Diferencias sobre el Cupo de 352 millones al año bloquean el apoyo del PNV a los Presupuestos
El Gobierno vasco y el partido de Ortuzar presionan para cerrar el cálculo de la aportación vasca al Estado para el próximo quinquenio.
25 abril, 2017 18:47Noticias relacionadas
El apoyo del PNV a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) se complica. Las negociaciones prosiguen con algunos avances pero las diferencias sobre el Cupo se han convertido en un escollo que está impidiendo cerrar el acuerdo antes de este viernes, día en el que termina el plazo de la oposición para enmendar a la totalidad las Cuentas.
El Ejecutivo de Urkullu ha introducido presión a la negociación al advertir este martes de que aún “no hay condiciones suficientes” para zanjar las desavenencias sobre el Cupo y acusar al Ejecutivo de Rajoy de no hacer todo el esfuerzo posible para solventarlas.
“Falta voluntad política por parte del Gobierno español para imprimirle [a la negociación] el impulso necesario para que el acuerdo sea posible”, ha explicado su portavoz Josu Erkoreka.
Con sus declaraciones enfría la posibilidad de un pacto inmediato transmitido por el presidente vasco, Íñigo Urkullu, apenas veinticuatro horas antes. Ha matizado que el lehendakari no expresaba “una expectativa” de logro sino una aspiración y el “emplazamiento” a seguir trabajando en su búsqueda. “El tiempo apremia, es una cuestión de calendario”, ha añadido con la vista puesta en la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado, mezclando el frente institucional abierto entre los Ejecutivos de Madrid y Vitoria con las negociaciones presupuestarias que PNV y PP mantienen en el Congreso de los Diputados.
Se trata de dos mesas distintas pero conectadas ya que el PNV considera imprescindible para apoyar las cuentas de Rajoy que haya un acuerdo previo sobre el Cupo, cuya búsqueda persiguen las delegaciones encabezadas por el ministro Cristóbal Montoro y el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu.
DISCREPANCIAS SOBRE EL CUPO
El Cupo, emanado del sistema del Concierto Económico, es el dinero que el País Vasco paga al Estado por las competencias no transferidas, como Defensa o Asuntos Exteriores, y las aportaciones a la solidaridad interterritorial. Su cálculo anual se establece a través de leyes quinquenales sobre un método inicial, por el que el País Vasco contribuye a los gastos con un 6,24%, porcentaje en el que quedó estimado el peso de la economía vasca en el conjunto del Estado. La introducción de otras variables eleva, no obstante, su complejidad técnica y establece grandes diferencias en su cuantificación.
La última Ley del Cupo data de 2007 porque a lo largo de los últimos diez años su renovación ha sido imposible por discrepancias sobre cómo se aplica la metodología y el balance económico resultante. En el proyecto de Presupuestos para 2017 el Cupo está fijado en 1.202 millones de euros, 352 más de los 850 que el Gobierno vasco considera que debería aportar la comunidad autónoma.
Desde el PNV se presiona con la presentación de una enmienda a la totalidad de las Cuentas si antes no se llega a un acuerdo sobre las liquidaciones pendientes , fruto del desacuerdo arrastrado durante una década, y el cálculo del Cupo para el próximo quinquenio. Aunque la factura del pasado reclamada por los nacionalistas asciende a 1.561 millones de euros, la principal fricción de la negociación se encuentra en el establecimiento del método a seguir a partir de ahora para determinar la contribución anual del País Vasco a las arcas del Estado.
Los nacionalistas pretenden pactar una fórmula que ajuste las condiciones del pago a la realidad socio-económica vasca y arrancar el compromiso de su materialización en una nueva Ley Quinquenal del Cupo (2017-2021) que evite prorrogar otra vez la de 2007.
Para el PNV tan importante es la estabilidad de contar con un instrumento legal, acordado bilateralmente y no sujeto a vaivenes de interpretación, como sus derivadas económicas. Se trata tanto del “fuero” como del “huevo”, según expresó el lunes el lehendakari.
COMPROMISO POR ESCRITO
El PNV exprime el calendario de los PGE con la pretensión de utilizar la posición de fuerza de sus cinco votos en el Congreso para arrancar del Gobierno un compromiso por escrito que resuelva la situación del Cupo. No se fía de las buenas intenciones y necesita que su contenido tenga la suficiente envergadura para poder explicar a la ciudadanía vasca su pacto en el actual contexto político de devaluación del PP.
El deterioro de la imagen de los populares, tras los últimos casos de corrupción y la citación de Rajoy, eleva el precio del apoyo del PNV, fuertemente criticado por la oposición vasca por su predisposición a avalar los Presupuestos, que sólo pueden ser aprobados con sus votos.
Los contactos entre las delegaciones de ambos Gobiernos han puesto de manifiesto, sin embargo, las dificultades del Ejecutivo de Mariano Rajoy para acceder a las pretensiones nacionalistas. El Cupo es un instrumento muy cuestionado desde algunas comunidades autónomas que consideran escasa la contribución del País Vasco a la Hacienda estatal y el Gobierno aún tiene pendiente pactar con ellas la reforma de la financiación autonómica.
No obstante, las palabras de Urkullu del lunes parecían predecir el logro de una solución que este martes acaba de disipar Erkoreka. El portavoz del Gobierno vasco ha expuesto que las diferencias sobre el Cupo siguen siendo “aún de calado” e insistido en que no ve el “pacto” próximo.
Si esa previsión se mantiene el PNV presentará el viernes una enmienda a la totalidad de los Presupuestos, lo que no impedirá que las negociaciones continúen hasta el 4 de mayo, cuando la devolución de las Cuentas sea sometida a votación en el pleno del Congreso. El verdadero plazo termina ese día porque si no hay acuerdo el Gobierno de Rajoy afrontará el varapalo político de no poder sacar adelante su proyecto.