La convocatoria del Consejo General de Ciudadanos del próximo 29 de julio, que pilló por sorpresa el sábado a destacados dirigentes del partido, tiene como objetivo reforzar la dirección con tres pesos pesados: Marcos de Quinto, Edmundo Bal y Joan Mesquida. Así lo confirmaron este domingo a EL ESPAÑOL fuentes de la formación.
Inés Arrimadas, portavoz de la ejecutiva, ya anunció que De Quinto ocuparía la vacante dejada por la marcha del economista Toni Roldán, y que podría haber nuevas incorporaciones. Pero cualquier nombramiento de este tipo que quiera hacer Albert Rivera como presidente tiene que pasar necesariamente por el Consejo General. "El presidente del partido podrá realizar los cambios que considere necesarios en la organización interna del Comité Ejecutivo, cesar a alguno de sus miembros o nombrar otros nuevos. La incorporación de nuevos miembros requerirá la aprobación del Consejo General", indica el artículo 25 de los estatutos de Cs en su apartado 6.
La idea de Rivera es por tanto aprovechar la reunión del Consejo para dar mayor peso político a la dirección, incorporando a otros dos referentes como Bal y Mesquida. Hay que tener en cuenta, además, que a la salida de Roldán en el Comité Ejecutivo se sumaron las de Javier Nart y Xavier Pericay.
De Quinto, Bal y Mesquida son fichajes que gestionó personalmente Rivera, los tres entraron como independientes pero han decidido afiliarse recientemente al estallar la crisis en el partido y los tres son contrarios a llegar a acuerdos con Pedro Sánchez, lo que refuerza la posición del líder de Cs.
Tres "ministros"
Por sus planteamientos económicos, De Quinto, ex vicepresidente mundial de Coca-Cola, está muy lejos del PSOE. Edmundo Bal, abogado del Estado, fue cesado por el Gobierno de Sánchez al negarse a rebajar la acusación de rebelión a sedición en el juicio del procés. Y Joan Mesquida, director general de la Policía y secretario de Estado de Turismo con Rodríguez Zapatero, se alejó del PSOE cuando Sánchez empezó a llegar a cuerdos con los separatistas.
De los tres ha dicho públicamente Rivera que serían ministros en un gobierno presidido por él. Durante la campaña de las generales, en Toledo, lo dijo de De Quinto: "Los españoles tienen que elegir a quiénes quieren como ministros, si a personas como Marcos de Quinto en áreas relacionadas con las empresas y la industria, o a otros". En Valencia, en marzo, se pronunció así sobre Bal: "Si España tuviera un ministro de Justicia como él, nos iría mucho mejor a todos". Y un mes antes, en la presentación del fichaje de Mesquida en Palma, manifestó: "España se merece un ministro del Interior como Joan Mesquida".
Rivera ha convocado además el Consejo de Cs en un momento clave: cuatro días después de la previsible segunda votación para la investidura de Sánchez, prevista para el jueves día 25. Sea cual sea el resultado de la investidura, Rivera pretende utilizar la nueva etapa para pasar página de la crisis interna e insistir en liderar la oposición.
La decisión de convocar un Consejo General para el 29 de julio era desconocida para destacados dirigentes de Cs. El secretismo con que se ha llevado la convocatoria, que disparó los rumores sobre una posible purga interna, revela que los planes de Rivera sólo son conocidos por su entorno más próximo.