En un partido poco acostumbrado a las batallas internas y con una larga tradición de nombramientos a dedo, la celebración de unas elecciones primarias ha generado una situación sin precedentes en Convergència Democràtica de Catalunya, ahora llamada Partit Demòcrata Català (PDC). En el centro de la lucha está la presidencia del Consejo Nacional, un órgano que hasta la fecha tenía poca importancia pero que ha obtenido más relevancia con los estatutos del nuevo partido. En un lado se encuentra el conseller de Cultura, Santi Vila, que goza del respaldo del aparato y de destacados dirigentes convergentes. En el otro extremo está la alcaldesa de Sant Cugat y presidenta de la Diputación de Barcelona, Mercè Conesa, apoyada por una amplia parte de las bases que prefieren una renovación profunda del partido.
El PDC celebra el viernes y el sábado unas primarias en las que también se escogerá la dirección ejecutiva y el llamado “defensor del militante”. Ninguna de estas dos elecciones estará reñida ni se esperan sorpresas al respecto. Fulminada la figura del coordinador general y nombrada Neus Munté como ‘número dos’ de Artur Mas, la única batalla que queda por librar es la de la presidencia del Consejo Nacional.
Las chispas saltan dentro de la formación, reconocen algunos miembros de PDC, y los reproches han ido en aumento a medida que se acerca la votación. Las primarias de este fin de semana serán un segundo capítulo de la guerra que se evidenció durante el congreso refundacional de hace dos semanas, cuando se percibió una división cada vez mayor entre las bases territoriales y la dirección del partido. La elección del próximo presidente del Consejo Nacional se libra entre dos maneras muy distintas de entender la formación y el resultado será determinante para PDC y el independentismo.
Santi Vila, el candidato del aparato
A pesar de que tradicionalmente se le había considerado un “verso suelto”, el actual conseller de Cultura se ha convertido en el candidato oficial que goza del respaldo de los dirigentes de más peso. El también exconsejero de Territori en el Govern de Mas ha recabado durante los últimos días importantes apoyos de dirigentes veteranos y es el preferido tanto por Artur Mas como por Carles Puigdemont.
Durante esta semana Vila ha obtenido el apoyo público de Francesc Homs, líder del partido en Madrid; de Albert Batalla, alcalde de la Seu d’Urgell y diputado de Junts pel Sí (JxS); del exalcalde de Barcelona, Xavier Trias; y del secretario general de las juventudes del partido, Sergi Miquel.
El respaldo obtenido más destacado, no obstante, ha sido el de Carles Puigdemont. El president no ha querido explicitar su preferencia por Vila, pero llegó el martes a la reunión del Govern acompañando al conseller de Cultura ante los fotógrafos. Finalizada la reunión, se fue a un bar a tomar un café con Vila y el jefe de comunicación del candidato difundió rápidamente la foto en las redes sociales.
Vila representa un independentismo más light y defiende un partido donde los no independentistas “también se sientan cómodos”. Los postulados de Vila chocan con el perfil ideológico del nuevo partido, cuyas bases definieron como “independentista” en detrimento del término “soberanista”, mucho más amplio e inclusivo.
Mercè Conesa, el sector socialdemócrata
La rival de Vila y alcaldesa de Sant Cugat -el mayor municipio gobernado por CDC- apenas ha recabado apoyos entre los dirigentes de la formación. Sólo el conseller de Territori, Josep Rull, se ha posicionado a su favor. Conesa, no obstante, goza de mayores apoyos entre las bases y dirigentes municipales del territorio.
Conesa defiende un PDC con un perfil más socialdemócrata y que lleve a cabo una renovación más profunda. Más allá de las caras, la alcaldesa de Sant Cugat aboga por un Consejo Nacional mucho más abierto en el que las bases tengan mucho más poder. “Hay que romper muchas dinámicas preexistentes”, ha asegurado la candidata en varias ocasiones. Los críticos de Conesa, no obstante, le afean que el partido que quiere articular se parece demasiado a ERC.
Durante el congreso de refundación Conesa se erigió como una de las voces más críticas con la dirección y entre sus allegados se considera que esa intervención hizo que el aparato le girara la espalda. También sonó durante semanas como posible número 2 de Mas, un cargo que ella supuestamente rechazó y también la ha enfrentado con los dirigentes más poderosos.
El debate sobre el referéndum unilateral
En el centro del enfrentamiento están las dos posturas enfrentadas respecto al referéndum unilateral de independencia. Los resultados de las elecciones generales han situado esta opción en el centro del debate y el Parlament votará el miércoles un plan de secesión en tres fases que finalizaría con un “mecanismo unilateral de ejercicio democrático”, un eufemismo para el mencionado referéndum.
Tanto la CUP como en menor medida ERC defienden esta opción para culminar la secesión y los dos candidatos a presidir el Consejo Nacional del PDC tienen posturas muy alejadas al respecto. Vila, además, fue uno de los dirigentes más críticos con la CUP durante la negociación para la investidura.
Para Santi Vila, el referéndum unilateral es una “ocurrencia inoportuna e injustificada” que le restaría apoyos al partido. “Podría quedar muy bien en entornos hiperventilados, pero nos iría haciendo cada vez más pequeños”, aseguró en una entrevista en el diario Ara. Conesa, en cambio, declaró en el mismo periódico que se sentiría “cómoda” con la celebración de ese referéndum unilateral.