Saturnino Garzas -67 años, parkinson y alzhéimer- desapareció de la residencia Los Peñascales, en Torrelodones, el pasado 26 de diciembre. Las cámaras de seguridad lo sitúan por última vez en uno de los salones del centro, del que huyó a través de una puerta de emergencia. Desde entonces, y a pesar de las batidas de la Guardia Civil, no hay rastro ni huella que valga.
Poco después de conocerse su huida, la familia Garzas relató a este periódico que, el día de su ingreso, la residencia le retiró el GPS que había llevado hasta entonces. Un extremo que el centro siempre negó. Terminada la investigación, la Comunidad de Madrid ha multado a Los Peñascales -centro concertado- con 30.000 euros, fruto de una "infracción grave".
"Descuido en la vigilancia"
Las pesquisas del Ejecutivo de Cifuentes se desdoblaron. "Se han desarrollado dos investigaciones paralelas. Una por parte de la Subdirección General de Control de Calidad y otra desde la Dirección General de Dependencia", relata un portavoz regional a EL ESPAÑOL.
Tras visitar el centro, los técnicos funcionarios han determinado que la residencia "no ha adoptado las medidas de cuidado y vigilancia de los usuarios". A partir de ahora, Los Peñascales dispondrá de un plazo de 15 días para presentar alegaciones.
Del mismo modo, la Dirección General de Dependencia, a tenor de los pliegos del contrato, ha propuesto "una penalización por considerar los hechos una falta muy grave debido a la deficiencia en el control y la protección de los usuarios". En este caso, el centro tiene 10 días para recurrir. El importe total de las dos sanciones roza los 30.000 euros.
Ante la presión de los medios y de la propia familia, la dirección de Los Peñascales emitió un comunicado en el que aseveraba no haber tenido problemas de este tipo en treinta años. Después, añadía: "Esto no es un centro penitenciario, si uno se empeña en escapar, acaba consiguiéndolo".