"Quedan menos de 48 horas y nuestra última esperanza es el Rey". Pero, ¿qué exactamente? ¿Que el Rey haga qué? "Que en esta ronda de consultas le haga entender a Pedro Sánchez lo que ya ha entendido hasta Pablo Casado, que el bipartidismo ha muerto y que hay que pactar".
La rueda de prensa de Podemos de cada lunes, tras su Consejo de Coordinación, era este lunes la de la extremaunción a la legislatura. Suena curioso escuchar a Noelia Vera, la portavoz de una formación beligerantemente republicana, apelar al Monarca para que le soluciones sus problemas.
Minutos antes de que Albert Rivera ofreciera a Pablo Casado una abstención pactada entre ambos para que se ponga a andar la legislatura y se evite una repetición electoral, Vera ya sugería que el fantasma de la "gran coalición" rondaba estos últimos días antes del toque de queda a la legislatura. "Parece que ésa es la hoja de ruta de Sánchez desde el principio", lamentaba la portavoz morada.
Este lunes y martes, los representantes de las confluencias y el líder supremo de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, irán al Palacio de la Zarzuela a explicarle a Felipe VI que ellos quieren un acuerdo con el PSOE, y que han hecho "multitud de ofertas", pero que o mucho se equivocan o "el presidente en funciones nunca ha querido pactar" con los de morado.
Y lo harán con la envolvente de no pedirle que haga nada, pero dándole a entender al Jefe del Estado que en sus manos está hacer alguna cosa que evite ir a las elecciones. "El Rey tiene muy definidas sus funciones en la Constitución", ha concedido Vera ante la prensa, "pero esperamos que a la salida de esta ronda de contactos, Pedro Sánchez haya entendido que se puede llegar a un acuerdo para un gobierno de progreso... aunque parece claro que no lo quiere".
Y es que en Podemos viven en una dicotomía. No dan por muerta la legislatura, y se agarran al clavo ardiendo de Zarzuela, al tiempo que dan por hecho que Sánchez no quiere pactar: "Su hoja de ruta está clara desde el principio", ha dicho la portavoz de los de Iglesias, "quiere que le demos todos gratis el apoyo para poder pactar con nosotros las políticas sociales y con las derechas las políticas económicas".
Es una versión de la "gran coalición" que sugería este fin de semana Alberto Núñez Feijóo, el presidente popular de Galicia, pero sin firmarla con nadie. Que los de morado voten sí, que los de naranja y los de azul se abstengan y gobierno yo solo pactando a izquierda y derecha. Así lo ven en la sede de la calle Princesa. Pero podemos se niega a ese escenario: "Sánchez tiene que entender que la fuerza política que nació de la indignación en las calles está aquí, y está para quedarse, es así... y que nuestros 3,7 millones de votos son imprescindibles para que forme Gobierno".
Investidura sí o sí
Por eso, porque "es necesario sentarse, negociar y pactar", Noelia Vera insistía en que en las próximas horas seguirán con la mano tendida para que Sánchez se avenga a negociar. Para eso haría falta que hubiera un gesto antes de que este martes por la tarde se cierre la ronda de conversaciones. La formación morada sigue esperando que se dé una sesión de investidura entre finales de esta semana y el lunes que viene, día 23, en el que caducan los dos meses que constitucionalmente están dispuestos tras una primera investidura fallida antes de que se cierren las Cortes de manera automática.
"Si quiere, se puede, hay tiempo para negociar todavía", explicaba Vera. Ese gesto, en todo caso -y volvemos a la dicotomía- no parece que se vaya a dar, y en Podemos no tienen casi ninguna esperanza. "Desde que Pablo Iglesias llamó al presidente el pasado jueves y éste lo despachó en 10 minutos, no ha habido ningún contacto", explicaba la portavoz con gesto de "ya más no podemos hacer".
Iglesias y el resto de líderes de Unidas Podemos le trasladarán al Rey que ellos han cedido: primero a los vetos políticos y personales, luego a la proporcionalidad que consideran que les correspondería por número de votos, y finalmente ofreciendo un pacto revisable tras la aprobación de los Presupuestos de 2020, "con apoyo parlamentario garantizado, para dar estabilidad a este país..."
Y le dejarán esos puntos suspensivos a Felipe VI, por si está en su mano hacerle entender a Sánchez que sólo hay dos escenarios tras el hipotético 10-N: o suman las derechas o la situación se repite... "salvo que haya una apuesta por la gran coalición", lamentaba Vera, "que parece la hoja de ruta de Sánchez desde el principio".