La parálisis del Gobierno ante la revuelta que está teniendo lugar en Cataluña ha quedado en evidencia en el informe que Moncloa envía cada mañana a todos los ministerios. "La jornada de ayer transcurrió sin incidentes reseñables", dice el documento sobre lo ocurrido el día después del 1-O. Algunos funcionarios y altos cargos han reaccionado indignados al leerlo. El documento, dicen, oculta las "humillaciones" a las que fue sometido el Estado el 2 de octubre.
Porque el día después del referéndum pasaron muchas cosas. La más grave fue el acoso y persecución a policías y guardias civiles. Una turba de ciudadanos persiguió a agentes de la Policía Nacional en Calella entre gritos de fills de puta. La imagen hacía temer por su linchamiento. Los hoteles de Calella, presionados por los vecinos y el ayuntamiento, expulsaron a 500 agentes. Estos agentes han relatado en primera persona el acoso, los insultos y la pasividad de los Mossos. "Vienen a por nosotros", decían.
Otros escraches
Episodios similares de escraches y acoso a policías y guardias civiles se vivieron en los municipios de Pineda del Mar y Reus. En Pineda del Mar, a cinco minutos de Calella, el ayuntamiento, del PSC, también dijo que los agentes abandonarán los hoteles. En Barcelona, varios centenares de personas también se concentraron durante toda la tarde ante la Jefatura Superior de Policía en Barcelona.
Todos estos incidentes se produjeron horas después de una rueda de prensa de Carles Puigdemont en la que exigió la salida de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado de Cataluña. En esa misma comparecencia, el presidente catalán anunció que seguirá adelante con su plan secesionista y pidió una mediación internacional. Puigdemont también advirtió de que tiene a su disposición la declaración unilateral de independencia. Pero de momento, el Parlament la ha metido en el congelador. Quizá sólo por unos días.
Puigdemont encabezó una concentración delante del Palacio de la Generalitat para protestar contra la "violencia policial". Esa misma protesta se reprodujo en la plaza Cataluña. A la concentración asistió también la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, denunció agresiones sexuales durantes las cargas policiales del 1-O. Interior ha llevado a la Fiscalía estas declaraciones.
La digestión del 2-O
El Gobierno pasó la mayor parte del 2 de octubre digiriendo el fiasco del 1-O. En Cataluña, sin embargo, la desobediencia en la que se ha instalado el separatismo iba un paso más allá. La Generalitat anunciaba que no descontaría el día de paga a los funcionarios si secundaban la huelga general de este martes. Era una huelga política en toda regla.
Todas estas cosas pasaron el 2 de octubre. Pero no aparecían destacadas en el informe de Moncloa. El 14 de julio de 1789, Luis XVI escribió en su diario la palabra rien (nada). El rey de Francia solía hacer anotaciones de sus jornadas de caza en este diario. Nadie supo muy bien si es que el que día que se tomó la Bastilla no había pasado nada o simplemente no había cazado nada.
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