Las tres dimisiones de Aguirre: 'in eligendo', 'in vigilando' y sin admitir preguntas
Aguirre dejó la presidencia de la Comunidad de Madrid en 2012. En 2016, abandonó la dirección del PP regional. Las dos veces admitió preguntas de la prensa. El caso González la ha dejado sin respuestas.
25 abril, 2017 02:33Noticias relacionadas
- Esperanza Aguirre, el último cadáver que ve pasar Rajoy desde su sillón
- Esperanza Aguirre dimite por no haber vigilado a Ignacio González: "Me siento engañada y traicionada"
- Génova cree que la dimisión de Aguirre "es una decisión que tiene que tomar a título personal"
- La superviviente del clan González: una diputada con el marido y los dos hermanos en la cárcel
- Los González sacaron 532.000 euros en billetes de las cuentas del campo de golf del Canal
La tercera dimisión de Esperanza Aguirre ha finalizado sin preguntas. Es quizá la prueba de que esta vez es la definitiva. Aguirre había comunicado su decisión de abandonar la política otras dos veces. La primera fue el 17 de septiembre del 2012, cuando dejó la presidencia de la Comunidad de Madrid. El 14 de febrero del año pasado renunció a la presidencia del PP regional. Aguirre admitió preguntas y bromeó con los periodistas las dos veces. En los poco más de tres minutos que duró su comparecencia de este lunes, se marchó sin responder a la prensa. No sonrió un solo instante.
Aguirre se fue por primera vez en septiembre del 2012. La rueda de prensa duró unos 20 minutos. La presidenta madrileña argumentó motivos personales para dejar el cargo. Recordó el cáncer que había superado, la llegada de sus nietos y la necesidad de pasar más tiempo “con los míos”. “Va a ser duro no desayunarme a las seis y media con tres emisoras a la vez, leer los periódicos, llamar a mis colaboradores (…), las preguntas de los periodistas”.
Aquel día, entre sonriente y emocionada, regó de elogios a su sucesor Ignacio González. El hombre en el que depositó su confianza y que ahora le ha apartado definitivamente de la vida política. “Es la persona con más experiencia y mejor dotada para ocupar el cargo de presidente. Conoce perfectamente la Administración municipal, la Administración general del Estado y la Administración autonómica”, dijo sobre González. “Creo que es una persona enormemente trabajadora, inteligente, un gran jurista, un gran conocedor de la Administración. Y por lo tanto creo que los madrileños no van a notar ninguna diferencia. Al revés, probablemente lo mejore”.
La bicefalia
Pero esta primera dimisión fue un amago. Algunos creen que intuía problemas. En 2011 había cesado a Francisco Granados. Otros sostienen que no quiso afrontar los duros planes de austeridad que Mariano Rajoy impuso a las comunidades. Aguirre dijo entonces que renunciaría a la presidencia del PP de Madrid: “No me gusta la bicefalia. Probablemente lo dejaré”. Pero no lo hizo y repitió como candidata del PP a la alcaldía de Madrid en las elecciones del 2015.
El día de San Valentín del 2016, Aguirre dejó la presidencia regional que había prometido abandonar cuatro años antes. Fue por el caso Granados. La dirigente del PP dijo que asumía su responsabilidad in eligendo e in vigilando. Aguirre admitió, por un lado, que a Granados le había puesto ella en el cargo de secretario general del PP de Madrid y, por otro, que falló a la hora de vigilar sus actividades presuntamente ilegales.
"No hay nadie en la opinión pública ni en la publicada que piense que yo me haya llevado un duro o haya cometido alguna ilegalidad", dijo entonces. "Por eso me echo la culpa in vigilando".
"Traicionada y engañada"
Aguirre ha vuelto a dimitir este lunes como concejal y portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Madrid. Ya no le quedan cargos. Ella siempre dijo que llegó a la política para marcharse en cualquier momento. Pero le ha costado. En 2012, dijo que el momento de irse lo elegía ella. En 2017, se va sin el apoyo del PP y forzada. La comparecencia ha sido más parecida a la del caso Granados, pero al mismo tiempo diferente. Aguirre ha vuelto a culparse de no "vigilar" las actividades de González.
"Me siento engañada y traicionada", ha dicho. "No vigilé todo lo que debía, por eso dimito del cargo político que ostento".
Al igual que hizo con Granados, Aguirre ha vuelto a asegurar que la corrupción es un problema central de la política española y que ella asume sus responsabilidades "sin dilación y sin excusas". La dirigente del PP no admitió preguntas. Tampoco cambió el gesto, serio, en toda la rueda de prensa.