Ciudadanos ha forzado un debate sobre el procedimiento de urgencia del cupo vasco y el concierto económico, según han informado fuentes parlamentarias a EL ESPAÑOL. El partido de Albert Rivera ha conseguido un turno de tres minutos de intervención este martes, al que se han opuesto tanto el PP como el PNV en la Junta de Portavoces. El Congreso deberá votar sobre la tramitación de los proyectos en lectura única prevista para el jueves.
Ciudadanos está liderando la oposición al cupo vasco. En una reunión de su grupo parlamentario, Albert Rivera ha calificado de "atropello" los tres minutos que la presidenta de la Cámara Ana Pastor ha concedido como turno de intervención. La tramitación urgente impide la presentación de enmiendas parciales, por eso Ciudadanos ha presentado de devolución.
En sus enmiendas de devolución, el grupo naranja ya dijo que era una "anomalía democrática" la tramitación elegida. "Dado que no es un proyecto de ley simple, la explicación es que se desea presentar como un acuerdo bilateral entre dos Gobiernos en el que el Parlamento nacional no tiene nada que decir, sólo si tema o lo deja", dice la enmienda. "Pero la realidad es que no lo es y es una anomalía democrática tratarlo como si lo fuera. Del mismo modo que sería una anomalía democrática tramitar por vía de urgencia y lectura única la próxima reforma del sistema de financiación autonómica de régimen común".
PP, PSOE, Unidos Podemos y los partido nacionalistas han anunciado su voto favorable al cupo vasco. El único que, además de Ciudadanos, se ha desmarcado del acuerdo es Compromís. Su portavoz Joan Baldoví ha dicho que el Gobierno debería haber empezado por las comunidades peor financiadas, como la valenciana, y no por la vasca, que tienen una financiación más desahogada por la gestión de sus propios recursos.
El concierto económico vasco es el marco que regula las relaciones financieras entre el País Vasco y el Estado. El cupo es la cantidad que el País Vasco paga cada año por los servicios de competencias no transferidas. Las diputaciones forales vascas recaudan todos los impuestos, que posteriormente se reparten al Estado por los gastos acordados en períodos quinquenales. El único requisito es que la presión fiscal sea similar a la del resto del país. En las autonomías del régimen general, el sistema funciona al revés. La Agencia Tributaria recauda y después reparte.
Ciudadanos considera inexplicable el cálculo que se hace de la factura del cupo, que sale a devolver a las instituciones vascas. En ese sentido recuerda algunos ajustes que deberían contabilizarse al revés. Es el caso de la construcción de la Y ferroviaria vasca, que financia casi al 100% el Estado. Rivera denuncia, por un lado, que el comité de expertos para la reforma de la financiación autonómica recomendó incrementar, y no reducir como ahora propone el Gobierno, aportación de las comunidades forales a la solidaridad interregional. Y, por otro, recuerda que el País Vasco se puede permitir una presión fiscal mucho más baja y un gasto social muy superior a la media del resto de España.
“Se está profundizando en la sobrefinanciación de las Administraciones Vascas (…), es decir la comunidad autónoma con la segunda renta per cápita más elevada de España”, dice Ciudadanos en sus enmiendas. “Esto, en un mundo de recursos limitados, tiene como consecuencia ineludible la subfinanciación de otras Administraciones, y el pago de mayores impuestos de los ciudadanos de otros territorios”.