Recién llegado a Bolivia, Pedro Sánchez confirmó en rueda de prensa lo que ya había trasladado en el avión a los periodistas españoles que le acompañaron en su gira latinoamericana. Ante la mirada del presidente Evo Molares, sintetizó: "El Valle de los Caídos no es un lugar que se deba resignificar". Aquella frase enmendaba su propio proyecto, que pasaba por contextualizar el mausoleo. Casi un mes después, en una nueva vuelta de hoja y por medio del ministerio de Justicia, el Gobierno ha confirmado que sí intervendrá en Cuelgamuros para "explicar el monumento a las generaciones venideras".
Entonces, ¿por qué el presidente del Gobierno dijo lo contrario? Sus palabras al otro lado del charco soliviantaron a algunos de sus colaboradores más cercanos. Incrédulos, esperaron hasta la Ejecutiva del partido para preguntar a Sánchez por lo que parecía un nuevo cambio de rumbo. "Nos confirmó que la intención de Moncloa sigue siendo la misma. Dotar al Valle de contexto para que no siga funcionando tal y como lo concibió la dictadura. No rectificó, de verdad, se confundió, no utilizó las palabras adecuadas", desgranan las fuentes socialistas consultadas por este periódico. Por tanto, habrá paneles que instalen el cómo y el porqué.
Según explica un miembro de la Ejecutiva del PSOE, el día del resbalón dialéctico Sánchez quiso transmitir esta idea: el Valle de los Caídos no acogerá el "gran museo de la Memoria" porque "su alta carga simbólica" impide que se convierta en "un espacio de reconciliación". Pero queriendo decir eso dio una noticia distinta: "El Gobierno no resignificará el monumento".
Aquel titular decepcionó a sus socios políticos, pero también a la mayoría de expertos que celebró la exhumación de Franco. "Sacar al dictador a secas sería la gran oportunidad perdida para un proyecto mucho más grande. Yo creo que a Sánchez le faltó terminar la frase", apuntó, por ejemplo, el antropólogo del CSIC Francisco Ferrándiz.
Curiosamente, sacar a Franco y no incluir paneles de explicación en Cuelgamuros supondría culminar el verdadero objetivo del que se hizo llamar caudillo: un monumento a la cruzada sin él dentro. No hay ninguna prueba de que quisiera enterrarse allí. Así lo reconocen sus nietos.
"Debemos explicar qué es"
Aunque Sánchez no ha reconocido su tropiezo en público, el director general para la Memoria Histórica, Fernando Martínez, despejó cualquier tipo de duda el miércoles pasado, cuando anunció el plan de detección y exhumación de las fosas comunes. "Hay que explicar qué es. Quién lo construyó y cómo. También el momento histórico en el que se hizo. Es una demanda de las futuras generaciones".
De estas declaraciones se desprende que el Gobierno trabajará para incluir de algún modo esas píldoras de contexto que impidan la exaltación del franquismo que sigue emanando de la Basílica. El número de visitantes se ha incrementado exponencialmente desde que Sánchez anunció el traslado de Franco. "Se debe explicar lo que pasó de una manera sobria, pero generosa. A día de hoy, no hay ni siquiera un guía que lo relate. La gente quiere saber. España sufre un gran déficit de historia pública. El público ya existe, pero no se le da información. El deber de los historiadores pasa por estar ahí y poner el Valle al servicio de la democracia", cuenta a este diario Antonio Cazorla, profesor de la Universidad de Trent (Canadá) y catedrático de Historia pública y social del franquismo.
La contextualización del Valle era, además, uno de los proyectos que Sánchez sí quiso heredar de la Memoria Histórica de Zapatero. En el informe que el expresidente socialista encargó a un consejo de sabios en noviembre de 2011, este supuesto quedó meridianamente claro: "Explicar y no destruir. La resignificación debe ser abordada de una manera global".
En 2018, más de cuarenta años después de la muerte de Franco, el Valle -destacó aquel informe- "sigue recordando la victoria de unos y la derrota de otros": "Fue construido con la mano de obra de los vencidos".
Las obras en el Valle, reiteró Martínez, no tendrán nada que ver con el gran museo -estilo Chile- que Moncloa quiere ubicar en un lugar distinto: "Todavía lo estamos estudiando". El director general para la Memoria sí que avanzó un detalle: el Ejecutivo brindará a los familiares de los allí inhumados la oportunidad de trasladar sus cuerpos.
Las fuentes consultadas por este periódico insisten en que Sánchez se equivocó, pero que "en ningún momento" hubo rectificación: "Se hará. Lo confirmó en la Ejecutiva. El camino trazado es ese y así lo dijo el director general para la Memoria en su rueda de prensa".
Tanto la exhumación de Franco como la resignificación del Valle son sólo la punta del iceberg. El presidente del Gobierno prepara una reforma transversal de la Memoria, que incluirá el plan de detección y exhumación de fosas, la creación de un banco de ADN para identificar los restos y una oficina de atención a las víctimas del franquismo.