Una chispa, aunque sea accidental, puede encender una mecha. Eso es lo que ocurrió este miércoles en el PSOE cuando dirigentes y referentes del partido críticos con Pedro Sánchez defendieron en cascada a Guillermo Fernández Vara, el presidente autonómico que lleva semanas cuestionando a su líder.
La justificación (para algunos) o la excusa (para otros) fueron los ataques recibidos por Vara tras sus recientes declaraciones en las que criticó la falta de gobierno, la responsabilidad del PSOE en la situación y la ausencia de comunicación de Sánchez con sectores importantes del partido.
A las 12:22, Susana Díaz tuiteó: "Todo mi cariño a mi compañero Guillermo Fernández Vara. A los socialistas nos une la fraternidad y el respeto a la expresión libre de nuestras ideas". Tan solo 26 minutos después, Alfredo Pérez Rubalcaba, ex secretario general, Eduardo Madina, diputado, Carme Chacón, exdiputada o Elena Valenciano, antigua número dos, habían secundado el lamento de la presidenta andaluza. "El respeto a la libertad de opiniones es fundamental en democracia y debe serlo en el PSOE", dijo Chacón. Rubalcaba publicó un comentario en Facebook en el que reclamaba la "libertad de expresión" como parte del ideario socialista. Por la tarde, Javier Fernández, también salió al paso:
Todas estas manifestaciones se producían menos de un día después de que Isabel Rodríguez, diputada y miembro de la dirección del grupo en el Congreso, expresase su perplejidad por las últimas declaraciones de Vara, en las que reconocía que llevaba más de dos meses sin hablar con Sánchez. "La verdad es que no entiendo esas declaraciones y esa denuncia pública de ausencia de conversación cuando es tan fácil como levantar el teléfono", dijo. La diputada aseguró que lo "razonable" es que el debate entre los dirigentes socialistas sea "en el Comité Federal y no ante los micrófonos de los periodistas".
Rubalcaba aclaró después que su comentario no se refería a estas declaraciones sino a los comentarios leídos en redes sociales contra Vara.
¿Coarta Sánchez la libertad de expresión del PSOE?
El debate está servido. ¿Hay libertad de expresión en el PSOE? ¿Impide Sánchez el debate? ¿Amedrenta a los críticos? En realidad, según no pocos socialistas, hay que leer el movimiento de estos dirigentes con otro prisma: el de la alineación de tropas. El sector crítico del PSOE, que no cree que Sánchez debe intentar formar Gobierno, encontró en Vara una causa unitaria que defender para indirectamente hacer un reproche a su secretario general.
"Al menos se ha acabado la paz del cementerio", ironizaba un diputado crítico. En la misma mañana, Díaz hablaba a los medios con otros dos mensajes de más trascendencia que una defensa más o menos inocente de un compañero de partido. "Con 85 escaños no se puede gobernar" y el PSOE debe "hacer una oposición útil"m dijo. Por si Sánchez está pensando de verdad en presentarse a la investidura. El segundo recado era para el PP. Rajoy "no puede seguir gobernando" y el presidente en funciones es "el único que no se ha dado cuenta".
Es decir: si el PSOE no puede gobernar y debe pasar a la oposición, pero Rajoy tiene que irse, es otro candidato del PP el que debería asumir la presidencia del Gobierno. Si el PSOE es necesario para auparlo y evitar así terceras elecciones, es una opción que podría considerarse.
¿Dónde se debate de todo ello? En el Comité Federal, el máximo órgano entre congresos, que se reunió por última vez en julio. Es ahí donde, según Óscar López, portavoz en el Senado y próximo a Sánchez, deberían dirimirse los conflictos. Como recordó recientemente el propio Sánchez, durante su mandato se han celebrado un sinfín de comités federales. Pero ya hace tiempo que el sector crítico no le para los pies, bien por desorganización, por cobardía o por falta de un candidato alternativo para liderar el partido. Ahora, la Ejecutiva asegura que no es necesario convocar otro cónclave y, aunque algunos críticos lo reclaman, nadie se atreve a recoger las firmas que forzarían su celebración.
Varios dirigentes territoriales se pusieron ayer de perfil. El primero, Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana, sumido en un importante debate en el parlamento regional. Javier Lambán, presidente de Aragón, se limitó a retuitear a Susana Díaz. Emiliano García-Page guardó silencio.
El más locuaz fue el diputado Odón Elorza, que tras las manifestaciones de Díaz y otros dirigentes consideró que lo que hicieron es "perder el tiempo, distraer esfuerzos y hacer el imbécil", informa EFE.