El 'procés' descubre la cara separatista de Compromís, el socio del PSOE en Valencia
La electricidad del proceso separatista catalán también enciende tensiones internas en la Comunidad Valenciana. Compromís es una organización heterogénea que reúne a nacionalistas y federalistas. Gobierna la capital y cogobierna la autonomía gracias a un intercambio de cromos con el PSOE. Joan Ribó manda en el Ayuntamiento y Ximo Puig en el Ejecutivo regional.
Compromís no recoge en su ideario la voluntad de fraguar unos "países catalanes", pero sí lo hace su fuerza mayoritaria, el Bloc, que apuesta en sus estatutos por una Constitución propia que permita la anexión al Estado soñado por Puigdemont.
Hasta ahora, este anhelo había quedado silenciado por una cuestión de rentabilidad electoral, pero el órdago independentista ha espoleado a los integrantes de Compromís que buscan un futuro común con los nacionalistas catalanes. Sin ir más lejos, el líder de la formación en Bruselas acaba de visitar en la cárcel a los políticos del procés y tanto el portavoz como el presidente de las Cortes Valencianas ya exigen la liberación de Oriol Junqueras y compañía.
Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat, ha buscado durante toda la legislatura aplacar internamente la corriente que apuesta por la deriva separatista, pero el procés ha roto el equilibrio y ha destapado el rostro independentista de Compromís.
Visitas a las cárceles
Oltra, personalmente, tal y como dejó claro en una entrevista con este diario, apuesta por resolver el conflicto territorial en términos de financiación. Considera a la Comunidad Valenciana maltratada por el Estado, pero a pesar de su "beligerancia" sigue hablando de "proyecto común". "Valencia es pobre y paga a las ricas", así define la clave del envite. Y diagnostica una indignación que no se expresa en términos de independencia.
Pero la vida interna de Compromís se ha agitado con el procés. Jordi Sebastià es el delegado en Bruselas y miembro de la Ejecutiva de la formación. Fue eurodiputado e intentará conseguir de nuevo un escaño en los comicios del próximo mayo. Recientemente ha visitado en las prisiones de Lledoners y Puig de les Basses al exvicepresidente de la Generalitat catalana, Oriol Junqueras, y a los exconsellers Raül Romeva, Josep Rull y Dolors Bassa. También al expresidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart.
Sebastià reclama "observadores internacionales" para el juicio porque no confía en que los jueces españoles aporten "garantías suficientes" para los procesados. Reclama su libertad al grito de "está en juego la democracia". Ha publicitado su visita en las redes sociales. A pesar del impacto que ha cosechado en Valencia su proximidad con los separatistas catalanes, ya participó en el pasado en manifestaciones de corte independentista.
Rota la estrategia de Mónica Oltra
A finales del pasado mes, se celebró en el Palacio de Exposiciones de Valencia la gala "Premis Octubre", organizada por una editorial subvencionada por la Generalitat de Cataluña. Con el lema "por la libertad", fueron galardonados los "presos políticos y los exiliados". Acudieron al acto Enric Morera, presidente de las Cortes y dirigente de Compromís; Joan Ribó, alcalde de la ciudad; y el consejero de Educación, Vicent Marzà, de la misma formación. Morera, segunda autoridad de la Comunidad Valenciana, habló del "encarnizamiento con los presos políticos de Cataluña" y llamó al presidente Sánchez a "dejar la equidistancia".
Por último, la semana pasada, el diputado de Compromís en las Cortes Josep Nadal caldeó el ambiente con un tuit que rezaba "Gora Altsasu!" poco después de que acaecieran los incidentes en el acto convocado por Ciudadanos en esta localidad navarra. En su día, Nadal criticó las "condenas desorbitadas, muestra de racismo donde las minorías son criminalizadas por el Estado" a las que fueron sentenciados quienes agredieron a dos guardias civiles y sus parejas.
Estos mensajes revelan un claro viraje de Compromís hacia el nacionalismo catalán y destrozan la estrategia de Mónica Oltra de ofrecer imagen de moderación. Tal giro podría suponer para la dirección un problema a la hora de confeccionar el programa electoral de las próximas elecciones autonómicas.