El líder de Ibil, Fermín Sánchez Agurruza, ha vuelto a las andadas. Este ex miembro de ETA, a quien la banda llegó a dedicar un toque de atención en uno de sus comunicados para que cesase sus actividades, ha sido arrestado de nuevo por la Guardia Civil cuando pegaba carteles de una manifestación del sector duro del entorno proetarra. Sánchez Agurruza quedó en libertad horas después y acabó encabezando la marcha que derivó en enfrentamientos entre manifestantes y el Instituto Armado, informan a EL ESPAÑOL fuentes de la lucha antiterrorista.
El arresto se produjo el 3 de septiembre en Berriozar (Navarra). El ex miembro de la banda terrorista estaba colocando carteles de la plataforma Amnistía Ta Askatasuna (ATA), la marca que capitaliza actualmente las iniciativas del sector duro aberztale. ATA dice ser la única entidad que, a día de hoy, lucha realmente por la situación de los presos etarras. Ya hay varios casos de internos de la banda que han abandonado el histórico EPPK (Colectivo de Presos de ETA) para unirse a esta nueva marca, que sigue abogando por la amnistía total de todos los terroristas detenidos.
Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, Sánchez Agurruza fue sorprendido por una patrulla del Instituto Armado cuando pegaba carteles de este colectivo. Los agentes procedieron a identificarle y pedirle la documentación. Según las mismas fuentes, el ex preso etarra se resistió en actitud agresiva y chulesca por lo que fue trasladado a dependencias policiales y acusado de desobediencia a la autoridad. Posteriormente, quedó en libertad con la obligación de comparecer ante el juez cuando sea citado para ello.
En los disturbios de Etxarri
Su puesta en libertad le permitió estar presente en la manifestación celebrada en Etxarri Aranaz a las 19.00 de ese mismo día. La protesta, a la que acudieron decenas de personas, terminó con la intervención de los antidisturbios de la Guardia Civil. La web Ahotsa.info cubrió la concentración y la intervención de los agentes. En las imágenes se aprecia a Sánchez Agurruza con una camiseta blanca y pantalones cortos situado en la primera línea de los manifestantes y desempeñando una actitud protagonista. La concentración, convocada en defensa de los presos de ETA enfermos, había sido prohibida por la Delegación del Gobierno en Navarra.
Sánchez Agurruza reivindica "los ideales y objetivos de siempre", acusa a la izquierda abertzale oficial de haber "dejado de creer" y denuncia que se cumpliese "como un niño bueno con el desarme que exigían los Estados opresores capitalistas". Por todo ello creó Ibil (caminar), la primera plataforma que hizo saltar las alarmas de una posible escisión en el mundo de ETA en el que ya existían otras corrientes críticas minoritarias, aunque sin fuerza suficiente como para generar preocupación.
El líder de Ibil no era un desconocido ni en el mundo etarra ni entre las fuerzas de seguridad. Había sido concejal de Herri Batasuna en Ansoain (Navarra) y llegó a cumplir una condena de diez años en Francia por pertenencia a ETA hasta el año 2003. Ejercía como profesor de colegio en Urdax (Navarra) cuando a principios de 2014 decidió cambiar de vida y se trasladó en Francia. Antes dejó una nota de despedida a sus alumnos en un ejemplar de 'El Señor de los Anillos', escrita por él en euskera y en idioma élfico.
Su actividad en Francia
Instalado en el país galo, Sánchez Agurruza empezó a contactar y a sondear a algunas personas que componen la histórica red de apoyo y cobertura a ETA y sus militantes, presente desde hace años en diversas localidades del sur de Francia. Para entonces, el líder de Ibil ya había publicado algunos escritos en los que dejaba claras sus intenciones en un blog que a día de hoy sigue activo, aunque hace tiempo que no se actualiza.
Entre sus reflexiones se encuentran frases como esta: "Cuando perdemos la esperanza roja de la Revolución, empezamos a buscar soluciones 'posibilistas', a proponer estrategias 'eficaces', a realizar planteamientos 'realistas', y poco a poco y casi sin darnos cuenta, nos acunamos dulcemente en el regazo de este maligno sistema opresor, abandonando los objetivos e ideales de siempre, como si fueran 'cosas del pasado'.
La situación llegó al punto de que la propia ETA tuvo que intervenir con mano firme para cortar cualquier tipo de amago de escisión en su entorno. "Quienes utilizan maliciosamente la memoria de los 'gudaris' y los símbolos y las reivindicaciones históricas de la izquierda abertzale para dañar la actual estrategia y dividir el movimiento de liberación no cuentan con el apoyo de ETA". Así de contundente se mostraba la banda terrorista hace ahora dos años en su tradicional comunicado del 'Gudari Eguna'.
La advertencia de ETA
La advertencia tenía como claro destinatario a Fermín Sánchez Agurruza, a quien además la banda le hizo llegar un mensaje privado, según informan las fuentes de la lucha antiterrorista. En septiembre de 2014, los dirigentes etarras le hicieron llegar una comunicación discreta, tansmitida a través de intermediarios, es decir, personas en común.
Se le hizo saber que no contaba con el respaldo de la organización para hacer lo que estaba haciendo. Tras aquel toque de atención Sánchez Agurruza se mantuvo en un discreto segundo plano, siempre según los expertos antiterroristas consultados que siguen sus pasos y han detectado su regreso a la primera línea de las reivindicaciones del sector duro abertzale.
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