Ciudadanos acaba de oficializar en su Ejecutiva la estrategia con la que afrontará los pactos autonómicos y municipales. Su "socio preferente" será el Partido Popular, pero no admitirá a Vox en las negociaciones ni en los gobiernos. Los acuerdos con el PSOE se limitarán a aquellos barones y alcaldables que se desmarquen en público de las "políticas territoriales" de Pedro Sánchez.
El partido de Rivera ha aprobado "por unanimidad" el documento que regirá todos los pactos. En él se especifica ese veto a Vox, con quienes sólo compartirán mesa para "explicar" los consensos alcanzados previamente con el PP. Estos papeles también incluyen la mención al 155, por lo que se antoja muy complicado que las conversaciones con el PSOE lleguen a buen puerto. Los liberales pretenden que los líderes autonómicos y locales socialistas se opongan a su secretario general, Pedro Sánchez.
Tal y como ha detallado el secretario general, José Manuel Villegas, Ciudadanos se conformará con la vía andaluza: una adquisición de compromisos mutua con el PP y, a continuación, esperar el "sí" de Vox.
Las conclusiones de la Ejecutiva liberal calientan la marmita de las negociaciones, teniendo en cuenta que la organización de Abascal acaba de enmendar a la totalidad los presupuestos de Andalucía y que, durante los últimos días, ha explicitado su intención de jugar un papel clave en los pactos. "Se puede dar la foto, pero nunca para pactar un programa o un gobierno", ha reiterado Villegas.
Con estas palabras, Ciudadanos responde al ofrecimiento que Casado le ha lanzado este mismo lunes: mesas a tres con Vox para salir del laberinto y apuntalar Ejecutivos. "No", ha resumido el secretario general naranja.
El cónclave de Alcalá, 253 se preveía peliagudo por las reivindicaciones del sector más centrista del partido. Este fin de semana, Luis Garicano pidió en público apoyar a Colau con tal de que Barcelona no sea mandada por el independentismo. Una postura que comparte Valls, pero no Rivera ni su núcleo duro.
Aunque la posición oficial al respecto no ha variado, Garicano y el centrismo se han conformado con el documento aprobado este lunes. "Las deliberaciones son secretas, pero ha habido muchas intervenciones, ha sido una reunión larga", ha despejado Villegas.
Quienes exigían recuperar el centro tal y como se concibió en 2015, con pactos a izquierda y derecha, se han contentado con la ratificación por escrito del veto a Vox y la posibilidad -"complicada, pero no imposible"- de pactar con el PSOE.
Ciudadanos ha salvado así el match ball que amenazaba con romper la tradicional "unanimidad" con la que la formación aprueba todos sus documentos. Este lunes, esa característica no ha variado.
La Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, en riesgo
A Santiago Abascal ya no le vale la vía andaluza. Quiere rentabilizar sus escaños. Por eso, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid ilustran el difícil andamiaje que afrontan PP y Ciudadanos en calidad de "socios preferentes".
"Cada partido tiene su responsabilidad". Con esta frase, Villegas ha tratado de poner la pelota en el tejado de Vox. Dicho de otra manera: si sale investida la izquierda, habrá sido por la falta de voluntad de Abascal. Esa es la táctica de Ciudadanos.
No obstante, los de Rivera descartan un pacto a la izquierda en territorio capitalino. Harían falta los votos de Carmena y Errejón, pero los liberales no hacen distinción entre Podemos y Más Madrid. El veto, ha desgranado el secretario general, funciona a "ambos extremos" del centro.