El nuevo Parlamento vasco, surgido de las elecciones del 25-S, aún no se ha constituido cuando empiezan a aflorar las alianzas y bloques que presidirán la undécima legislatura. EH Bildu ha mantenido este miércoles en la Cámara de Vitoria una reunión exploratoria de posibles entendimientos y puntos de encuentros con Elkarrekin Podemos, partido que se ha situado en la oposición, mientras espera la llamada del PNV  para la hipotética búsqueda de un acuerdo de gobernabilidad que confiera estabilidad al Ejecutivo de Íñigo Urkullu, que cuenta con 28 escaños de un total de 75.

Tras una primera ronda de contactos con todos los grupos parlamentarios, el partido de Ortuzar anunció que sólo veía posibilidades de alcanzar un pacto de gobierno con EH Bildu (18 escaños) o con el PSE-EE (9) y que iniciaría negociaciones con ambas formaciones. A los socialistas, sus socios en la legislatura anterior y con quienes gobierna en diputaciones y ayuntamientos, no les puso condiciones. Para pactar con la coalición abertzale consideró imprescindible un cambio en las posturas de la formación en materia de paz y convivencia. En palabras del presidente del PNV, Andoni Ortuzar, se imponía el logro de un "diagnóstico común" sobre la violencia de ETA y sus consecuencias, previo a la negociación para dotar al País Vasco de un Ejecutivo estable que garantice la gobernabilidad del país.

FALTA DE CLARIDAD

La exigencia de que EH Bildu haga autocrítica y participe en los consensos alcanzados por el resto de las fuerzas democráticas levantaba una barrera que inclinaba la balanza de los pactos en dirección a los socialistas vascos. Una semana después el descarte de la coalición abertzale se afianza y aunque la partida sigue jugándose y nadie descubre del todo sus cartas, la formación independentista ha manifestado su rechazo a la condición preliminar del PNV que “mira al pasado y no al futuro”.

Su líder, Arnaldo Otegi, ha calificado este miércoles de "especialmente desafortunadas" las posiciones de Ortuzar y mostrado su disconformidad con el planteamiento de exigencias "en escenarios previos" distintos  al de la búsqueda de grandes acuerdos  de país en materia de paz y convivencia, a los que su formación no se niega.

Otegi ha insinuado que tras esa condición se esconde la falta de claridad del PNV y su deseo de pactar con el PSE-EE. “Cada cual es muy libre de elegir a sus compañeros de viaje”, ha opinado tras reflexionar sobre los problemas de quien oculta sus preferencias en vez de manifestarlas abiertamente como ha hecho EH Bildu, al propugnar un pacto a tres bandas con los peneuvistas y Podemos en torno al derecho a decidir.

ALIANZAS CON PODEMOS

Otegi ha hecho estas manifestaciones tras la reunión celebrada entre Podemos y EH Bildu en el Parlamento. Al término del encuentro portavoces de ambas formaciones han comparecido para dar cuenta de su contenido alabando el clima de buena sintonía y las posibilidades de entendimiento de los dos grupos.

La secretaria general de Podemos, Nagua Alba, ha reconocido la intención del partido morado de configurar una “mayoría progresista” desde la oposición, mientras que la parlamentaria abertzale Miren Larrión no ha considerado contradictorio el sondeo de posibles “acuerdos de país” con quienes se sitúan enfrente del Gobierno de Urkullu con las negociaciones de gobernabilidad que se van a abrir  con el PNV la próxima semana.

Alba ha hecho énfasis en aspectos de contenido social y en la posibilidad de “legislar desde la oposición”, en tanto que EH Bildu ha adelantado una posible alianza en torno al derecho a decidir trasladable también al Congreso de los Diputados. “Están  dispuestos a recorrer la mitad del camino con nosotros”, ha señalado la parlamentaria abertzale Maddalen Iriarte, que comparte con Larrión la portavocía del grupo ante la indefinición existente hasta el momento sobre quien sustituirá en esas funciones a Arnaldo Otegi, que debido a su inhabilitación no pudo presentarse a las elecciones.

Ese acompañamiento significa, según lo expuesto por Larrión, la defensa común de la celebración de un referéndum que teste la opinión de la ciudadanía vasca. A partir de ahí, Podemos, partidario de una ley de claridad a la canadiense, aboga por que Euskadi no se separe de España en contraposición con EH Bildu que reivindica un estado independiente.

Además ambas formaciones “han compartido diagnóstico” en otras materias y observado sus coincidencias en el ámbito económico social, al apostar por una Euskadi “libre de recortes”, y en la necesidad “de avanzar” en paz y convivencia en la etapa post-ETA.

Oficialmente al menos, EH Bildu no se sitúa todavía en el ámbito de la oposición, a expensas de la reunión con el PNV en la que la coalición abertzale responderá a las propuestas de los peneuvistas articuladas en torno a diez ejes. Como si las dos fuerzas políticas dejaran al otro la responsabilidad de no llegar a un acuerdo.

DUDAS SOBRE LA INVESTIDURA

De los resultados de ese encuentro dependerá si EH Bildu presenta o no candidato al debate que proclamará lehendakari a Íñigo Urkullu. La investidura del aspirante del PNV no corre peligro. Todos los grupos aceptan su triunfo electoral, lo que no obsta para que la coalición abertzale y Podemos traten de aprovechar el escaparate que brinda la Cámara en su apertura.

“No queremos que el debate sea un camino de rosas para Urkullu”, ha expuesto Nagua Alba, sin desvelar que factores influyen en que la formación morada, situada ya en la oposición, no haya decidido aún si presentará a Pili Zabala como candidata para contraponer su alternativa a la representada por el PNV.

La formación morada ha sido la primera en acreditar a sus once parlamentarios y en fijar sus prioridades de cara a la legislatura que comienza. Sus primeras iniciativas irán encaminadas a acabar con las “puertas giratorias”, -con una proposición no de ley similar a la planteada por Podemos en el Congreso-, a crear una comisión parlamentaria de igualdad, y a introducir reformas en el servicio vasco de empleo, Lanbide, cuya ineficacia ha sido objeto de discusión en los últimos años.

Zabala ha sido nombrada presidenta del grupo parlamentario de Elkarrekin Podemos, coalición integrada además por Ezker Anitza (Izquierda Unida) y los ecologistas de Equo, mientras que la portavocía ha recaído en Lander Martínez, secretario de organización del partido de Iglesias en el País Vasco.  El grupo, -que está preservando a Zabala por su inexperiencia en política hasta el punto de no permitir que sea interpelada en ruedas de prensa-, tiene que resolver ahora si el hecho de dejar impronta en la investidura compensa la exposición de su cabeza de lista en foro parlamentario en uno de los debates más importantes pero también complicados de la legislatura, en el que los candidatos tienen que desgranar su programa de gobierno y afrontar las réplicas y embestidas del resto de partidos.

UNA MESA SIN EL PP

Los plazos para la creación del nuevo Parlamento vasco empiezan a contar a partir de este jueves, con la acreditación de los 28 parlamentarios del PNV. Con ellos, sumados a los anteriores 11 de Podemos, se supera el tercio de representantes necesario para poner en marcha la dinámica marcada por el Reglamento.

Desde el instante en que los peneuvistas se acrediten hay quince días para convocar el pleno de constitución en el que se abordará la composición de la Mesa de la Cámara, momento en el que se entrevén ya las primeras alianzas o entendimientos entre los grupos.

El órgano de  gobierno del Parlamento será presidido por Bakartxo Tejeria, del PNV, que repetirá en el cargo. El partido de Ortuzar quiere reservarse otro puesto y los tres restantes parecen destinados a EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PSE-EE , los tres partidos que le siguen en número de votos. Sólo el PP se quedaría sin representación, al igual que le ocurrió a UPyD en la legislatura anterior. No hay nada cerrado aún pero todos los grupos, incluidos los populares, dan por hecho que ése será el resultado final.

Una vez se constituya la cámara y se celebren los plenos en los que se examinan si existen casos de incompatibilidades entre los parlamentarios electos, el camino queda expedito para la celebración del debate de investidura en el que se reelegirá a Urkullu lehendakari, previsiblemente en la segunda quincena de noviembre.

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