Ciudadanos ha ganado las elecciones en Cataluña. Una victoria tan histórica como amarga por la ajustada mayoría absoluta de fuerzas separatistas en el Parlament que probablemente impedirá a Inés Arrimadas formar gobierno. El triunfo del partido naranja tiene un efecto simbólico importante. Ciudadanos, con apenas 11 años de vida, es la primera formación netamente antinacionalista que gana unas elecciones catalanas en la historia de la democracia española.
Las encuestas habían apuntado la victoria de Ciudadanos, pero el resultado fue más claro de lo esperado. Con el escrutinio al 99%, Arrimadas ha superado holgadamente el millón de votos, un 25,3% de las papeletas, alcanzando los 37 escaños. Es un éxito sin precedentes. Ciudadanos ha sido el partido más votado en las provincias de Barcelona y Tarragona y en tres de las cuatro capitales: Lleida, Barcelona y Tarragona. No sólo eso. Arrimadas ha ganado en los diez municipios más poblados de Cataluña, que incluyen localidades como Badalona, Hospitalet, Reus o Terrasa.
Ciudadanos se ha convertido con mucha diferencia en el refugio del voto constitucionalista en los tiempos más convulsos de la historia reciente de Cataluña. Pero la suma de sus apoyos a los del PSC y el PP no ha sido suficiente para desbancar al separatismo. "Siempre que nos han dicho que era imposible, lo hemos conseguido", ha dicho una exultante Arrimadas.
El manifiesto de los intelectuales
Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía fue el proyecto político nacido del manifiesto de los 15 intelectuales en el 2005. El partido se presentó por primera vez a las elecciones del 2006. Su candidato, Albert Rivera, posó desnudo en el cartel electoral. Rivera consiguió el 3% raspado de los sufragios. Ciudadanos entró al Parlament con tres diputados.
El partido fue una respuesta a la vinculación del PSC con los tripartitos de ERC. Rivera hizo cosas que entonces parecían revolucionarias, como por ejemplo hablar en castellano en el Parlament. Ciudadanos presentó un proyecto antagónico al nacionalista ante la indiferencia tanto del PSC como del PP. Y abanderó en solitario causas como las de la educación en castellano.
Ciudadanos vivió su mayor crisis tras el fracaso de su coalición con el grupo de ultraderecha Libertas en 2009. El partido perdió más de 4.000 afiliados en un año. Pero Rivera sobrevivió al envite con un examen de conciencia y un propósito de enmienda. Ya en 2010, algunos catalanes comenzaron a sentir que el nacionalismo cruzaba fronteras impensables. Libertas se olvidó rápido porque había otras urgencias.
Crecimiento imparable
El crecimiento del partido desde que comenzó el actual proceso soberanista ha sido imparable. En 2012, consiguió 9 diputados. Rivera dejó poco después la presidencia del partido en Cataluña para liderar la expansión nacional de Ciudadanos. En sus primeras elecciones como candidata, Arrimadas logró 25 escaños y se convirtió en el principal partido de la oposición en 2015.
Ciudadanos no sólo ha consolidado ese resultado, sino que lo ha superado con creces. Después del referéndum del 1-O, la ruptura unilateral y el 155, el partido naranja ha aglutinado el voto a favor de la unidad y será la primera fuerza de un Parlamento muy fragmentado con mayoría de escaños separatistas.
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