El gobierno de Cataluña se revuelve contra la petición del Ejecutivo de Mariano Rajoy a la Abogacía del Estado a que suspenda de sus funciones a la presidenta de la cámara catalana Carmen Forcadell, por permitir el debate y votación de la conclusiones del proceso constituyente.
Las reacciones desde Cataluña no se han hecho esperar y el primero en dar su apoyo a Forcadell ha sido el vicepresidente del Govern y líder de ERC, Oriol Junqueras, que ha dicho en su perfil de Twitter que "la democracia está por encima de todo y desde el Govern velaremos para que así sea. Todo nuestro apoyo a Carme Forcadell". También el presidente catalán Carles Puigdemont ha secundado a su compañera de partido y ha señalado que "la democracia en Cataluña no está en funciones". Igualmente, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha respaldado a la presidenta de la cámara catalana en un mensaje en las redes sociales que decía así: "Las diferencias políticas se resuelven políticamente, no con amenazas judiciales. Todo mi apoyo a Carme Forcadell y a la Mesa del Parlament".
La defensa más contundente la ha hecho la portavoz del Govern, Neus Munté, quien en una rueda de prensa ha acusado al Gobierno central de amenazar a las instituciones catalanas con sus constantes apelaciones al Tribunal Constitucional (TC), al tiempo que ha avisado de que la Generalitat de Cataluña no rectificará su rumbo soberanista: "El Gobierno amenaza pero no nos moveremos de nuestro camino, que es profundamente democrático".
Munté también ha expresado su pleno apoyo a la presidenta de la Cámara catalana, Carmen Forcadell, y ha opinado que sería "del todo inadmisible e inaudito desde una perspectiva democrática" que se pidiera la inhabilitación de la misma por permitir un debate en el Parlament que, a su juicio, fue perfectamente democrático.