Puente Genil es un pueblo tranquilo del sur de la provincia de Córdoba. Rodeado por un horizonte calmo y lleno de olivos, por sus calles cruza un río, el Genil, que da nombre a la localidad. Pero aquí, donde residen 30.000 personas, hay una verdad oculta y late un submundo de tintes mafiosos oculto durante años. Todo comenzó en 2011 en Córdoba capital, a 73 kilómetros de distancia por carretera.
Año 2011. La dirección de un instituto de Educación Secundaria de Córdoba pone en conocimiento de la Policía Nacional la posibilidad de que una joven de 17 años y medio estuviera prostituyéndose en las calles de dicha ciudad andaluza. Tras conocer los hechos se abrió una investigación policial y la Fiscalía de Menores se personó en el caso.
Acabó imputado, entre otros, el jefe de la Policía Local de Puente Genil, Lorenzo Humánez. Juan Antonio Merlos, decano de los fiscales cordobeses, pidió para él dos años de cárcel. La acusación particular, cinco.
Finalmente, tras un juicio plagado de mentiras y contradicciones, el juez Miguel Ángel Pareja, decano de los magistrados de Córdoba, absolvió a todos los acusados, entre ellos a Lorenzo Humánez. Pese a que Humánez negó cualquier tipo de encuentro sexual, el fallo recoge como hechos probados que el policía mantuvo en dos ocasiones relaciones íntimas con la joven. Una en el interior de su coche y otra en el hotel Mariano de Córdoba. Le pagó 50 euros. A su vez, la sentencia dice que el agente pudo confundir a la menor con una joven de unos 20 años de edad.
Durante el juicio oral, la menor prostituida y el recepcionista del hotel en el que se produjo uno de los encuentros con Humánez contaron que el jefe de la Policía Local de Puente Genil se presentó en el establecimiento diciendo que era policía y que no hacía falta su registro, que la joven que le acompañaba era una sobrina suya menor de edad y que por ello tampoco era necesario que le entregara su documento nacional de identidad (DNI). El agente imputado negó todo esto después.
“Me dijo que si alguien me preguntaba dijera que era su sobrina”, contó la adolescente tanto en comisaría como durante el juicio oral. Durante la instrucción del caso la Policía Nacional señaló en una diligencia que “no tiene sentido, para hospedarse en un hotel, el hacer uso de la condición de policía salvo que se pretenda eludir la condición de menor de edad de la acompañante para los fines que pretendía y de esta manera ocultar cualquier rastro en las fichas de hospedaje”.
Pero durante la instrucción, Humánez negó en todo momento los encuentros sexuales. El agente, al que en su pueblo algunos vecinos tachan de autoritario, contó que él llamó a la menor con el teléfono del trabajo, quedó con ella y, al verla, le pidió el DNI porque dudó de que fuera mayor de edad.
“No subió a la habitación del hotel. No era la estudiante de modelo que me había dicho por el chat, por lo que le pedí el DNI. No sólo no me lo dio, sino que me dijo que traería el DNI y más gente, por lo que desistí de mantener relaciones con ella y me marché asustado a Puente Genil”.
Llama como testigos a dos compañeros: uno es su hermano
El magistrado que absolvió a Humánez le permitió presentar durante el juicio oral a dos testigos. Ambos eran compañeros de la jefatura. Uno de ellos era su propio hermano. Ambos dieron coartada al policía imputado, que acabaría cambiando su versión. Dijeron que aquel día, 25 de mayo de 2011, los tres habían acudido a la feria de Córdoba y que el acusado había contactado por teléfono con una chica de unos 20 años de edad.
Añadieron que, al encontrarse en el hotel Mariano, Lorenzo Humánez habló con la chica para que le mostrara el DNI, que ellos lo vieron desde una cristalera y que, como ella se negó, los tres decidieron después marcharse a Puente Genil. Pero lo cierto es que la habitación se llegó a pagar. Es otro hecho probado.
Sorprendentemente, el compañero de policía municipal que Humánez presentó como testigo, Antonio Bascón, aparecía en dos cuadrantes de trabajo distintos aquel 25 de mayo de 2011. EL ESPAÑOL tiene una copia de ambos. Bascón se encontraba en Puente Genil y en Córdoba a la vez.
El fiscal, sorprendido, le dijo a Bascón que tenía el don de la ubicuidad. Juan Antonio Merlos aseguró en sede judicial que las declaraciones de ambos testigos habían sido “peregrinas” y que en su vida había escuchado tantas mentiras. Merlos solicitó que se dedujera testimonio contra ellos. Es decir, que se sacara del caso y se abriera una pieza separada por presunta falsedad, algo que el juez no aceptó.
Finalmente, el magistrado Miguel Ángel Pareja absolvió al jefe de la Policía Local de Puente Genil. Pese a que en 2011 Humánez fue detenido durante unas horas e imputado después, el alcalde del pueblo, Esteban Morales, lo mantuvo en el cargo durante los siguientes cinco años.
Sólo tras la sentencia, que se hizo pública en mayo de 2016 y que el fiscal decano recurrió hasta en dos ocasiones, el regidor de Puente Genil decidió apartarlo de su cargo. Hoy, Lorenzo Humánez sigue trabajando en la Policía Local de su pueblo porque es funcionario, pero no ejerce como máximo responsable del cuerpo, un puesto hasta el que lo aupó en 2003 el que fuera alcalde, Manuel Baena Cobos, de IU.
Se da la circunstancia de que Morales y Humánez, alcalde y policía, son amigos. Desde julio de 2012 Esteban Morales es miembro de la actual ejecutiva regional del PSOE-A que lidera Susana Díaz. Entre 2004 y 2007 fue delegado provincial en Córdoba de la Consejería de Justicia y Administración Pública de la Junta de Andalucía, período en el que conoció al grueso de la judicatura de la ciudad. Es regidor de Puente Genil desde mayo de 2011.
Ocho años después de aquella denuncia, apenas conocida fuera de Córdoba, EL ESPAÑOL hace ahora una reconstrucción minuciosa del llamado ‘caso Cyber’ y aporta una serie de conversaciones grabadas que podrían arrojar luz sobre las zonas más oscuras que rodean al mismo.
Un testigo, involucrado en la pérdida de un pendrive
Semanas antes de conocerse la sentencia, el policía local de Puente Genil Daniel Tejero Navas, con número de placa 12.479 y expedientado por el alcalde del pueblo, se puso en contacto telefónico con el fiscal decano de Córdoba, Juan Antonio Merlos. Tejero Navas grabó aquella conversación. Este reportero ha tenido acceso a la misma.
En ella se escucha al fiscal decano de Córdoba, Juan Antonio Merlos, decir que le ha reprochado en privado al juez Miguel Ángel Pareja el haber sido "benevolente" con Lorenzo Humánez al aceptar aquellos dos testigos. 'Es que era su hermano y además tiene derecho a mentir', rememora el fiscal que le dijo el juez que luego acabaría absolviendo al policía imputado. 'Pero le digo ¿Y el otro? El otro no es el hermano'.
En otra grabación también registrada por Daniel Tejero Navas se escucha a un guardia civil del cuartel de Puente Genil, que responde a las iniciales L. T., asegurar que por “órdenes de otros” no se remitieron a un juzgado de instrucción de Puente Genil algunas diligencias de un caso de presunta posesión de fotografías de contenido pornográfico infantil halladas en un pendrive. Dicho dispositivo de memoria estaba conectado al ordenador que gestiona la grabación de las cámaras de seguridad de la jefatura de la Policía Local de Puente Genil.
Una de esas diligencias que no salió del cuartel tiene el número de folio 7. La redacta el guardia civil que instruye el caso, quien no llega a firmarla pero sí pone su número de identificación (Q32341S).
En dicha diligencia se recoge que el 16 de noviembre de 2014, a las 17.30 horas de la tarde, el por entonces todavía jefe de la Policía Local de Puente Genil, Lorenzo Humánez, llamó al cuartel para decirle que el agente Antonio Bascón se había puesto en contacto con él por teléfono "con preocupación” ya que los compañeros se habían llevado “su pendrive de la Jefatura y lo habían entregado en el cuartel".
La jueza que investigó el caso, María Cristina Bellido Ávila, lo sobreseyó por falta de pruebas y por no poder conocer con certeza quién era el propietario del pen. Antonio Bascón es el policía que, meses después, Lorenzo Humánez presentó como testigo en su juicio.
Bascón sigue ejerciendo como policía local en Puente Genil. Su testimonio fue cuestionado por el fiscal tanto en sede judicial como en la conversación privada que reproduce este periódico.
Se abre al 'caso Cyber'
Mediados de 2011. El director de un instituto de la zona sur de Córdoba alerta a la policía de que una estudiante del centro con problemas familiares y próxima a vivir en desamparo podría estar prostituyéndose. Por ese tiempo, el padre de la menor, de origen marroquí, tiene apalabrado su casamiento por 20.000 dirhams, alrededor de 2.000 euros, con un hombre de Marruecos.
La Policía Nacional analizó el entorno de la menor y se puso en contacto con ella para esclarecer los hechos. Conoció que la adolescente, con continuas faltas a clase, se conectaba a un chat donde ofertaba servicios sexuales a cambio de dinero. En un principio, según concluyó la investigación policial, lo hizo de forma voluntaria pero más tarde bajo explotación sexual y coacción.
La instrucción policial recogió que la menor se ofertaba a través de la conexión gratuita que le facilitaban desde un locutorio regentado por dos marroquíes (tío y sobrino) en la calle Pontevedra de Córdoba. También recogió que usaba nicks como ‘Cordobesa17’, ‘Chica17’ o ‘Morita17’.
En una de las diligencias del llamado ‘caso Cyber’, la Policía Nacional señaló que la edad de la menor “en apreciación corresponde con la edad biológica que una adolescente de esa edad puede ostentar, sin poder dar a equívoco una edad confusa por parecer una chica que aparente más edad”.
La Policía, que puso los hechos en conocimiento de la Fiscalía de Menores, también supo que varias personas, entre ellas la madame de un prostíbulo, habrían amenazado a la menor mediante llamadas con números de teléfono ocultos y que le pedían dinero a cambio de no revelar a más gente que ejercía la prostitución.
Las pesquisas derivaron en un primer momento en la detención de tres clientes. Más tarde se detuvo a otros cuatro, además de a la madame, a una prostituta y a los dos empleados del locutorio donde la chica se conectaba al chat.
Entre los detenidos estaba el jefe de la Policía Local de Puente Genil, Lorenzo Humánez. En el atestado policial 490/2011 de la instrucción del caso se recoge que “las imputaciones se basan en el testimonio de la menor y la complexión física y madurez mental no acorde a la edad como prueba el hecho de que todas sus amistades fueran niños y niñas de trece y catorce años”.
Cuando se le detuvo, el inspector de la Policía Local de Puente Genil se acogió a su derecho a no declarar, aunque pidió hablar con el comisario. Sí lo hizo ante el juez instructor, al que le negó haber mantenido ningún tipo de contacto sexual con la chica.
Lorenzo Humánez contó que había contactado con una prostituta que estudiaba para ser modelo y que aparentaba tener alrededor de 20 años en las fotos que le había enviado. Dijo que cuando vio a la menor dudó de que ésta tuviese cumplidos los 18 años y que por eso le pidió su DNI. Como no se lo dió, él se marchó “asustado” a Puente Genil, según contó.
La sentencia viene a reconocer que mienten
Antes de la apertura del juicio oral, las acusaciones retiraron los cargos contra los dos empleados del locutorio, tío y sobrino, de origen marroquí; los de la madame del prostíbulo que habría llamado a la menor pidiéndole dinero (también de la misma nacionalidad); los de una prostituta de dicho país norteafricano que habría participado en la extorsión, y los de un cliente que se interesó por los servicios de la adolescente pero que nunca llegó a verse con ella. Este hombre dijo que le parecía menor de edad y que vestía con ropa “normal y corriente”.
Por ese tiempo, la joven asegura que recibió amenazas de muerte contra su persona y su familia, según ha podido saber ahora este reportero. Durante los meses previos a la denuncia de su instituto, la chica estaba enfrentada a su familia, temía ser forzada a casarse y sufrió una presunta violación.
Según contó, comenzó a prostituirse después de quedar con un chico, de que éste la forzara a tener sexo y de que luego empezara a recibir llamadas de una mujer para que le entregara parte de sus ganancias. Ella, dijo, acudía a los encuentros y dejaba el dinero en un banco, pero nunca veía quién lo recogía.
Durante el juicio oral en el Juzgado de lo Penal número 3 de Córdoba se le dio la vuelta al caso. Los seis imputados que restaban, todos clientes, resultaron absueltos. Incluido Lorenzo Humánez, quien modificó una parte de su versión obligado, en gran medida, por el testimonio del recepcionista, que coincidía con el de la menor prostituida.
El jefe de la Policía Local de Puente Genil dijo que aquel día, 25 de mayo de 2011, estuvo acompañado de dos personas: su hermano y un compañero de trabajo. El magistrado Miguel Ángel Pareja aceptó la comparecencia de ambos. Resultaron clave para la absolución de Humánez.
En la sentencia se recoge parte de los testimonios de los seis clientes. Todos dijeron que contactaron con la menor por un chat de Terra. Cuatro reconocieron que tuvieron relaciones sexuales con ella pero dijeron que no le entregaron dinero a cambio. Otros dos -uno fue Lorenzo Humánez, jefe de la Policía Local de Puente Genil- negaron el acto sexual pese a que admitieron que sí se vieron con la menor. Los seis dijeron que la niña les había parecido [o que ella se lo había contado] que tenía, según el caso, entre 19 y 22 años.
También se incluye el testimonio del director del instituto donde estudiaba la menor, quien dijo que la chica había cambiado su forma de vestir para aparentar más edad y que tenía constancia de que en las redes sociales usaba nicks como “gatita18”.
Otra declaración que recoge la sentencia es la del recepcionista del hotel Mariano. Este hombre, hijo del dueño del negocio, dijo que Humánez se presentó como policía, que le dijo que estaba acompañado de su sobrina menor de edad, que no estaba con nadie más, que él y la menor entraron en la habitación entre las 12 y las 13 horas del 25 de mayo de 2011 y que la llave se entregó entre las 16 y las 17 horas de aquel día. También dijo que cuando cogieron la llave de la habitación, se dirigieron a la escalera que daba acceso a ella (en la primera planta) y que “por ahí no se puede ir a ningún otro sitio”.
La chica "tenía miedo"
El fallo incluye más versiones, como el de la menor prostituida. Ésta contó que por ese tiempo tenía problemas con su padre y su madrastra, que ella siempre decía a sus clientes que era menor porque “tenía miedo” y que por eso nunca acudió a la policía.
También negó que discutiera con Humánez al encontrarse en el hotel y señaló que él iba solo. También se explicó que no era verdad todo lo que le dijo a la Policía, pero que todo lo que había dicho en sala “era cierto”.
Sin embargo, el fallo del juez decano de Córdoba, Miguel Ángel Pareja, asume como hechos probados que los seis imputados mantuvieron relaciones sexuales con la menor. Ellos tuvieron que asumirlo para poder ser declarados inocentes. En el caso de Lorenzo Humánez y de otro cliente, mantuvieron sexo con la menor en dos ocasiones.
El magistrado Pareja decide absolver a todos los imputados alegando varias razones. El juez señala que el testimonio de la menor “no es contundente ni persistente”, aduce un informe psicológico que indica que la declaración de la adolescente es “poco creíble” y que en la instrucción sumarial ella admite que “sólo algunos hombres sabían que ella era menor”.
"Ha sido bueno con sus testigos"
Tras la absolución, López Humánez es un hombre libre. Pero en esa conversación previa a conocerse la sentencia -y a la que ya hemos hecho mención- entre el fiscal decano de Córdoba, Juan Antonio Merlos, y el policía local que la graba, Daniel Tejero Navas, Merlos da a entender que ya conoce el sentido del fallo porque se lo ha trasladado el juez, aunque en ese momento la sentencia todavía no es pública.
Juan Antonio Merlos dice que el jefe de la Policía Local de Puente Genil queda como un “mentiroso” y añade: "Es un delito cuando es menor de edad. Hasta los 18 años. Pero es que la niña tenía 17 años y medio cuando se producen los hechos (...) Lo único que le reproché al juez: 'Ha sido muy bueno y benevolente con estos [los dos testigos que presentó el imputado]'. 'Es que era su hermano y además tiene derecho a mentir' [contestó el magistrado Pareja]. Pero le digo: '¿Y el otro? El otro no es el hermano".
En otro pasaje de una conversación extensa, el fiscal le dice al policía local de Puente Genil Daniel Tejero: "Hay una cosa que ya está clara. Él va a tener que admitir que tiene relaciones sexuales con una menor. Puede ser absuelto por esta sentencia que va a salir, pero en los hechos probados queda claro. Este señor ha mentido en el expediente administrativo. (...) Niega los hechos pero la sentencia da por probados que los hechos se producen. Queda acreditado que tuvo relaciones sexuales con una menor pero en el expediente [policial] dijo que no ha tenido relaciones".
En aquella otra conversación grabada, en esa ocasión con el guardia civil L.T. y cuando ni siquiera se había celebrado el juicio ni Humánez había presentado a su compañero Antonio Bascón como testigo, sale a colación entre el fiscal y el agente la supuesta “pérdida” en los juzgados de Puente Genil de las diligencias del caso del pendrive.
En ese momento, el miembro de la Benemérita dice: “No, no ha sido así, Daniel (...) Las diligencias [algunas] es que no han llegado a salir del cuartel (...) Por eso hay mucha gente que se ha ido del cuartel y hay otros que están de baja psicológica. Por esos motivos (...) Si esas diligencias en el juzgado están numeradas, verás que no tienen la misma numeración que las diligencias que a lo mejor puedas tener tú. No han salido porque ha habido ... [silencio durante un par de segundos] Porque las han quitado de enmedio por órdenes de otros”.
Las cloacas en Puente Genil emanan un hedor insoportable.