Al margen de análisis electorales, si algo llamó la atención en los comicios del 20-D y 26-J fue la diferencia entre lo que decían las encuestas y el resultado final. En líneas generales, se infravaloró al Partido Popular y se sobrestimó a Unidos Podemos. Pero en todos los sondeos se advertía de un amplio margen de error y de la incertidumbre ante lo que realmente ocurriría en los comicios. Algo que, por el contrario, apenas se contempla en Galicia y País Vasco: son las dos Comunidades Autónomas con un voto más previsible de acuerdo a las estimaciones. ¿Por qué?
Para entenderlo de un modo más detallado, lo más acertado es analizar cada caso por separado: las razones en tierras vascas atienden a criterios diferentes que las gallegas.
País Vasco: PNV mira a PP y PSE
La composición de la cámara vasca, en la que hay que obtener al menos 38 diputados para sumar una mayoría absoluta, se dirimirá por unos pocos votos: según los sondeos, el PNV ganará los comicios, pero no alcanzará esa mayoría ni con el apoyo del PP.
Si hay un escenario en el que se debe hacer caso a lo que digan las estimaciones es en el País Vasco: los márgenes de error de 2012 fueron muy bajos, sólo de un diputado arriba o abajo.
Estas encuestas dan a los nacionalistas vascos entre 27 y 28 diputados. Es entonces cuando se abrirían las conversaciones, obligando a Íñigo Urkullu a mirar a uno y otro lado de la mesa de negociación.
Según las probabilidades, PNV y PP difícilmente podrán sumar más de 37 escaños. Por el contrario, un acuerdo entre PNV y PSE podría llegar hasta los 38 o 39 representantes.
Traducido a estimaciones, el PNV tiene un 40% de posibilidades de alcanzar la mayoría absoluta con el apoyo del PSE, frente a un 30% con el PP. En caso de no atender a ninguno de ellos, los nacionalistas tendrían otro 30% de opciones con el apoyo de otras fuerzas (por ejemplo: PNV, 28; PSE, 8; y PP, 7).
En el lado opuesto de la balanza, es bastante improbable que EH-Bildu (encabezado por Miren Larrion) y Podemos (con Pili Zabala) pacten un único candidato. Este gesto no sería suficiente, porque requerirían además el apoyo de PP o PSE.
Por lo tanto, desde un punto de vista matemático para la elección (y no para la gobernabilidad), la probabilidad de un acuerdo PNV-PSE es algo mayor que el resto de escenarios.
Galicia: Feijóo, ¿solo o con C's?
La mayoría en Galicia también se dibuja por encima de los 38 diputados. De acuerdo a los sondeos, el PP presenta una media de 40 escaños; pero, aplicando el margen de error de hace cuatro años, la horquilla real sería de entre 37 y 43 representantes.
La probabilidad de que realmente saque mayoría absoluta es alta, pero alcanza el 70%: es conveniente, por tanto, dejar un cierto margen a la duda.
El papel de Ciudadanos puede ser clave en la configuración del parlamento gallego. Según las encuestas, presenta una media de un escaño, pero con una probabilidad que podría quedarse con ninguno o dos.
Los votos de la formación naranja son vasos comunicantes con el PP en un 70%; el 30% restante, con el PSOE. Por tanto, la probabilidad de que el popular Alberto Núñez Feijóo alcance la presidencia con el apoyo de C's sube aproximadamente al 80%.
En el caso de las elecciones gallegas, como en las vascas, las previsiones de 2012 afinaron la puntería y ofrecieron un resultado muy cercano al real.
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