Nur Houda es mediadora, maestra y trabaja en Médicos del Mundo de Melilla desde hace tres años. Hace unos meses, la ONG comenzó a impartir talleres de prevención de drogas en un local en el paseo marítimo para niños resientes en el centro de menores La Purísima.
Todos los miércoles pasa con ellos dos horas y media. Esta semana, a la salida del curso, se paró en el McDonald's con tres de sus alumnos para comer unas hamburguesas. Con el pedido hecho y los niños esperando con ilusión los juguetes de los menús infantiles, se dirigió a la caja para pagar. En ese momento observó que el encargado estaba "hablando de muy mala manera a los menores" mientras los "echaba del local".
Se trata de tres niños marroquíes de 11 y 12 años que residen en el centro de menores La Purísima desde hace un mínimo de ocho meses. El que más, lleva dos años.
-¿Algún problema? Estos niños van conmigo, le preguntó la educadora al encargado.
-Los niños no pueden comer aquí. Lo siento, pero tienes que pedir para llevar, le contestó.
La mediadora, indignada, se negó a llevarse la comida. "Si no se lo comían en el restaurante, se iba a quedar el pedido ahí", asegura. El camarero tampoco les permitió sentarse en la terraza. Como excusa, sentenció: "Es que son delincuentes".
El audio se hace viral
Ante la insistencia del camarero, Nur Houda preguntó a los niños si habían tenido algún problema en el local, pero dos de ellos "me juraron que nunca habían entrado al McDonalds".
Nur Houda decidió grabar un audio de lo sucedido y difundirlo por WhatsApp. En menos de 24 horas se había convertido en un audio viral que circulaba en las redes. En él, solicita que se difunda su denuncia hasta que que el encargado pida disculpas públicamente. Sin embargo, cree que "no lo hará". "Tres niños huérfanos que viven en un centro de menores son para ellos [los ciudadanos] invisibles, niños que no existen", añade.
En declaraciones a EL ESPAÑOL, la mediadora melillense precisa que el encargado "todo el rato intentó que me fuera del local, porque además había familias sentadas comiendo que miraban sorprendidas. Y él, para evitar el escándalo, solo me decía: 'por favor, fuera… por favor, fuera…'. Y me movía hacia la puerta".
Llegaron a las 13:30 a la cadena americana y media hora más tarde acabaron en la pizzería de enfrente. "Perdí la noción de lo que ocurría alrededor. Sólo veía la cara del encargado y su forma de decirme que nos fuéramos", recuerda. Y además, lamenta que "nadie le increpó".
Acostumbrados a ese trato
El encargado es un melillense que ronda los 40 años y a quien Médicos del Mundo también solicitó por escrito sus disculpas. "Denuncio porque no quiero que esto se normalice, que los niños vayan al McDonald's y los echen", afirma Nur Houda.
Asegura que en Melilla "hay un poco de todo, hay personas que humanamente ayudan muchísimo a estos niños y los tratan con cariño y les prestan atención, aunque es cierto que la mayoría se ha vuelto insensible con los menores de la ciudad". "Es algo con lo que llevamos tantos años conviviendo, que la gente está acostumbrada a ver a niños en la calle y en una situación tan vulnerable", añade.
Ella misma, según confiesa, intentó olvidar el incidente y "no darle importancia, porque es lo que ocurre en la ciudad". Pero más tarde se fue a comprar al supermercado y presenció cómo a los chavales que estaban en la puerta "les increpaban los vigilantes y les decían que se marcharan de allí". "Incluso no pueden entrar a comprarse ni un yogur. Lo he vivido en muchas ocasiones, algunos son alumnos míos y me piden que les compre cosas porque no pueden entrar. Aunque, esos son más mayores y lo llevan mejor", explica.
Lo que más le afectó es que los niños "vieron normal el gesto del encargado". "Me decían 'no pasa nada, vámonos, vámonos'. Ya están acostumbrados a este trato", lamenta. Durante la noche, no consiguió conciliar el sueño hasta las cuatro de la madrugada. Incluso tuvo que ir a urgencias a causa de una crisis nerviosa.
No descarta una denuncia
Celsa Andrés, vicepresidenta de Médicos del Mundo, confirma el relato de Nur Houda en declaraciones a EL ESPAÑOL. La organización apoya a la trabajadora y denuncia lo ocurrido."Nos parece una vergüenza y una muestra más de la xenofobia que se vive en estos lugares, y del racismo contra estos niños, que además son huérfanos y están en situación de vulnerabilidad", sentencia.
"La excusa de sacar a los niños de 11 y 12 años del restaurante por ser delincuentes es ya criminalizarlos, cuando lo que necesitan es cariño, protección y apoyo", añade. Por ello, Médicos del Mundo ha solicitado oficialmente una disculpa pública del McDonald's: "Es necesaria, sobre todo, la del responsable del establecimiento. Requerimos que se disculpe públicamente porque lo que se ha hecho con los niños es humillarlos, han recibido maltrato, y se les ha expulsado de un establecimiento que está pensado para ellos".
De momento, la organización no ha cursado ninguna demanda, pero "no lo descartamos".
Médicos del Mundo lleva tres años en Melilla y tiene dificultades a la hora de trabajar, pero seguirá adelante "sobre todo porque los niños y las niñas que están sin compañía de adultos necesitan nuestro apoyo; aunque las autoridades nos esquivan, a veces convocamos reuniones a las que no acuden o que anulan. En fin, les somos incómodos", explica Celsa Andrés.
Pese a los intentos de este periódico por hablar con algún responsable del McDonald's para que dieran su versión del caso, no fue posible.