La cita está fijada a primera hora de este viernes en el Juzgado de Instrucción nº 1 de Pozoblanco. Allí, la joven de 21 años que pasó la madrugada del 1 de mayo con cuatro de los cinco detenidos después en San Fermín, tendrá que relatar de nuevo los presuntos abusos a los que fue sometida por "la manada", como se autodenominaba este grupo de jóvenes, ahora en prisión preventiva acusados de violación.
Es la segunda vez que la presunta víctima tiene que prestar declaración en el Juzgado, ya que a su primera comparecencia, fijada para el pasado mes de octubre, faltaron varios de los letrados de la defensa, incapaces de preparar la comparecencia por falta de tiempo. Fue el pasado 24 de noviembre, tras la declaración de los cuatro acusados por videoconferencia desde el centro penitenciario donde esperan juicio, cuando sus representantes legales solicitaron de nuevo la comparecencia de la chica de tres testigos. Algo que la jueza aceptó.
Además, la instructora del caso aceptó que la denunciante fuera examinada por un psicólogo, con el objetivo de verificar tanto la veracidad de su testimonio como si la joven arrastra alguna secuela psicológica del suceso.
Tocamientos en un coche
Así, la joven de 21 años tendrá que relatar de nuevo cómo, tras una noche de fiesta en la localidad sevillana de Torrecampo, compartió coche con José Angel Prenda, Alfonso Jesús Cabezuelo, Antonio Manuel Guerrero y su primo Jesús Escudero. Los cuatro, junto con su amigo Angel Boza, fueron detenidos dos meses después y acusados de violar presuntamente a otra joven en las fiestas pamplonesas de San Fermín.
En el transcurso de esa investigación, la Policía Foral navarra localizó un vídeo en el teléfono de uno de los acusados donde se podía ver a cuatro de los miembros de la "manada" abusando presuntamente de una joven en estado de semi inconsciencia. La chica estaba en el asiento de atrás del coche mientras uno de ellos le está dando besos en la boca y el resto, aprovechaba su estado para tocarle el pecho. Por su parte, las defensas han pedido la nulidad del vídeo, que se ha convertido en la principal prueba contra la manada en este caso.