Susana Díaz planteó una campaña de baja intensidad y, finalmente, lo que ha sido subterráneo es el resultado del PSOE. Díaz ha cosechado la más amarga de las victorias en las elecciones andaluzas de este domingo, la que sitúa al PSOE con claridad como primer partido pero con nulas opciones de revalidar la Junta que ha administrado desde los albores de la democracia en España.
El vuelco histórico se conoció pocos minutos después de las 22:00 de la noche, cuando se conocieron unos resultados que no cambiaron al término del escrutinio: PSOE ha cosechado 33 diputados, 14 menos que en 2015, los peores resultados de toda su historia.
Los partidos de centroderecha suman 59 diputados, cuatro más de la mayoría absoluta. Nunca había pasado en democracia, ni en la Andaluza ni en la española con un partido de derecha dura, o extrema derecha para muchos, como Vox. El PP se sitúa a la cabeza del bloque, con 26 escaños y perdiendo siete. Le sigue Ciudadanos, con 21, creciendo 12 respecto a 2015. Vox obtiene 12.
El candidato del PP, Juanma Moreno, ha calificado de "histórica" la jornada electoral. "Andalucía quiere cambio y, por tanto, va a tener cambio", ha dicho antes de anunciar su candidatura a la presidencia de la Junta.
"El cambio suma en Andalucía", ha dicho el candidato de Ciudadanos, Juan Marín, en medio de una explosión de júbilo al lado de Albert Rivera e Inés Arrimadas y mientras sus seguidores lo aclamaban como "presidente".
Tras él, Albert Rivera se dirigió directamente a Sánchez: "No es gratis pactar con Rufián o con Torra", ha dicho. "No le va a salir gratis entregarle la economía a Monedero o a Pablo Iglesias". "Vamos a intentar unir a los españoles", ha proclamado.
La irrupción de Vox
Por primera vez, Vox obtiene representación parlamentaria, con hasta 12 escaños en la cámara autonómica. Tras el vuelco electoral de la izquierda a la derecha, es la principal novedad. El partido, en boca de todos desde hace semanas, logra por primera vez representación parlamentaria y la coyuntura podría ser favorable en los próximos meses, cuando se celebran elecciones municipales, autonómicas en 13 comunidades y europeas.
"Hemos llegado para quedarnos", dijo por su parte Francisco Serrano, exjuez y cabeza de cartel por Vox.
"Algunos se reían de nosotros, pero nunca tiramos la toalla. Porque ninguno de vosotros tirasteis la toalla, hoy estamos aquí todos", dijo por su parte Santiago Abascal, líder nacional de Vox en referencia a los "400.000 votantes". "Habéis sido sistemáticamente insultados durante esta campaña". "Esos andaluces a los que se les dijo que no cabían en su propia tierra tienen hoy la llave de San Telmo para expulsar a la corrupción de la Junta de Andalucía", según él.
Según Abascal, en Andalucía también se ha votado como reacción a que "el golpe de Estado separatista haya cambiado de residencia y haya pasado del Palacio de la Generalitat al Palacio de la Moncloa".
El PSOE ha tenido un agujero de votos y, visto el volumen y los datos de participación, es razonable asumir que una parte importante de su fuerza electoral se ha quedado en casa, aunque otros probablemente se han ido a Ciudadanos, que duplica con creces su resultado previo.
Moreno, ¿nuevo presidente?
Si Díaz es la principal perdedora, Moreno es este domingo un candidato viable a la Junta de Andalucía. A pesar de haber obtenido un resultado muy bajo, de 26 diputados (Javier Arenas logró, en su amarga victoria, 50 en 2012), de tener que navegar por una derecha muy dividida, podría ser el sucesor de Díaz si consigue el apoyo de Ciudadanos y Vox. Todo ello tras una campaña que inició con la amenaza del sorpasso por parte de Ciudadanos y en la que el líder del PP nacional, Pablo Casado, se ha implicado muy intensamente.
Díaz no tiene opciones. No suma mayoría absoluta ni con Adelante Andalucía, la coalición de Podemos e IU, y tampoco con Ciudadanos, con quien llegó a un acuerdo en 2015 roto sólo al final de esta legislatura.
Díaz e Iglesias piden un frente antiVox
La todavía presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha comparecido ante los suyos con cara de circunstancias reconociendo el mal resultado, pero rápidamente ha hecho un "llamamiento" a las "fuerzas constitucionalistas" para que digan si quieren sumar sus votos a los de Vox.
"Que cada uno diga qué es lo que quiere" y si es "vincular sus votos a la extrema derecha o impedir que la extrema derecha entre con contundencia a ser la llave del Gobierno de Andalucía".
Díaz no aclaró si ese frente antiVox se traducirá en pedir la investidura para ella misma, como líder del partido más votado, o incluiría una abstención del PSOE ante un pacto PP-Cs sin Vox.
"En nombre de Unidos Podemos, alerta antifascista", dijo por su parte Pablo Iglesias, para quién es necesario crear un cordón sanitario contra Vox.
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