Irene Montero durante el Consejo Ciudadano Estatal de Podemos.

Irene Montero durante el Consejo Ciudadano Estatal de Podemos. Dani Gago

Política CRISIS EN PODEMOS

Iglesias aplaza el ajuste de cuentas: negociará con Errejón tras su retirada estratégica

El líder de Podemos se pliega a sus 'barones', con lo que busca rearmarse de fuerzas para esperar el momento de devolver el golpe.

31 enero, 2019 03:18

El liderazgo de Pablo Iglesias se vio menoscabado desde la espantada de Íñigo Errejón, hace ahora dos semanas. Y terminó de debilitarse con la rebelión de los secretarios autonómicos contra la reacción virulenta de la cúpula directiva de Podemos. Una cosa es que todos se expresaran en contra de la maniobra del ex número dos, pero otra muy distinta que se pueda prescindir de un activo tan potente. 

Podemos firma un armisticio consigo mismo en este Consejo Ciudadano Estatal (CCE) convocado de urgencia para apretar las filas y fortalecer al líder. El partido de las bases se ha convertido en uno personalista por la fuerza de los hechos -ya no quedan fundadores-. Y para no perder el favor de los suyos, Pablo Iglesias se pasó este miércoles a la realpolitik: si no puedes con tu enemigo, únete a él. Estos son mis principios pero si no le gustan, tengo otros. Y si hay una rebelión, aunque lo que se cuestione sea tu propio liderazgo, únete a ella, que ya llegará el día en que puedas servir el plato frío de la venganza.

La nomenklatura, los mandos medios autonómicos, se imponen después de "un debate muy sincero" en el CCE, a pesar de que Iglesias, Irene Montero y Pablo Echenique sigan pensando que la maniobra de Errejón pretende acabar con Podemos a través de esa "izquierda amable escindida" del partido. Y que el ex número dos eligió "la vía de los hechos consumados" saltándose el debate interno por si lo perdía.

A la entrada, los más errejonistas se mostraban desafiantes. Jorge Moruno recordaba que "a Íñigo lo han vetado, por eso no está aquí", y Clara Serra, destinada a ser su la número dos del nuevo socio de Manuela Carmena, reclamaba "unidad y acuerdo con Más Madrid", la mejor opción según ella para ganar la Comunidad.

El Consejo Ciudadano Estatal de Podemos.

Pasadas las 21.30 horas, comenzaron a salir por la puerta de la sede de la calle Princesa los asistentes. Ninguno habló claro. Los hubo que hasta quisieron convencer a la prensa de que se habían pasado cinco horas hablando de los Presupuestos pactados con el Gobierno. Hasta que salió Ione Belarra, portavoz adjunta en el Congreso, quien dio con la clave: "Podemos creará una candidatra propia" y luego "se invitará al resto de actores".

Fuentes de la dirección confirmaron a este periódico que esa candidatura será gestionada desde la dirección de Madrid, hoy en manos de un equipo técnico -una gestora-, nombrada por el equipo de Iglesias tras la dimisión de Ramón Espinar el pasado viernes. Pero su cabeza visible, el ex Jemad Julio Rodríguez, salió del cónclave en silencio y con muy mala cara.

"Ha habido acuerdo unánime en eso", apuntaron las citadas fuentes, "y entre los actores a los que llamará después para buscar un acuerdo estarán "Equo, colectivos y personas de la sociedad civil, y el nuevo partido de Íñigo Errejón".

Errejón el "macroniano"

La cúpula acusó dentro del CCE a Errejón de "macronismo" -en referencia al presidente francés, Emmanuel Macron- y de colaborar "desde fuera" en la destrucción: "Van a por nosotros", había dicho Iglesias en una carta publicada minutos antes de iniciarse el cónclave: "Algunos sectores del poder tratan de lanzar un modelo macroniano de gran centro con un PSOE susanista y Ciudadanos como protagonistas". Y el número dos, según la teoría defendida dentro del cónclave por Montero, está ahí. 

Pero los secretarios regionales han impuesto su visión. Asustados ante la posibilidad de que les ocurriera una errejonada en sus territorios y temerosos de que el ruido de un combate electoral Podemos vs. Errejón copara toda la campaña de aquí a mayo, le han marcado el paso a Iglesias. Y él claudicó, después de criticar -vía skype- "el movimiento secreto" del ex número dos, para ganar tiempo y encontrar el momento en el que terminar de desembarazarse de quien "tanto daño" le ha hecho en estos días al partido y a su liderazgo.

Ni primarias ni consultas había perdido nunca el secretario general en sus cinco años al frente de Podemos. Así que para que no fuera ésta la primera (¿y definitiva?) vez, convocó este Consejo Ciudadano, interrumpió su baja de paternidad, y asumió la postura de todos los líderes regionales: "Lo que ha hecho Errejón está muy mal, pero más daño nos hará fuera que con nosotros". Vamos, que lo hecho, hecho está.

Las fuentes de la dirección insistieron en que el debate fue "extenso, tranquilo y sincero", si bien algunos de los asistentes prefirieron calificarlo de "intenso, con posturas muy diferentes". Finalmente, el acuerdo al que se llegó dista mucho de cerrar la crisis. Y se resume en que Podemos sigue considerándose "la herramienta imprescindible del cambio político", que el movimiento de Errejón "ha sido un error muy dañino" y que el partido saldrá "todos a una" a ganar en mayo.

Sale Podemos de este CCE en presunta unanimidad, con un plan compartido por todos, debatido y votado en el máximo órgano decisorio entre congresos, pero mucho más débil que el 17 de enero antes de las 10.00 horas de la mañana, cuando Errejón y Manuela Carmena  publicaron su carta de alianza. Porque la unión se basa en la claudicación de la jefatura, no en su liderazgo. Y porque se sustancia en un matrimonio de conveniencia con quien los acaba de apuñalar: para que Podemos siga unido, ha tenido que irse donde se fue el que lo desunió.

El momento de hacerse fuerte

Fuentes de la dirección aseguran, en todo caso, que "lo que se pacte con Íñigo jamás se llamará integración", convergerán como mucho en una "confluencia". Es decir, que el partido morado insiste en montar sus primarias -"reconstruir la candidatura", según anticipó Montero el lunes-, acordar su lista con Izquierda Unida y Equo y "sólo después, hablar con el partido de Errejón".

Que no es un partido, sino una marca; todo lo más, una plataforma. Pero que Podemos insiste en llamarlo así para hacer de la necesidad virtud y evidenciar que, estando de igual a igual, es que Íñigo se fue y que hay que pactar algo que satisfaga a ambas partes. 

"Unidos Podemos estará presente en las elecciones a la Comunidad de Madrid", dijo este lunes Irene Montero, cambiando un poquito sus palabras de la semana pasada, en las que añadía "con lista propia". La portavoz parlamentaria jugaba con los matices para evitar que la contradicción evidente entre llamar "traidor" a Íñigo Errejón una semana y admitir que se negociará con él a la siguiente dejara demasiado al descubierto la derrota.

Habrá candidato de Unidos Podemos

Iglesias apuntaló la idea antes del inicio del CCE: "Íñigo no es un traidor, en todo caso deberá ser un aliado", dijo en su carta pública. Un aliado que se sentará con el candidato que haya elegido Unidos Podemos para negociar: un cabeza de lista "de peso", según fuentes conocedoras del encuentro, para estar preparados por si no hay acuerdo.

Pero la afirmación de Montero ya encerraba el germen del no a la "integración". Fuentes de la dirección de Podemos confirmaron a este periódico que los ritmos de negociación dejan eso claro: primero se reconstruirá la candidatura siguiendo la hoja de ruta de los estatutos y del acuerdo marco de confluencia firmado con Izquierda Unida el año pasado. Y después se invitará a Más Madrid.

Cuando se sienten a negociar la posibilidad de concurrir juntos a las elecciones, será cuando Iglesias trate de buscar su posición de ventaja. Se quiere llegar a un "pacto de unidad del espacio del cambio", o sea, las izquierdas a la izquierda del PSOE. Y negociar, sólo después, con Más Madrid y siempre como "formación política autónoma y ajena a Unidos Podemos".

IU Madrid va por libre

En todo caso, si Iglesias no tenía suficientes problemas, hasta el "acuerdo marco" con Izquierda Unida está saltando por los aires: nada de esperar al pacto con Podemos, este martes IU Madrid se ha reunido ya con el equipo de Errejón y ambas partes salieron encantadas de su "sintonía". Tanto que han quedado para seguir negociando "esta misma semana".

El líder de Podemos, acosado en plena baja paternal, quiere llegar de la mano de IU -de hecho, Alberto Garzón no está de acuerdo con los movimientos de IU Madrid- para condicionar el intercambio de cesiones que buscará de Errejón

Esa ha sido la cumbre de este miércoles, en la que Iglesias ha tratado de maquillar la crisis dando la razón a sus secretarios autonómicos en que hay que lograr la "unidad de acción". Porque, como decían en la declaración de Toledo, "los votantes no nos van a permitir que nos equivoquemos dando pasos atrás cuando lo que toca seguir avanzado". Aunque Iglesias se mantiene en que Errejón se saldrá con la suya, pero que arrieros somos y en el camino nos encontraremos.