Si las elecciones generales se celebraran en las próximas semanas, el centro derecha -PP, Cs y Vox- sumaría un 50% de los votos. Una cifra diez puntos por encima de las papeletas que aunarían PSOE y Podemos: el 40%. Estos datos se desprenden de un promedio de las encuestas publicadas por distintos medios de comunicación a lo largo del año recién clausurado. Las formaciones nacionalistas y regionalistas sumarían el 10% restante.
El cálculo ha sido realizado por SocioMétrica para este diario, que también ha elaborado un macrosondeo acerca de la opinión de los españoles sobre el Gobierno de Pedro Sánchez y la evolución de la situación política y económica. Unos pronósticos que se publicarán a lo largo de esta semana en EL ESPAÑOL.
El gráfico publicado este martes ilustra la evolución de los cuatro grandes partidos desde septiembre de 2016 hasta hoy. Como dijo Ana Pastor, presidenta del Congreso, en su discurso de la gala navideña de periodistas: "Lo que estaba arriba ahora está abajo y viceversa". Después de las últimas elecciones generales, el orden siguió siendo PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos. Ahora, dos años después y moción de censura de por medio, la clasificación sería ésta: PSOE (24%), PP (21%), Ciudadanos (20%), Podemos (16%) y... Vox (9%). Tal y como muestra el promedio de sondeos, la formación de Santiago Abascal puede convertirse en el actor necesario para la investidura de Gobiernos autonómicos y regionales a partir de mayo.
El principal damnificado de los cuatro grandes partidos es Podemos. Hace "un par de temporadas" se vaticinaba su sorpasso al PSOE y navegaba siempre por encima de Ciudadanos. Los de Pablo Iglesias comienzan el curso consolidados como cuarta fuerza y varios puntos por debajo de esa segunda plaza que se disputan Albert Rivera y Pablo Casado. Sus errores políticos (desde su posición sobre el conflicto catalán al chalé de lujo de Iglesias e Irene Montero en la sierra de Madrid), los malos resultados en Andalucía y el acceso de un presidente de izquierdas en La Moncloa han desinflado a la organización morada.
Pedro Sánchez, a pesar de que su tendencia actual es negativa -así lo confirma la pérdida del Gobierno andaluz tras cuarenta años de predominio-, es en líneas generales uno de los grandes vencedores. Tras ser apuñalado por su propio partido, logró ganar unas nuevas primarias, sellar su liderazgo en Ferraz y hacer prosperar una moción de censura. La llegada a la presidencia del Ejecutivo le insufló un crecimiento importante, pero su precaria posición en el Congreso y la debilidad de sus alianzas parlamentarias empiezan a pasarle factura. Durante los últimos meses de 2018, la imagen que Sánchez proyecta denota una pérdida de apoyos.
En octubre de 2016, el Partido Popular disfrutaba aún de su hegemonía. Ciudadanos, su principal competidor, se encontraba a años luz de Rajoy, mientras PSOE y Podemos, en una batalla sin cuartel, tampoco amenazaban al Ejecutivo conservador. La corrupción y la alianza de todas las fuerzas a su izquierda más los independentistas le desbancaron del Gobierno y dieron un vuelco inédito al panorama político español. Aunque el último congreso del partido -en el que pelearon Casado, Sáenz de Santamaría y Cospedal- volvió a suponer una caída en la estimación de voto, la llegada del actual presidente socialista ha supuesto un cierto repunte, pendiente de la consolidación de Casado.
Ciudadanos también ha conocido un par de años de subidas y bajadas, pero su posición actual llama al optimismo en la Ejecutiva de los liberales. En el arranque del gráfico, Rivera dirigía una organización que apuntalaba al Partido Popular. Los naranjas ni siquiera se acercaban a la tercera plaza. En noviembre de 2017, se dio un punto de inflexión que los aupó por encima de Podemos. La moción de censura dejó a Ciudadanos en una situación incómoda: Rivera no quería sostener a Rajoy, pero tampoco apoyar a un Sánchez catapultado por los separatistas. Una vez instalado el actual Gobierno, Rivera sacó punta al combate ideológico del nacionalismo y ya pugna por convertirse en la "verdadera oposición". 2019 le coloca por debajo del PP, pero muy cerca de hurtarle el segundo puesto a Casado.
Vox, por último, protagoniza el auge porcentual más notable de los representados por el gráfico. En octubre de 2016, su estimación de voto le dejaba fuera de todo promedio. En algo más de dos años, los de Abascal han sellado un crecimiento vertical que les consolida como partido bisagra, algo que ya ha cristalizado en Andalucía, donde sus doce escaños harán posible el Gobierno de PP y Ciudadanos.