Junqueras se autodescarta y pide a Puigdemont que facilite formar gobierno
El separatismo asume que el Govern del 1-O y la declaración unilateral de independencia no volverá a ocupar cargo alguno en la Generalitat.
2 febrero, 2018 01:56Noticias relacionadas
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Nadie quiere decirlo muy alto. Pero por primera vez en varios meses las declaraciones públicas, privadas o por mensajes de móvil accidentales apuntan en la misma dirección. El separatismo parece haber interiorizado que ninguno de los miembros del Govern del 1-O y la declaración unilateral de independencia volverá a ocupar cargo alguno en la Generalitat.
Un día después de los Whatsapps de Carles Puigdemont a Toni Comín y de la advertencia del Supremo sobre la inhabilitación inminente de la cúpula del procés -antes incluso de que se celebre el juicio-, Oriol Junqueras ha dado la estocada definitiva a la llamada restauración del gobierno legítimo de Cataluña. El ex vicepresidente y líder de ERC ha dicho en una a entrevista a Diario 16 contestada a través de sus abogados que ejercer cualquier cargo desde la cárcel o desde Bruselas es casi imposible. Sus palabras exactas han sido "tiene muchas limitaciones".
Presidencia simbólica y efectiva
La solución de desdoblar la presidencia de la Generalitat en una simbólica (ejercida por Puigdemont en Bruselas) y otra efectiva en Cataluña era el titular aparente de la entrevista a Junqueras, pero sus palabras han dejado entrever un llamamiento a los partidos independentistas para buscar alternativas. La solución, según deja caer el propio Junqueras, no pasa ni por Puigdemont ni por él mismo. La entrevista se realizó antes del harakiri involuntario del ex presidente, pero el mensaje del líder de ERC ha dado aire a los sectores de la formación republicana y del PDeCAT que apuestan por una presidencia viable y un repliegue táctico en las políticas de choque con el Estado.
El problema de los mensajes, involuntarios como el Puigdemont y voluntarios como el de Junqueras, es que golpean a un electorado al que se le ha prometido una República. La digestión de esas expectativas en los más de dos millones de catalanes que votaron separatismo el 21-D es todavía una incógnita. Estos partidos tienen a su favor el control de las asociaciones civiles como Omnium y ANC, capaces de movilizar y desmovilizar a la ciudadanía en cuestión minutos como se vio en la protesta del Parlament este martes. Pero la respuesta social a este cambio de rumbo es todavía una incógnita.
Tanto los partidos constitucionalistas como el Gobierno asisten al debate en el seno del separatismo con las dudas de quién está curado de espanto por lo sucedido hace sólo unos meses. "Es difícil saber qué pasa ahora mismo por su cabeza", dicen fuentes de Ciudadanos en Cataluña. "Pero si hay auto de procesamiento del Supremo e inhabilitación ya no habrá ni investidura telemática, ni presencial, ni candidatura electoral en nuevas elecciones".
El Gobierno mantiene toda la cautela y la prudencia. Pero la lectura que se hace en Moncloa es que un separatismo descabezado no va a arriesgarse a una repetición electoral. Los partidos separatistas retuvieron la mayoría absoluta de la cámara por los pelos. Y nadie olvida que el ganador de las elecciones fue Ciudadanos.
¿Nuevas elecciones?
Mientras tanto, Puigdemont se mantiene como único candidato de un pleno aplazado. Según establece el Reglamento del Parlament de Cataluña el plazo para celebrar el debate de investidura finalizó el miércoles. Los letrados de la cámara deben emitir un informe para aclarar si ha empezado a correr ya el plazo de dos meses para la convocatoria automática de nuevas elecciones. El Estatuto de Cataluña dice que ese reloj se activa con la primera votación de una investidura. La votación no se ha celebrado. Los letrados responden a una situación inédita.
Fuentes del Gobierno, que sigue gestionando la Generalitat en aplicación del 155, dicen que no pueden activar unilateralmente ese reloj. Y esperan al informe jurídico de los letrados, que se conocerá este viernes o el lunes a más tardar.