Conformar una mayoría alternativa a Mariano Rajoy requeriría una operación de ingeniería política, mucha sangre fría y pocos personalismos. Hasta este martes, Unidos Podemos la reclamaba y defendía que era posible. Pedro Sánchez, centrado en su "no" a Rajoy, no la descartaba en caso de que naufragase el candidato del PP y algunos de sus diputados más fieles estaban a favor. Uno de los socios imprescindibles, Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), había apostado pública y solemnemente por ella. Esquerra Republicana parecía el socio más difícil de convencer, pero tendría complicado decir "no" a un acuerdo entre PSOE, Podemos y CDC. El PNV se ha puesto, como es de costumbre, de perfil.
Todos juntos podrían tumbar a Mariano Rajoy incluso aunque contase con el apoyo de Ciudadanos. Es más: de momento han anunciado que votarán en contra en la investidura. Todos juntos podrían conformar una mayoría que aupase a un candidato alternativo como Sánchez.
Lo que parecía difícil se ha convertido en casi imposible. Los cimientos de ese pacto contra Rajoy serían frágiles por la disparidad de los materiales. Pero este martes, en el Congreso, se comprobó que la obra puede contar con ladrillos, pero no con argamasa. Aunque PSOE y Podemos superasen sus instintos cainitas, que les llevan a arañarse cada vez que se encuentran en la política nacional, los independentistas serían imprescindibles. Y no están por la labor.
Cuando los diputados tuvieron que escoger entre Ana Pastor (PP) o la continuidad del socialista Patxi López como presidente del Congreso, Podemos apoyó al candidato de Sánchez. Los independentistas catalanes y el PNV se quitaron de en medio, permitiendo al PP obtener con la ayuda de Ciudadanos su primera victoria de la legislatura. Pastor fue proclamada presidenta del Congreso.
La sorpresa saltó en la siguiente votación. Diez diputados nacionalistas escribieron en un papel el nombre de la candidata del PP a la vicepresidencia del Congreso, Rosa Romero. Al acabar el pleno, era imposible identificarlos. Todos escurrían el bulto. Como la votación es secreta, no hay manera de comprobar quién miente salvo que una indiscreción les lleve a revelarlo. Pero lo que es seguro es que 10 diputados arroparon al PP y a Ciudadanos en su estrategia. Al estar el resto de posiciones muy identificadas (PSOE y Podemos votaron a sus candidatos) sólo pueden provenir de ERC, que tiene nueve escaños, CDC (8), PNV (5), Bildu (2) o Coalición Canaria (1).
Desde el PP, sin embargo, niegan haber negociado con los nacionalistas y, según el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Rafael Hernando, han sido "decisiones individuales" de diputados de CDC y del PNV.
"Estamos en la obligación de hablar con todos y con algunos ya obtenemos algunos apoyos en un momento determinado", ha señalado Hernando en declaraciones a la Cadena Cope.
En la misma línea, la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, ha asegurado este miércoles que desconoce de qué partidos proceden los diez votos prestados para la constitución de la Mesa del Congreso y ha querido dejar claro que no ha habido concesiones a los nacionalistas, "si acaso -ha dicho- una cesión de votos".
En entrevista en RNE, Levy recalcó que los polémicos diez votos fueron para el vicepresidente de Ciudadanos, Ignacio Prendes, y ha insistido en que "nunca va a haber una contraprestación" en materia de soberanía nacional e igualdad de todos los españoles.
No obstante, ha dado la "bienvenida" al consenso y la lealtad constitucional a los nacionalistas, pero les ha advertido que no habrá "ninguna concesión a nada que tenga que ver con el debate territorial".
"Esto no es ninguna concesión ni lo será nunca", ha reiterado Levy, quien, al ser preguntada si el PP contribuirá a que Convergencia tenga grupo propio en el Congreso, ha subrayado que "la cortesía parlamentaria no puede entrar en juego y diálogo con aquellos que quieren dividir la soberanía nacional".
"Es bueno que en España ya no haya sectarismo y líneas rojas y que, desde la diferencia, seamos capaces de construir algo por el futuro de España", ha afirmado y ha recordado que a los socialistas les correspondía la vicepresidencia tercera de la Mesa del Congreso y "se le ha dado" la segunda.
CDC y PNV, los más sospechosos
Los partidos que podrían tener un motivo más obvio son CDC y PNV. Fuentes del PNV descartaron haber votado al PP, a pesar de que no lejos de allí, el PP concedía casi al mismo tiempo un puesto en la Mesa del Senado a los nacionalistas vascos. Francesc Homs, portavoz de CDC, que había hablado largo y tendido con los periodistas antes del pleno (hasta el punto de llegar tarde), se fue a toda velocidad y recordó que el voto es secreto. Pero diversas fuentes apuntan a que cinco diputados convergentes habrían participado en la estrategia. La más que posible contrapartida, tener grupo propio en el Congreso. Aunque cuentan con ocho diputados, tres más que el mínimo para tener grupo, no llegan al porcentaje de voto que exige el reglamento como segunda condición. La decisión final la toma la Mesa del Congreso, controlada por el PP al que el partido de Artur Mas habría ayudado.
Joan Tardá, de ERC, llamó "tontos" a los socialistas por sugerir que algunos votos habían salido de sus filas. Tanto su grupo como la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, o las dos de Bildu, con las que el PP asegura no tener interlocución, no se jugaban nada en esa votación, por lo que son menos sospechosos.
Por su parte, el portavoz de CDC en el Congreso, Francesc Homs, ha asegurado este miércoles que su grupo no tiene ningún acuerdo con el PP ni con Ciudadanos y que ayer "no votamos porque no nos gusta ni la una (Pastor) ni la otra (López) opción, con todo el respeto. No votamos a López igual que no lo hicimos cinco meses atrás".
Homs ha asegurado, en entrevista en Onda Cero, que ya le había manifestado a Rajoy su intención de no votar a favor del candidato del PP en la reunión que mantuvieron la semana pasada.
Además, aseguró que no está "dispuesto ni a votar a favor ni a abtenerme por Rajoy en la investidura", pero sí a hablar con el líder socialista, Pedro Sánchez, si toma la iniciativa y, previamente, el PSOE logra un acuerdo con Podemos.
"No es un tema de preferencias, parece que me gusta alguno, y de gustarme no me gusta ni el uno ni el otro, pero estoy dispuesto a sentarme y hablar de propuestas con Sánchez si es que alcanza acuerdo con Podemos, que es con quien tiene primero que hablar sino no sumamos para nada", ha dicho Homs.
Una amarga lección para Iglesias y Sánchez
Un abatido Pablo Iglesias compareció en rueda de prensa tras hablar con Tardá y apuntó directamente a CDC y al PNV como los responsables de la misteriosa votación. Podemos había buscado en vano una mayoría alternativa a la de PP y Ciudadanos en la Mesa del Congreso. Exhibía la posibilidad como el reflejo de una mayoría posible para la investidura de Sánchez. "Dan los números", repetían los dirigentes del partido morado.
"Después de lo que hemos visto hoy", una investidura alternativa "queda severamente comprometida", dijo Iglesias en rueda de prensa a pregunta de EL ESPAÑOL. "Parece que la balanza se decanta claramente por que Mariano Rajoy lo va a conseguir [ser presidente] gracias a CDC y al PNV", lamentó. "Da la impresión de que el señor Homs ha llegado a un acuerdo con los que quieren encarcelarle", dijo en referencia al proceso abierto contra él por la consulta independentista en Cataluña que él impulsó desde la Generalitat. En resumen, la traición de los nacionalistas que no sólo no se abstuvieron sino que votaron al PP es una "mala noticia" que ha causado "sorpresa" en las filas de Podemos. El líder de IU, Alberto Garzón, aún confiaba en una alternativa a Rajoy, aunque reconocía que ahora es más difícil.
El PSOE se lava las manos
El PSOE, por su parte, se lavó de nuevo las manos. Desatascar la situación depende exclusivamente de Rajoy y sus afines. La votación de este martes "da muchas pistas sobre lo que pueda pasar las próximas semanas". Eso piensa Antonio Hernando, el portavoz socialista que compareció en lugar de Pedro Sánchez, el único líder de los grandes partidos en no comparecer este martes y que abandonó a toda prisa el Congreso.
El PSOE es firme partidario de que el PP negocie con los independentistas, a los que Sánchez pide sacar del "limbo" en el que se encuentran precisamente por defender la autodeterminación. En otras palabras: al PSOE le vale cualquier investidura de Rajoy que le evite un duro dilema: o una abstención socialista o terceras elecciones. Que Rajoy se las arregle, piden en el PSOE, que aún recuerdan la frustración de Sánchez en su investidura fallida.
"Hoy se ha abierto una senda que suma al menos 169 votos" a los que hay que sumar "10 votos añadidos de fuerzas nacionalistas o independentistas", explicó Hernando. Ahora Rajoy sólo tiene que "convertir esos votos secretos en votos públicos en una investidura". Eso sí, explicando a cambio de qué pacta con los independentistas hasta ahora vetados de todo acuerdo político.