Vox ya ha puesto en marcha la maquinaria electoral de cara a las próximas elecciones generales. El presidente de la formación verde, Santiago Abascal, ha viajado hasta Roma para reunirse con el exministro del Interior de Italia, Matteo Salvini. Tras el encuentro, que ha tenido lugar en el Senado italiano, Abascal ha compartido en Twitter una imagen con el líder de La Liga valorando de forma “muy positiva” esta “reunión de trabajo”.
“Coincidimos plenamente en la necesidad de proteger las fronteras de Europa de la inmigración masiva, y en el respeto a la soberanía nacional –y unidad- de los estados miembros de la UE”, ha escrito el político vasco.
Abascal ha acompañado su tuit con dos fotos con Salvini, una conversando con él y otra posando juntos. El político italiano, en cambio, no se ha hecho eco del encuentro en sus redes sociales.
Vox y la derecha europea
Desde que Vox irrumpiera en la escena política en diciembre de 2018 tras las elecciones andaluzas, dirigentes europeos de ultraderecha como la francesa Marine Le Pen, el holandés Geert Wilders o Matteo Salvini acogieron a los de Abascal con los brazos abiertos. “Es una buena noticia para España y los andaluces”, celebró Salvini.
A la reunión también se ha sumado el cabeza de lista de Vox al Parlamento Europeo, Jorge Buxadé. A pesar de este coqueteo con Salvini, el eurodiputado de Abascal y sus dos colegas en Bruselas no comparten grupo con los ultra italianos. Tras los comicios de mayo, donde Vox obtuvo tres actas en el Europarlamento, dieron calabazas al nuevo grupo de extrema derecha Identidad y Democracia que constituyeron Salvini y la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen.
Entonces Vox, en un intento de suavizar su imagen, confirmó que se integraba en los Conservadores y Reformistas Europeos, una familia política menos controvertida. Se trata de un grupo fundado por los tories en la época de David Cameron y que ahora capitanean los ultraconservadores polacos de Ley y Justicia de Jaroslaw Kaczynski. En el grupo están también los nacionalistas flamencos de la N-VA, que han prestado cobertura logística y política al expresidente catalán, Carles Puigdemont, desde que se fugó a Bélgica en octubre de 2017.
El propio Salvini también ha abrazado en numerosas ocasiones la causa independentista catalana. De hecho, se ha dejado fotografiar con la estelada y con banderas apoyando la independencia de Cataluña y País Vasco.