Albert Rivera no dejará que los resultados de las generales modifiquen el discurso que acuñó en campaña. No hará presidente del Gobierno a Pedro Sánchez. Ni por acción ni por omisión. Abstenerse no está encima de la mesa. "Podéis insistir todas las veces que queráis, ya sé que llevo diciéndolo cuatro meses, pero eso no va a cambiar", relató el candidato de Ciudadanos en una de sus últimas ruedas de prensa.
Las fuentes de la dirección consultadas por este diario mencionan que Rivera ha levantado un muro frente a las "presiones políticas y empresariales". Ese empuje, constata un dirigente del partido, se ha "recrudecido" desde que las urnas arrojaron una posible mayoría entre Ciudadanos y PSOE.
"La mejor encuesta es el resultado de las elecciones generales", deslizó Inés Arrimadas este lunes cuando fue inquirida al respecto. El núcleo duro de Ciudadanos -engrosado por Rivera, la propia Arrimadas, Villegas o De Páramo- cree que ese "no" absoluto a Sánchez les hace recabar más votantes. Así ocurrió el 28-A, pero no el 26-M.
Por eso han crecido las voces discrepantes, que reclaman una vuelta a la casilla de salida: ese centro desde el que pactar en igualdad de condiciones con PP y PSOE. Aupado en sus 57 escaños -y en el batacazo de Casado-, Rivera se autoproclamó "líder de la oposición". Pero las autonómicas y municipales le han obligado a ceder a Génova el grueso del poder territorial.
El debate en la Ejecutiva
En una de las últimas grandes Ejecutivas del partido, Rivera contentó al ala más progresista con el veto a Vox. Este grupo, liderado por Luis Garicano, celebró el gesto, pero ahora miran con lupa las negociaciones que vienen. Ese mismo día, los más centristas rebatieron al líder: "¿Por qué hacer socio preferente al PP?".
Javier Nart encabezó esa propuesta y, según ha testado este diario, fue el propio Rivera quien le respondió. Empleó los mismos argumentos que en campaña, pero con el añadido de Navarra: "Allí, Sánchez está dispuesto a pactar con Bildu".
A todo esto se suma, desgranó Arrimadas este lunes, "el golpe de Estado de Cataluña": "Sí, nosotros fuimos capaces de alcanzar un pacto con el PSOE, pero Sánchez llegó a Moncloa de la mano de los golpistas. Eso cambia todo el panorama político".
A ojos de Rivera, el argumento foral "no funciona" a la inversa. Allí, según el candidato liberal, el PSOE debe abstenerse para que gobierne la lista más votada y la Comunidad "no sea rehén del nacionalismo". ¿Y si usted se abstiene para que el Gobierno central sea gobernado por la lista más votada y se libre de las ataduras nacionalistas? "No es lo mismo", suele responder.
El debate que encabezó Nart -en representación de otros compañeros- acabó con una victoria por "unanimidad" de Rivera, pero las negociaciones podrían resucitar la discusión. Una encuesta recién publicada por este diario concluye que el 81% de los votantes preferiría una abstención en lugar de un Ejecutivo en manos del nacionalismo. "Ya tomamos la decisión. No vamos a hacer presidente a Sánchez. El sanchismo es malo para España", contestó Arrimadas sobre este sondeo.