Que Jaume Asens es un "facilitador" es así. Siempre lo ha sido. Desde hace años, ha sido abogado de los okupas barceloneses que se metían no sólo en casas, sino en problemas con la Administración, con los dueños o con la Justicia. Después asistió a la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) que tenía a Ada Colau como su activista más beligerante y conocida, y mientras echó un cable legal a diversas plataformas soberanistas catalanas.
Su prestigio en los ámbitos de la lucha social lo acercó a la nueva ola política surgida al calor del movimiento del 15-M, ése que finalmente devino en una cristalización institucional bajo el nombre de Podemos.
Pero entretanto no dejó de ejercer como jurista y, al tiempo que se dejaba seducir por la representación política en la rama más catalanista de los Comunes de Colau, puso sus conocimientos y servicios al alcance de los más secesionistas del procés: ayudó a Carles Puigdemont a fugarse de la Justicia española, le pasó el teléfono del expresident a Pablo Iglesias, y lo acercó a la cárcel de Lledoners a entrevistarse con Oriol Junqueras.
Este domingo, el heredero en la Generalitat de estos dos líderes del referéndum ilegal y la declaración de independencia con freno y marcha atrás de octubre de 2017, Quim Torra, lo ha señalado como "un amigo", un puente soberanista con Madrid, que "no renuncia a sus principios", que "defiende a los presos políticos" y que puede ejercer de "mediador" para que "Sánchez vuelva a Pedralbes".
El president de Govern catalán afronta este lunes la primera jornada de su juicio por delito de desobediencia, tras negarse reiteradamente a retirar los lazos amarillos de la fachada del Palau de la Generalitat, ni siquiera en campaña electoral. Nada dice de que vaya a contratar a Asens como abogado, pero sí lo considera un aliado ahora que exige "volver a Pedralbes, y a la figura del mediador, del relator, como quieran llamarlo".
"No renunciarán a sus principios"
"Yo tengo confianza en amigos como Jaume Asens o Gerardo Pisarello", explica Torra en una entrevista concedida al diario Ara, de corte independentista. "Ellos han ido siempre a las manifestaciones en favor de los presos políticos", como él define a los responsables del golpe separatista. "Han estado siempre al lado del derecho de autodeterminación de Cataluña", añade el president.
La clave de este discurso pivota sobre la pregunta de la periodista, que vincula "el abrazo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias" con la posibilidad de "un giro político respecto a la cuestión catalana". Torra, que vende cara la posición de JxCat en el Congreso respecto de la investidura del candidato socialista, pone condiciones a la misma en su conversación con Ara, al menos tres.
Pero sobre todo apunta a Asens -cabeza de lista de Iglesias en Barcelona y miembro del comité negociador del acuerdo de coalición PSOE-Unidas Podemos- como el puente sobre el que camine Sánchez para pagar el precio de su permanencia en Moncloa. "Confío en que [Asens y Pisarello] no renunciarán a sus principios y, por tanto, ciertamente aquí puede haber un cambio", sentencia Torra.
Apuesta personal de Iglesias
Acababa la legislatura de la moción de censura, en la que el viejo líder de los Comunes en Madrid, Xavier Doménech, había dejado la política. Y fue entonces, en febrero, cuando Iglesias empezó a impulsar a Asens. Se le podía ver en convocatorias junto a los llamados "alcaldes del cambio" y otras reuniones de la izquierda a la izquierda del PSOE, siempre en contextos de reivindicación territorial y de "cambio de régimen".
Fuentes internas de Podem -menos autodeterministas y más obreristas- explicaban a este periódico que su nombre había sido "pactado" por el líder morado y la alcaldesa Colau, "pero como cuota de Podemos". Y de ahí que la inmensa mayoría de la representación catalana en el Grupo Confederal de Unidas Podemos en el Congreso tenga un carácter soberanista.
Asens nunca ha ocultado su defensa del derecho de autodeterminación y su apuesta por "las soluciones políticas". Ha exigido la "libertad de los presos políticos y el regreso de los exiliados" e incluso ha anunciado que ésa es su máxima prioridad en la legislatura que comienza. En su opinión, la sentencia del procés era "más venganza que justicia".
Torra explica en la citada entrevista las condiciones que pone a "un diálogo sin condiciones" con Pedro Sánchez, uniendo la "solución a la cuestión catalana" con la solución a su investidura. Y empieza por exigir que le "llame por teléfono", después de que "una vez más" no le atendiera el pasado lunes "cuando le llamé para felicitarle". Y es que el contacto por móvil lo considera el president "muy importante", el primer paso de "un reconocimiento mutuo, porque la negociación es de gobierno a gobierno".
Así, Torra exige tres cosas. "Primero, la bilateralidad", después "respeto y entender que ésta es una negociación entre iguales, entre dos sujetos políticos. Uno es Cataluña y el otro es España". La segunda, "la idea de Pedralbes" que, según él, es "que no hay condiciones por parte de nadie". Y la tercera, que se debe "recuperar esa figura de mediador, del relator, que debe ayudar a vestir un proceso de negociación serio y creíble".
Candidato Asens
Asens ha sido cabeza de cartel de En Comú Podem este 10-N, defendiendo un programa electoral que, de hecho, dedicaba una cuarta parte de sus 166 páginas a la "Revolución democrática", que pone negro sobre blanco -y punto por punto- la posición de los morados respecto a Cataluña:
Ley de Claridad. "Que reconozca el derecho del pueblo de Cataluña a ser consultado de forma políticamente vinculante sobre su futuro por la vía del referéndum". Retirada de los recursos de inconstitucionalidad en curso. "Sobre leyes aprobadas por el Parlament". Lo que hubiera abierto la puerta a la vigencia de las leyes de desconexión de septiembre de 2017. Blindaje competencial. Contra la "recentralización practicada en los últimos años".
Recuperación del Estatut. De todas las "previsiones declaradas inconstitucionales por el TC". Transferencias e inversiones. "Cumplimiento de la disposición del Estatuto" que prevé inversiones en función del peso de Cataluña en el PIB nacional, completar las transferencias pendientes y añadirle nuevas: Vivienda, ferrocarriles, Justicia y extranjería. Participación en organismos y empresa estatales. Presencia de representantes de la Generalitat en organismos -Agencia Tributaria, Banco de España...- y empresas públicas.
Y todo para alcanzar una Constitución catalana "a través de la cual construir un nuevo modelo de país en términos sociales, políticos, económicos, ambientales y culturales", que reconocería el "derecho de autodeterminación de Cataluña" de la España que se habría constituido como un "Estado plurinacional", con forma de República sustentada en "mecanismos de democracia participativa" y una suerte de "soberanías compartidas" hacia dentro con las regiones de España y hacia fuera con la Unión Europea.
Es decir, una enmienda a la totalidad de la legalidad vigente, un motivo para que Quim Torra apueste por él como "mediador" ahora que Iglesias, socio de Asens en Madrid, quiere ser vicepresidente. Y que para serlo, el aspirante a presidente necesita los votos del independentismo.