardarse los mejores sitios.
Los partidos de la oposición son conscientes de las contradicciones del equipo de Colau y han aprovechado para disparar contra el Ayuntamiento y sus nuevas propuestas. Una de las críticas más destacadas ha llegado por parte de Jordi Coronas (ERC), que presidió un comité específico para abordar la venta de falsificaciones que no consiguió ningún acuerdo significativo. “Lo que se ha dicho hoy es lo mismo que hace cuatro meses, es una simple declaración de intenciones. No se ha avanzado nada”.