Anticapitalistas quiere sacar la cabeza entre la vorágine de las luchas de poder dentro de Podemos. La corriente liderada por Miguel Urbán reclama a Pablo Iglesias que vuelva a la radicalidad de la "movilización social" y se desmarque del PSOE. Consideran los anticapis que son los socialistas los que están rigiendo el acuerdo para los Presupuestos y que la cúpula morada, instalada en la "autocomplacencia", está perdiendo la calle.

Recientemente, la portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid, Lorena Ruiz-Huerta, renunció de manera sorpresiva a su cargo para regresar a la actividad privada. Fuentes internas del partido reconocían que la posición de la dirigente anticapitalista había quedado desautorizada tras el acuerdo de la dirección regional con la nacional para montar unas primarias a la medida de Íñigo Errejón, "que es más posibilista, más pragmático".

Los anticapitalistas han aprovechado la celebración de la llamada Universidad de Otoño del partido para exigir a la dirección que renuncie a esa "autosatisfacción" que exhibe en los medios por el acuerdo presupuestario con el Gobierno de Pedro Sánchez, porque creen que lo que debe hacer Podemos es "avanzar en las conquistas sociales y marcar la agenda al PSOE".



Pablo Iglesias presume de su acuerdo de Presupuestos con el Gobierno de Pedro Sánchez.

Este viernes, Podemos publicaba un vídeo en el que Pablo Iglesias, hablando a cámara, presumía de sus logros en la negociación de Pablo Echenique y su equipo con Hacienda: "Hemos conseguido la mayor subida del Salario Mínimo Interprofesional de la historia de la democracia". Después aparecían otras medidas como la intervención del mercado del alquiler, la subida de las becas y la bajada de las tasas universitarias, la cotización de los autónomos según sus ingresos...

Pero para los anticapitalistas esto no es suficiente. Porque temen que el acuerdo que permitirá al Gobierno de Sánchez enviar el lunes a Bruselas un borrador de proyecto presupuestario "fortalezca" a los socialistas y se convierta en "el abrazo del oso" para que entren en el Ejecutivo.

De hecho, ésta era una de las reivindicaciones obsesivas de Iglesias durante el debate y votación de la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy de la Moncloa. El líder de Podemos insistió -y todavía lo hace- a Sánchez en que su Gobierno sería mucho más fuerte y estable contando con representantes de Unidos Podemos entre sus ministros. Al no lograrlo, la estrategia de los morados ha sido la de marcarle el paso al Ejecutivo y exigirle dimisiones como las de Dolores Delgado y Pedro Duque... pero no han conseguido nada.

Miguel Urbán, en declaraciones a EL ESPAÑOL, apuntaba que la clave "son las actitudes", no tanto las personas. "Siempre hemos exigido el compromiso tributario de todas y todos", decía en referencia a la sociedad pantalla del ministro Duque para pagar menos impuestos por sus propiedades inmobiliarias. "Algo así no tiene sitio en la responsabilidad de Gobierno". Aunque añadía que "si hay que elegir entre parar los desahucios y la dimisión de Duque, me quedo con lo primero, claro".

Pero los anticapis no creen que el acuerdo de Presupuestos sea satisfactorio. De hecho temen que el partido, oliendo el poder, se aoomode y abandone sus raíces "radicales y valientes", como ya advirtió Raúl Camargo, diputado anticapitalista en Madrid, tras la salida de Ruiz-Huerta. "Hay que estirar este primer asalto, renunciando a la autosatisfacción y a exageraciones sobre las concesiones del PSOE o sobre el alcance de las medidas tomadas", señala esta corriente en un comunicado.

Los Anticapitalistas fueron el apoyo clave para que Iglesias venciera a Errejón en Vistalegre II y para que Ramón Espinar hiciera lo propio en las primarias de Podemos Madrid para derrotar a la errejonista Rita Maestre. Pero inmediatamente, los anticapis cayeron en desgracia: Espinar elevó a Ruiz-Huerta a la portavocía en la Asamblea un mes después, pero luego la traicionó entregándose a los deseos de Iglesias de colocar a Errejón en la candidatura a la Comunidad de Madrid.

Las concesiones de Sánchez son "pequeñas"

Según esta corriente, lo arrancado del Gobierno es poco, porque tiene que ver más con su debilidad y con las movilizaciones que Podemos ha liderado en los últimos años. Razón por la que sostienen que "con más fuerza se pueden conseguir todavía más victorias" y que para ello necesitan volver a movilizar en la calle.

Sobre el contenido del acuerdo, critican que las concesiones de Sánchez son "pequeñas" y que "no van a modificar sustancialmente el marco de relaciones económicas, políticas y sociales". Sí reconocen como conquistas la subida del SMI a 900 euros, el reconocimiento de los falsos autónomos, la recuperación de los subsidios de desempleo para mayores de 52 años, la indexación de las pensiones al aumento del IPC y la recuperación de la sanidad universal.



Sin embargo, consideran que el acuerdo se queda lejísimos del programa que Podemos comprometió con sus votantes: diagnostican grandes ambigüedades y ausencias significativas en materia de vivienda, violencia de género, reforma laboral, corporaciones locales, fiscalidad, energía y clima.

Urbán declaró a este periódico que "no son las personas, sino las políticas", pero ahora su corriente lamenta que ni dimiten los ministros con "credibilidad cero" ni Podemos extrae de su apoyo al Gobierno las medidas "que demanda la gente".

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