Ciudadanos ha celebrado una contra-Diada en las calles de Barcelona. Decenas de simpatizantes, con Albert Rivera e Inés Arrimadas a la cabeza, han enarbolado un mural en forma de corazón: "El amor es más fuerte que el odio". El emblema ha reunido tres banderas: la catalana, la europea y la española. Los discursos del presidente de los naranjas y de su candidata en Cataluña han alternado el catalán y el castellano.
Inés Arrimadas, la primera en dirigirse al público, ha empezado con una aclaración: "Este día es una muestra de la no normalidad". Con la vista puesta en el proyecto separatista, ha reiterado: "Es el día de Cataluña, pero más de la mitad de los catalanes no puede celebrarlo". Desafiante, ha arengado: "Nadie nos expulsará de nuestra tierra".
La política más votada en las elecciones del pasado diciembre ha querido reseñar que su formación no está en contra de la Diada en general, sino tal y como la concibe el independentismo: "Queremos una fiesta para todos los catalanes. Hoy, millones se han tenido que quedar en casa y no pueden celebrar el día de su Comunidad".
Previendo la guerra de cifras que se generará en torno a la asistencia, Arrimadas ha avisado: "Sé que estarán muy interesados en el recuento. Que no se olviden entonces de esa mitad que hoy no puede salir a la calle". Se ha despedido con un "¡visca Cataluña, visca España y visca Europa!".
Albert Rivera, tras aplaudir a su compañera, ha comenzado: "He venido a mi ciudad para apoyar al partido que ganó aquí las últimas elecciones". El líder de los liberales ha prometido que si su partido triunfase en Cataluña, diseñaría un "gobierno para todos".
"¿Se imaginan que el día de la Comunidad de Madrid, el Gobierno autonómico excluyera a la mitad de los madrileños? ¿O que el presidente saliera a la calle a denunciar que su país es una dictadura?", ha ironizado Rivera.
También ha dedicado varios minutos a cargar contra el presidente de la Generalitat: "Alguien que se dice demócrata no puede considerarse por encima de la ley. El señor Torra se dedica a amenazar al Estado".
Rivera también ha tenido tiempo para Pedro Sánchez. Incrédulo, ha criticado que el presidente se valga para gobernar de aquellos que quieren "liquidar España": "La silla no puede estar por delante del interés de este país".
A pesar del acuerdo anunciado entre Sánchez y los separatistas para garantizar la "neutralidad" del espacio público, los de Rivera seguirán quitando lazos amarillos. No se fían de ninguna de las partes. Además del llamado a sus simpatizantes, la formación naranja decidió hace ya varias semanas que sus cargos públicos se implicarán en este giro.