Cada diputado socialista que recorre los pasillos del Congreso entre votación y votación de investidura tiene un punto de vista distinto sobre qué debería hacer su partido. Pero todos son posteriores al "no" a Mariano Rajoy que, en algunos casos con regocijo, el PSOE ofrece como única respuesta al candidato del PP.
Ahí se acaban las certezas. Ese es el mínimo común denominador. Durante este verano, la tesis defendida con firmeza por Pedro Sánchez ha sido capaz de acallar todas las voces críticas de los influyentes dirigentes territoriales, también llamados barones. ¿Todas? No. Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura, sigue diciendo lo que otros muchos sólo comentan en privado. Sánchez debe ceder para, por ejemplo, permitir que el PSOE se abstenga.
¿Qué hay después del "no" a Rajoy? Es posible que todo desemboque de todas maneras en terceras elecciones. Cualquier alternativa a Rajoy es de alto voltaje político. Pero existe un cierto consenso entre los diputados consultados por EL ESPAÑOL en torno a la idea de que, tras el naufragio de Rajoy, el PSOE tendrá que moverse. Mantenerse en el "no" hasta el 31 de octubre, fecha límite para elegir presidente, no parece una opción que vaya a permitir a los socialistas llegar a las elecciones sin penalización.
Abstenerse ante otro candidato del PP
La Constitución, el resto de leyes o el reglamento del Congreso no obligan a que el candidato investido sea uno de los líderes políticos que concurrieron a las elecciones. Es más, podría ser cualquier ciudadano, diputado o no, sin apenas restricciones.
Habiendo ganado el PP las elecciones, una de las opciones de Sánchez es pedir la cabeza de Mariano Rajoy y ofrecer su abstención ante otro candidato conservador. El gesto podría venir acompañado de una serie de demandas políticas. La exigencia tendría mucho mayor peso si se sumase Ciudadanos y otros partidos.
La opción cuenta con varios inconvenientes. El principal: que Rajoy parece tener un gran control de su partido y su renuncia sólo podría ser voluntaria. Hay más: sentaría un precedente que, en opinión de algunos, sería nocivo al reconocer que el candidato elegido por el partido, que empapela las calles y participa en los debates electorales puede ser cambiado después a petición de grupos parlamentarios más pequeños. Por si fuera poco, podría servir para consolidar a un nuevo líder del PP, al que hacer frente en otras elecciones después de haberlo encumbrado. Como dicen algunos en el PSOE, su partido no debe "hacerle las primarias que el PP no hace".
Sin embargo, permitiría a la oposición cobrarse la cabeza de Rajoy, un superviviente político que podría pasar de gobernar con mayoría absoluta a la jubilación política anticipada aun ganando las elecciones. Ese objetivo podría ayudar a justificar una abstención ante el partido rival.
La opción Sánchez
Sánchez tiene otra opción: él mismo. Es lo que le piden algunas voces de su partido. Este lunes, en una inusualmente tensa reunión del grupo parlamentario socialista en el Congreso, dos diputados tomaron la palabra para proponer una alternativa. Se trata de Odón Elorza (Guipúzcoa) y Pere Joan Pons (Baleares), que quieren que Sánchez intente un pacto con Podemos y formaciones nacionalistas, incluyendo independentistas. Según ellos, es hipócrita rechazar un pacto con Podemos, con quien ya hay acuerdos en comunidades autónomas y ayuntamientos, e irresponsable vetar a independentistas, imprescindibles en el rediseño territorial de España.
Otras voces apuestan por un Gobierno que deje fuera a los independentistas, pero incluya al PNV, que no tiene el referéndum de autodeterminación como exigencia incuestionable. Esa opción (PSOE+Podemps+PNV) sólo superaría a los "noes" si cuenta con la abstención de Ciudadanos. La opción de la legislatura pasada, un pacto con Podemos y Ciudadanos al mismo tiempo, parece por el momento improbable por el mal recuerdo de hace unos meses.
Sánchez tendrá que decidirse pronto, pero quizás no de inmediato. Las elecciones vascas pueden ser determinantes, bien en la consecución de una mayoría que apoye a Rajoy o bien en favor de Sánchez. La investidura del próximo lehendakari podría condicionar el desbloqueo del Gobierno central.
El líder del PSOE viajará este sábado a Galicia y el domingo a Euskadi para arropar a los candidatos a las elecciones del 25 de septiembre. Fuentes socialistas no descartan alguna iniciativa suya, quizás no para anunciar ninguna de estas opciones pero sí para comenzar a construir el relato que le permita ponerlas en marcha.
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