Hace ahora un año, los días 4 y 5 de febrero del 2017, Ciudadanos celebró la Asamblea General más importante de su historia. El partido naranja modificó sus estatutos y eliminó la socialdemocracia de su ideario, convirtiéndose en una formación liberal progresista. No fue una transición sencilla. Es cierto que el giro liberal fue respaldado por una abrumadora mayoría de la Asamblea. Pero también abrió una grieta sentimental con la militancia histórica de Cataluña, que defendió una enmienda a la totalidad para frenar el cambio.
A Ciudadanos le han pasado muchas cosas en este último año. La más importante ha sido la victoria electoral de Inés Arrimadas en Cataluña el 21-D. El triunfo, salvo milagro inesperado, no tendrá el premio del Generalitat, pero el impulso de la victoria y la oposición frontal de Albert Rivera al proyecto secesionista catalán y al nacionalismo han catapultado sus expectativas electorales. Las encuestas sitúan a Rivera con opciones de ganar las próximas generales.
"El balance de este año es positivo", dice el secretario General de Ciudadanos, José Manuel Villegas, a EL ESPAÑOL. "Ha ayudado a la ciudadanía a identificar el espacio de Ciudadanos, que es el del centro liberal y reformista. No fue un cambio radical. Nosotros ya estábamos en el grupo demócrata liberal en la Eurocámara. Lo que se hizo en ese congreso fue ratificar por una amplísima mayoría esa pertenencia a una familia que no es ni la socialista ni la popular".
De C's a Cs
En Coslada cambiaron muchas cosas. Rivera eligió una nueva dirección con Villegas, Toni Roldán, Luis Garicano, la propia Arrimadas o Miguel Gutiérrez como hombres fuertes. El partido dejó de ser una formación catalana y se convirtió en nacional. Se cambiaron los estatutos y se crearon estructuras autonómicas. Ciudadanos cambió su logo y perdió el apóstrofe de su abreviatura -propio de su origen catalán-: de C's a Cs.
Ciudadanos ha vivido un año de aprendizaje. En las semanas inmediatamente posteriores a su congreso, se enfrentó a una pérdida de afiliados y a las dificultades de llevar adelante las reformas de su pacto de investidura con el PP. El primer punto de inflexión fue la imputación del presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez. PP y Ciudadanos protagonizaron un tira y afloja que duró más de un mes. Sánchez acabó dimitiendo.
Otro de los hitos fue la victoria de Emmanuel Macron en Francia. Rivera había colaborado con el movimiento del presidente francés cuando era aspirante. Macron y Marine Le Pen se disputaron el liderazgo de la República tras el hundimiento sin precedentes de los partidos socialista y conservador.
"Se está viendo ese nuevo espacio en Europa porque al final las batallas ideológicas en Europa y en el mundo son las mismas que se dan aquí en España", dice Villegas. "El populismo y el separatismo tratan de aprovechar el agotamiento de los proyectos conservadores y socialdemócratas. Y para ponerle freno y sustituir a los viejos partidos se está agrandando ese espacio de centro liberal, profundamente reformista".
Pero si algo ha marcado a Ciudadanos ha sido el golpe separatista en Cataluña, la comunidad en la que nacieron hace 11 años. Rivera y Arrimadas recuperaron su discurso más original y genuino contra el nacionalismo ante la crisis más grave desde el 23-F. Ciudadanos se convirtió en la fuerza política más votada el 21-D. Un éxito inédito para un partido netamente antinacionalista, que sin embargo no se traducirá en la posibilidad de formar Gobierno.
Crecer en las zonas rurales
El hundimiento del PP en Cataluña, que se quedó con cuatro años, ha provocado un endurecimiento del discurso del partido en el Gobierno contra Rivera. La dirección de Ciudadanos se reunió hace unos días en Toledo para diseñar su calendario de futuro, que pasa por una mayor implantación en zonas rurales y la presentación de un proyecto global de país. En la reunión a puerta cerrada con su grupo parlamentario, Rivera pidió a sus diputados seguir apretando.
El PP asegura que la victoria de Arrimadas fue coyuntural. Y el partido naranja quiere demostrar que Cataluña no es una excepción sino el inicio de lo que Villegas llama la "sustitución" de los viejos partidos. El partido ha ganado una media de 30 afiliados al día desde el inicio del desafío separatista y ha superado la cifra de militantes que tenía en Coslada.
"Estoy convencido de que la subida de las encuestas no es coyuntural, es una subida estructural que tiene mucho de sustitución de los viejos partidos", asegura Villegas. "Creemos que se va a consolidar esa tendencia a la subida y que se va a ver reflejado en mayo del 2019 en las autonómicas y municipales y europeos. Supongo que la primera prueba serán las andaluzas si todo el calendario se cumple y no hay adelanto de las generales".
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