José Luis Rodríguez Zapatero fue el último presidente del Gobierno socialista. Con él, el PSOE superó los 11 millones de votos en 2008 y se aprobaron numerosas leyes de calado social. Pero Zapatero también fue el parachoques de la crisis económica con el que el PSOE comenzó su declive, cayendo hasta los siete millones de votos con Alfredo Pérez Rubalcaba y a los cinco y medio con Pedro Sánchez. Mientras, Podemos y Ciudadanos nacían o engordaban. Hubo una etapa, la de Rubalcaba, en la que en el PSOE se decía que "las siglas" y la figura del expresidente pesaban mucho. Eran un lastre que impedía al partido despegar electoralmente.
La etapa de Sánchez fue distinta. La desafección creciente entre los dirigentes que lo apoyaron en 2014 acabó en un divorcio entre el líder del PSOE y algunos dirigentes territoriales. Lo mismo ocurrió con figuras como Zapatero. Él, en privado, criticaba la gestión de la Ejecutiva en encuentros con otros referentes y amigos. Ferraz seguía con indiferencia, cuando no con cierto desdén, los movimientos del expresidente.
En menos de un mes, Zapatero protagonizará cuatro actos del PSOE. La Gestora y diversas federaciones quieren rendir homenaje a su legado social coincidiendo con efemérides de sus leyes de referencia. Este sábado fue homenajeado en Toledo por la Juventudes Socialistas, que le entregaron el Premio Violeta a la lucha por la igualdad y contra la violencia machista.
Las citas más destacadas están por venir. El 15 de diciembre de 2006, el Boletín Oficial del Estado publicaba la conocida como Ley de Dependencia, reconociendo como derechos las prestaciones para personas que vean mermada en distintos grados su autonomía personal, incluyendo servicios públicos y ayudas económicas para familiares en algunos casos. Aunque su desarrollo tuvo problemas de financiación y fue aplicada de manera dispar según la comunidad autónoma, el PSOE considera la ley uno de los grandes logros del último Gobierno de Zapatero. En el mes de diciembre se cumplen 10 años de su aprobación.
Baño de masas en Jaén
El día 16, un polideportivo de Jaén rendirá homenaje a Zapatero en un acto que se prevé multitudinario y que también exhibirá la sintonía personal con Susana Díaz, la presidenta de Andalucía, a quien Zapatero apoya en privado para la secretaría general. Aunque el acto se convoca con la reivindicación de la Ley de Dependencia como principal argumento, es visto como una oportunidad para que Díaz, que aún no ha anunciado públicamente que opta al liderazgo del PSOE, haga una demostración de fuerza en una de las provincias con una militancia más viva.
Al día siguiente, Zapatero viajará a Zaragoza, donde le espera el presidente de Aragón, Javier Lambán, para otro acto en torno a sus políticas sociales.
La dirección del PSOE también prepara otro gran acto, que se celebrará probablemente en Madrid en las siguientes fechas, según confirman fuentes socialistas. Ese será el acto principal de homenaje al expresidente y el cuarto en menos de tres semanas.
"Ha vuelto la normalidad"
"La normalidad ha vuelto al PSOE", explican fuentes al corriente el calendario de actos, que destacan que las citas son fruto del consenso entre federaciones. "En el PSOE siempre nos hemos sentido orgullosos de nuestros referentes y las leyes de Zapatero han cambiado desde el progresismo la vida de los españoles para siempre. Le debemos mucho, como a otros referentes", explican.
En la etapa de Sánchez, algunos sectores expresaron su malestar porque en elecciones como las de Euskadi, las primeras tras una legislatura sin violencia armada de ETA, Zapatero y Rubalcaba no fueran invitados a participar, a pesar de que durante su mandato se produjo el alto el fuego definitivo. Otro referente del socialismo vasco, Eduardo Madina, apenas había tenido actos. Es difícil evaluar si el diseño de la campaña fue definitivo, pero el PSE sufrió un importante descalabro en los últimos comicios autonómicos.
"En el PSOE siempre nos hemos acordado de personas como Zapatero, pese a que hubiese momentos duros o incómodos. Lo raro fue haber traspasado las líneas rojas, pero eso ya es parte del pasado", explican las mismas fuentes, para las que los socialistas no podrán ganar el futuro si no valoran su pasado.
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