Pablo Iglesias no ha pasado buena noche. Después de encontrarse este jueves con que Pedro Sánchez "despachaba en dos minutos" su última oferta para formar Gobierno, el líder de Podemos se ha quedado con la sensación de tener toda la razón pero colgado de la brocha: de nada le sirve.
Salvo para llenarse la boca en los mítines de las próximas elecciones del 10 de noviembre. Aun así, el secretario general morado se agarra a una última esperanza. "Me consta que hay sectores del PSOE que estarían dispuestos a aceptar nuestra propuesta", ha dicho este viernes en una entrevista en La Sexta. "Lo cierto es que nunca lo va a tener tan fácil Pedro Sánchez, porque hemos deshecho todos los escollos que nos fueron planteando", ha añadido, para preguntarse en alto, entre incrédulo y cansado, "no sé qué más tenemos que hacer".
De hecho, Iglesias ha llegado a sugerir que en las filas socialistas ya hay quien le quiere mover la silla a Pedro Sánchez, como a él se la movió Susana Díaz. "Y eso sería malo", ha dicho magnánimo, tras anunciar que su formación se abstendrá si es que hay nueva investidura "porque confiamos hasta el último minuto en que el PSOE reflexione". Es más, el líder morado ha insistido en meter la cuña en el PSOE explicando que hay socialistas que querrían que se produjera una reunión cara a cara entre ambos líderes, "pero Pedro no quiere".
El secretario general de Podemos ha llegado a arremeter contra la ministra portavoz, ya presente en la rueda de prensa del Consejo de Ministros. "Está utilizando las instituciones del Estado para un mitin del PSOE", ha dicho, "y eso es tomar a la gente por imbécil". Ene se sentido, ha defendido su negativa aun apoyo gratis a Sánchez para luego pasar a la oposición. "Es que yo no quiero acorrarlarle, quiero un gobierno estable para España... de ahí nuestra propuesta de ayer".
Coalición con freno y marcha atrás
Iglesias ha explicado que, ante la última ceremonia que le queda a esta legislatura, que es la de la ronda de contactos convocada por el Rey para los próximos lunes y martes, él acudirá a Zarzuela para contarle a Felipe VI que Unidas Podemos quiere "apostar por la estabilidad" y, para ello, le explicará cuál fue su última oferta, en este caso telefónica, al líder socialista.
Porque Iglesias, cuando llamó este jueves a las 18.00 horas a Sánchez le ofreció formar un gobierno de coalición con freno y marcha atrás. Es decir, "en base a nuestras últimas propuestas, las de PSOE y las de Unidas Podemos", acordar un Ejecutivo con base programática y representantes de ambas fuerzas. Pero en unos pocos meses, "tras aprobar los Presupuestos", el presidente podría librarse de la presencia morada en Moncloa, "con el seguro de mantener nuestro apoyo parlamentario".
A eso se refería Iglesias cuando decía que Unidas Podemos ha "deshecho todos los escollos" que, una vez más, ha enumerado. "Con Cataluña, nos comprometimos a ser leales al liderazgo del PSOE; con los ministerios de Estado, nos retiramos siquiera sin que nos lo dijeran; al decirnos que la CEOE no estaba cómoda con nuestras propuestas económicas ofrecimos centrarnos en que se cumplan los artículos sociales de la Constitución, aceptamos que no hubiera proporcionalidad en el Consejo de Ministros, me retiré cuando me vetaron... y ahora hemos vuelto a ceder".
Coherencia y verdad
Iglesias sostiene que si Sánchez no es presidente con Albert Rivera de vicepresidente "es porque el líder de Ciudadanos no ha querido". Y que si no se ha mantenido en Moncloa gracias a la abstención de Pablo Casado "es por lo mismo".
Y ésa es la razón por la que Podemos sospecha que Pedro Sánchez siempre quiso ir a elecciones. "Lo que pasa es que llama la atención que alguien que construyó su imagen dimitiendo por dignidad por mantener su 'no es no' a Mariano Rajoy ahora pida lo contrario cuando le toca a él". Para Iglesias, lo sorprendente es esta "falta de coherencia" y lo que en política es más importante para él: "Decir la verdad".
Porque en Unidas Podemos no comprenden, o no dicen comprender, por qué lo que valía en julio no vale ahora. "Si lo retomamos ahí, sólo hacen falta que Pedro y yo nos sentemos tres horas y hay gobierno", ha llegado a decir Iglesias. Y es que el líder morado le ha afeado al socialista la "pérdida de tiempo" a la que ha sometido esta negociación desde el 28 de abril. "Es muy difícil pactar un gobierno de coalición en 48 horas tras dejar pasa 90 días", ha dicho, "lo lógico habría sido en agosto no irse de vacaciones", ha apostillado. Precisamente lo que él hizo a la espera de una llamada que nunca llegó.