Celestino Corbacho ha decantado a favor de Ciudadanos el enfrentamiento soterrado que Rivera mantenía desde hace meses con Manuel Valls. Con su asentamiento -aunque en calidad de independiente- en el grupo municipal naranja, los liberales contarán con cuatro ediles frente a los dos del ex primer ministro francés.
La dirección nacional de Ciudadanos ha respirado aliviada al conocer la decisión de quien ostentó la cartera de Trabajo en el Gobierno de Zapatero. Un 4-2 nada tiene que ver con un 3-3. Corbacho, como Valls, votó a favor de Ada Colau para evitar que la vara de mando de Barcelona recayera en Esquerra Republicana. Por eso, Rivera no las tenía todas consigo.
Corbacho, tal y como desmigó ayer este diario, tomó su decisión tras charlar con ambas partes. Habló con José Manuel Villegas, secretario general de Ciudadanos; y con el propio Manuel Valls. Al primero le pidió que respetara su condición de independiente y éste se lo garantizó. Al segundo, según ha contado el exsocialista a varios de sus colaboradores, le transmitió este argumento: el partido liberal dispone de mayor fortaleza y presencia territorial para hacer frente a Colau.
Corbacho, ha testado EL ESPAÑOL, se inscribirá en el grupo municipal de Ciudadanos, pero no querrá protagonismo ni cargos orgánicos. Desea "hacer política local", pero no desempeñar la portavocía ni tareas similares.
La ruptura de la plataforma común situó a Corbacho en el centro del centro. Mantiene tan buena relación con el político francés como con sus compañeros de Ciudadanos. "Su conversación con Valls fue incluso más personal que política. Le tiene aprecio y respeto. Él ya conocía sus razones", narran fuentes conocedoras del encuentro.
Villegas le ha garantizado su "independencia"
Corbacho, en charla con sus amigos, se dice cansado de la política de partidos y dio un paso al frente para combatir al nacionalismo en Barcelona. Su compromiso, en principio, tiene que ver con la legislatura entera y no amaga con abandonarlo. Para cumplirlo -y combatir el Ejecutivo de Colau- ha visto más "fortaleza" en el proyecto de Ciudadanos que en el de Valls. De ahí su decisión.
Desde el proyecto de Cs y el de Valls aseguran que seguirán coincidiendo en un gran número de propuestas, aunque su ruptura -los liberales critican al ex primer ministro francés por haber entregado sus votos "gratis"- podría empujar a la alcaldesa a buscar apoyos en Esquerra Republicana.
Corbacho, como Rivera, cree que Colau tiene mucho de nacionalista, pero está más cerca de Valls cuando opina que, aun así, existe una diferencia entre ella y Maragall, el candidato de Esquerra Republicana que ganó las elecciones.
Eso empujó al exministro de Zapatero a votar como Valls. Cree que Colau era el "mal menor", y que no hará un activismo independentista tan potente como Maragall, que hubiera convertido la ciudad en la capital de la "República catalana".
Ciudadanos discrepa con firmeza de la actitud adoptada por Corbacho, pero Villegas le ha trasladado que respetará -siempre que se tercie una situación así- su independencia. Esa promesa y la "fortaleza organizativa" de Cs en contraposición al languidecimiento del proyecto de Valls han convencido a Corbacho.