Las dudas desatadas por la ruptura de Ciudadanos con Manuel Valls no se empezarán a resolver hasta hoy martes. Mientras el líder de Barcelona pel Canvi hacía público este lunes por la tarde un escueto comunicado en el que decía "estar evaluando la situación política" tras el estallido de la crisis, fuentes cercanas a la coalición filtraban la noticia de que este martes tendrá lugar una reunión de Manuel Valls con sus cinco concejales y algunos representantes indeterminados de Cs.
De lo que se hable en ese encuentro dependerá el futuro de Barcelona pel Canvi. La duda es Celestino Corbacho. Si el exalcalde de Hospitalet de Llobregat se mantiene fiel a Manuel Valls, el grupo propio de Ciudadanos contará con tres concejales y el de Barcelona pel Canvi, con otros tres: Eva Parera, el propio Corbacho y Manuel Valls. Si Corbacho opta por Cs, entonces el grupo naranja contará con cuatro concejales y Valls, sólo con dos.
La decisión de Corbacho decantará el resultado de la batalla por el relato mediático, pero no evitará que Valls siga contando con grupo propio puesto que el mínimo para ello en el Ayuntamiento de Barcelona es de dos concejales. En Cs se da por sentado que Eva Parera seguirá al lado de Manuel Valls ocurra lo que ocurra en la reunión de hoy martes.
El enfado de Manuel Valls
La decisión de Corbacho sí puede tener un impacto mayor en las votaciones del consistorio barcelonés. Con tres concejales, sumados a los ocho del PSC, Valls puede condicionar cualquier votación a favor de Ada Colau y evitar que esta dependa de los votos de ERC y JxCAT. Con sólo dos concejales, esa opción queda anulada y Ada Colau pasaría a necesitar los votos de Cs, los del PP o los de los separatistas.
La crisis empezó a gestarse este sábado por la tarde, durante la investidura. Según fuentes cercanas a la cúpula de Cs, Manuel Valls confiaba en que los tres concejales de Cs se someterían a la disciplina de voto y votarían a favor de Ada Colau. Al no ser así, "Valls se enfadó muchísimo": "A partir de ese momento empezó a respirarse distancia y mal rollo. Pero tampoco parecía que fuera a producirse una crisis".
El anuncio de la ruptura cogió por sorpresa a muchos en Cs. En primer lugar, por la persona escogida para anunciarla, una Inés Arrimadas que no pertenece precisamente al sector más crítico con Valls y que ha intentando tender puentes en más de una ocasión entre el exprimer ministro francés y Albert Rivera.
En segundo lugar, por lo precipitado. Sólo unos segundos antes del anuncio, cargos de Cs afirmaban en conversación con EL ESPAÑOL estar convencidos de que no habría una ruptura inmediata. Tras conocer la noticia por boca de periodistas de este diario, esas mismas fuentes afirmaban, sorprendidas, que la decisión "debe de ser exclusiva de Cs porque no parecía que Valls fuera a romper la coalición". Al menos, a corto plazo.
El dilema de Corbacho
El fichaje de Celestino Corbacho, según explica él mismo a sus amigos, no se entiende sin estas dos premisas: el "sí" llegó porque detrás de Valls había una estructura importante como Ciudadanos; pero ese "sí" no habría cristalizado de no haber encabezado el proyecto un "independiente". Por eso, el dilema es complicado para él.
El ex ministro socialista puso una condición ineludible para sellar su último contrato electoral: que se respetara precisamente su "independencia". Tanto Valls como Ciudadanos se la garantizaron. La decisión de votar a Colau fue solo suya y Rivera no se la ha recriminado.
"La independencia no significa anarquía. Cualquier proyecto político exige el principio de la lealtad. Mañana hablaré con los dos y tomaré una decisión", ha contado a algunos de sus compañeros.
Los careos, según ha sabido este diario, se desarrollarán a lo largo de este martes. Corbacho pedirá a ambos contendientes que especifiquen el rumbo programático para los próximos cuatro años. El ex socialista, según trasladan a este diario fuentes de la plataforma, "necesita saber dónde estará más cómodo".
En ningún momento se ha planteado dimitir. En su círculo más cercano ha lamentado la ruptura de la plataforma, un proyecto que le ilusionó y le devolvió a la primera línea de la política.
Corbacho, de pronto, se ha convertido en el centro del centro. Equilibrista en mitad de la refriega, mantiene un trato muy cordial con el grupo de Valls y con la dirección barcelonesa de Ciudadanos. A pesar de haber votado a favor de Colau, tras el pleno, se fue a tomar algo con los ediles liberales que hicieron lo contrario.
Este fue el razonamiento personal de Corbacho para dirimir su voto -muy parecido, por cierto, al de Valls-: "Regresé a la política para combatir el independentismo. Tenía que decidir entre un nacionalista al 100% y una que lo es, pero no tanto".