Hace sólo año y medio, Pablo Iglesias reaccionaba furibundo a la sentencia del caso Gürtel. "La democracia no puede soportar delincuentes a los mandos del Gobierno", dijo entonces. Era el 24 de mayo de 2018 y en una semana, Pedro Sánchez era presidente del Gobierno tras la primera moción de censura exitosa de la democracia.
Este martes, 19 de noviembre, las cosas han cambiado. El "bipartidismo que trajo corrupción y arrogancia" es un argumento que sólo sirve para iniciar la reflexión, pero lo que cuenta es la "oportunidad" de tener un Gobierno. Queda lejos aquello del "turnismo" para "favorecer a los amiguetes" del PP o las "puertas giratorias que compraban ministros" del PSOE... ahora eso se ha dejado atrás.
Incluso, en el mayor caso de corrupción demostrada por verdad judicial. De hecho, Iglesias paracería haber olvidado a "los de abajo", a los parados, a los más desfavorecidos, a los que él dice venir a defender. Y es que la sentencia de los ERE versa sobre un sistema de ayudas a empresas en crisis dotado con un total de 680 millones de euros que se repartieron al margen de todo procedimiento legal y sin control alguno.
En Podemos consideran que es más importante que haya "un Gobierno progresista" que salir con fuerza en Twitter o en una comparecencia pública para mantener esos postulados que los hicieron nacer como partido en 2014 haciéndose herederos del 15-M -"lo llaman democracia y no lo es", cantaban en la Puerta del Sol los indignados en mayo de 2011... contra el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero-.
Por eso, en nada se parece este tuit de Iglesias a aquél de hace sólo año y medio. Entonces exigía una "moción de censura" que sacara a Mariano Rajoy del poder. Ahora, está negociando un Gobierno de coalición con el líder del PSOE, Pedro Sánchez. El mismo al que reclamaba que presentara esa censura y él se comprometía a apoyarla.
Desde aquella jornada, no hay día en que el secretario general de Podemos no presuma de "haberle hecho el trabajo" sumando aliados a la iniciativa. Pero tras su viraje centrista, hasta la misma noche del cierre de la campaña electoral del 10-N, Iglesias bramaba contra Sánchez, acusándolo de querer asociarse tras la cita en las urnas... con el Partido Popular.
No es sólo que el PSOE sea un partido ideológicamente más cercano a Podemos que el PP, cosa evidente. Ni siquiera que haya una diferencia entre el caso de la trama montada alrededor de Luis Bárcenas, tesorero corrupto de quien ya era presidente del PP, Mariano Rajoy, lo que justificaba señalar al entonces jefe del Ejecutivo como culpable políticamente y reo de moción de censura. Es que la realidad y la hemeroteca son tozudas. El propio Iglesias ha cambiado su visión del mismo 'caso ERE', ahora que puede sentarse en el Consejo de Ministros.
Un mes antes de la sentencia de la Gürtel, cuando ni podía imaginar que se abriría la oportunidad de echar a Rajoy, de asociarse con Sánchez... y de un día sentarse a su derecha en Moncloa, al líder de Podemos no le dolía citar a Horacio para glosar la lenta pero segura Justicia, que "siempre alcanza al criminal". Porque para él los ERE no eran algo que dejar a un lado por la "oportunidad de defender la justicia social y garantizar la limpieza de las instituciones" con él de vicepresidente, sino "el caso que avergüenza a toda Andalucía".