Albert Rivera ha lanzado un plan para evitar in extremis la repetición electoral. Ofrece su abstención en la investidura de Pedro Sánchez a cambio de tres condiciones: una "planificación" del artículo 155 en Cataluña, el compromiso de "no subir los impuestos" y la renuncia del PSOE a gobernar Navarra con los nacionalistas.
El presidente de Ciudadanos ha llamado a Pablo Casado antes de dar su rueda de prensa. Ambos han fijado una reunión para la tarde de este lunes en el Congreso. Rivera se ha mostrado optimista de cara a la abstención pactada de PP y Cs a cambio de los tres puntos mencionados: "No es una solución de partido, debemos ir de la mano".
Faltan 36 horas para que el regreso de las urnas sea inevitable. Rivera se reunirá con el rey este martes. Por eso quiere zanjar con Casado hoy mismo esta "solución al límite". "Si no hacemos nada, la soberbia de Sánchez nos costará 175 millones de euros", ha avisado el líder liberal.
"Casado está dispuesto a estudiar esta solución", ha reiterado Rivera. "España está al límite y Sánchez ha fracasado. Hemos esperado hasta ahora porque ellos tenían la obligación de formar gobierno", ha detallado. Génova ha confirmado la voluntad de Casado, aunque no ve demasiadas opciones: "Nosotros ya le propusimos varios pactos de Estado".
El presidente de Ciudadanos, en conversación con su equipo, no descarta siquiera una reunión a tres con Casado y Sánchez para ilustrar la abstención a cambio de los tres puntos: "Nosotros no tendríamos problema".
Rivera ha recibido el apoyo de la Ejecutiva de su partido en una reunión previa, celebrada en el 253 de la calle Alcalá durante la mañana de este lunes. Ciudadanos ha reunido a su plana mayor como cada inicio de semana, pero varias horas antes de lo habitual. El motivo: la abstención que pretende acordar con el PP.
Fuentes de la dirección de Ciudadanos insisten en que los tres puntos "serán irrenunciables" y en que la "predisposición del PP es muy buena". Los liberales han esperado a que se evidenciara el fracaso de las negociaciones entre Sánchez e Iglesias para lanzar su golpe de efecto: "No queríamos interferir. Ahora el tiempo se acaba y nosotros queremos evitar las elecciones".
Rivera ha confesado a los suyos que contempla "serias opciones" de que "esto salga". En caso de un "no", Sánchez acudiría a las nuevas elecciones habiéndose negado a formar gobierno con apoyos de izquierda y derecha.
La clave está en Navarra
De los tres puntos, el de Navarra es el más delicado. Así lo reconocen en Ciudadanos. El 155 se limita, de momento, a la "planificación". Rivera lo ha dibujado como un "estar preparados para la reacción a la sentencia del procés". Los liberales, dentro de esta cuestión, también exigen el compromiso de "no indultar" a los condenados.
En cuanto al gasto público, deslizan en Ciudadanos, Sánchez debería firmar que no subirá impuestos, tal y como había previsto. Si el presidente en funciones se aviene, luego podría pactar las cuentas con naranjas y azules. "No nos cerraríamos a negociar", confirman fuentes de Cs.
Pero, ¿qué pasa con Navarra? El PSOE -si pacta con Rivera y Casado- debería disolver un Ejecutivo que acaba de echar a andar. En la Comunidad foral, María Chivite (PSN) gobierna en coalición con Geroa Bai (sucedáneo del PNV) y Podemos. Le apoya EH Bildu desde fuera. PP y Ciudadanos exigirán la ruptura de ese acuerdo.
Según fuentes cercanas a Rivera, la fórmula sustitutiva no está amarrada de antemano. Exigirán que los socialistas pacten con Navarra Suma -la plataforma que integran PP y Cs junto a UPN- y se "olviden de Bildu". A partir de ahí, podría llegar un candidato de consenso, una investidura de Chivite -pero con distintos apoyos- o la llegada de José Javier Esparza (UPN).