La lucha entre Pedro Sánchez y buena parte de su partido ha desembocado en un cisma. El PSOE asiste a su implosión mientras unos y otros se pelean por los pedazos. Se trata de la ruptura de la segunda organización política de España, clave para la gobernabilidad del país, que lleva años en caída libre electoral.
Este miércoles larguísimo y lleno de nervios comenzó a las 8:30 con el reproche de Felipe González a Sánchez, al que acusó de haberle "engañado". Siguió con la respuesta del propio Sánchez y un sinfín de especulaciones. Continuó con la deserción de 17 de los 35 miembros de la Ejecutiva que quedaban y acabó con dos comparecencias. Una, la del hasta ahora número dos del partido, César Luena, en la sala de prensa de la sede del partido. Allí denunció los "atajos, ni artimañas, ni golpes, aun sujetos a las reglas del partido" para tumbar a un líder al que, según él, apoya la militancia.
Después, en plena calle, Antonio Pradas, hasta ahora número tres del partido, atendía a los medios. Además de arremeter contra Sánchez y su equipo, se quejó de que tras su dimisión no le habían dejado ni recoger en su despacho el retrato de su hijo. Los críticos aseguran que con la cascada de dimisiones ya no hay Ejecutiva y el PSOE ha quedado descabezado. Ni Sánchez es secretario general ni Luena de Organización. Por eso, explicó, le llamó sencilla e irónicamente "compañero".
El duelo final, el sábado en el Comité
El desconcierto es total, pero la partida aún no ha terminado. Sanchistas y críticos se enzarzan ahora por la interpretación de los estatutos y reglamentos del PSOE y se preparan para librar el sábado una cruenta batalla política en el Comité Federal, que reúne a alrededor de 290 dirigentes del partido. Será allí donde se resuelva un duelo que lleva meses latente y que lastra cada movimiento de los que hasta ahora eran sus responsables.
'Secretario particular' Sánchez
La dimisión en bloque de 17 miembros de la Ejecutiva de Sánchez, inédita en el primer nivel de la formación política, ha convertido al secretario general en un secretario particular de tan solo una parte de su partido, especialmente de federaciones con poco peso institucional. En frente, seis de los siete presidentes autonómicos, los cuatro exsecretarios generales del PSOE, incluido Felipe González, y destacados referentes. Sánchez reprocha un "golpe de Estado", en palabras de Adriana Lastra, uno de los miembros leales de la Ejecutiva. Los críticos argumentan que el líder ha hundido electoralmente al partido y sembrado la cizaña entre compañeros, por lo que desde este miércoles ya no es más que un militante y diputado más.
Lo que queda de la Ejecutiva de Sánchez, que los críticos consideran resuelta, se reunirá este jueves por la mañana en la sede socialista. Allí harán cumplir los estatutos, según Luena, convocando un Comité Federal para el sábado, cuando ya estaba previsto, pero alterando el orden del día. El artículo 36 de las normas del PSOE dice sobre la Ejecutiva que cuando haya "vacantes" que "afecten" "a la mitad más uno de sus miembros, el Comité Federal deberá convocar Congreso extraordinario para la elección de una nueva Comisión Ejecutiva Federal".
Los estatutos como defensa
En otras palabras: Sánchez cree que donde antes decía congreso ordinario (toca desde febrero) ahora debe leerse "extraordinario" por la desbandada de la Ejecutiva y la aplicación de las normas internas. Y poco más. Considera que lo que queda de la Ejecutiva sigue en plenas funciones e incluso que a ese órgano le corresponderá organizar operativamente ese congreso, donde se elija al nuevo líder y órganos de poder.
Los críticos opinan de otro modo. Los precedentes a nivel regional y local obligan a crear una gestora en el partido, según ellos. Ocurrió así en 2014, cuando Óscar López, hoy leal a Sánchez, dimitió junto a otros compañeros en la Ejecutiva de Castilla y León para acabar con su líder, que hizo las maletas. En el año 2000, tras la debacle electoral de Joaquín Almunia, el entonces secretario general renunció y se creó una gestora. Eran otros tiempos. Mientras que Almunia dimitió con 125 diputados la misma noche electoral, Sánchez, con 90 el 20-D y 85 el 26-J, mantiene su intención de formar Gobierno.
El Comité... o el juzgado
Fuentes de Ferraz aseguran que lo único que está haciendo Sánchez es cumplir: con las resoluciones del Comité Federal, que dijo "no" a Mariano Rajoy, y con los estatutos que le facultan para seguir al frente del partido. Su equipo no cree ni necesario que se reúna la Comisión de Garantías y Ética del partido, que está para dirimir conflictos internos.
Frente al cisma interno, los partidarios de Sánchez no piensan dar su brazo a torcer. "¿Qué tal se encuentra Sánchez?", preguntó este diario. "Perfectamente. Currando", respondieron fuentes de Ferraz. Si los críticos no dan su brazo a torcer, "técnicamente podemos acabar en un juzgado. No lo queremos ninguno, pero..." Los tres puntos suspensivos, como tres días que quedan hasta el Comité Federal, serán determinantes.
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