Una de las primeras labores que tendrá que afrontar el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias será la petición de Estados Unidos de aumentar su presencia en la base militar de Rota (Cádiz). Washington quiere aumentar su presencia, logística y armamento estratégico en suelo español. "Somos uno de los muros principales para la defensa conjunta de los socios de la OTAN", recuerdan los expertos, "¿cómo va a afrontar el consejo de ministros la renovación de nuestra relación con el país de Donald Trump?"
El director de la oficina del ECFR en España, un think tank especializado en relaciones Internacionales es Nacho Torreblanca. Y cree que "sin duda, habrá tensiones internas en ese Ejecutivo", si es que llega a sustanciarse, claro. Aunque eso ya lo dice en un tono cercano a la broma.
Beatriz Becerra, exvicepresidenta de la subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, vaticina que los morados "dejarán sentir sus posiciones extremas" en la renovación del tratado con Washington por Rota. Lo contrario sería contradecir sus posiciones tradicionales. "Y en todo lo que se refiere a comercio de armas, rechazo a la OTAN y al impulso del ejército europeo".
Las posiciones de Podemos en política exterior, recuerda, están cada vez más desdibujadas. Pero "ideológicamente son claras, y radicales", explica Nicolás de Pedro, director de investigaciones del Institute for Statecraft en Londres. "Que los dos partidos de Gobierno tengan visiones tan opuestas, es muy malo para España", aclara, "Sánchez arriesga su posición ganada, más ahora que en Europa nos están pidiendo tener un papel más activo".
Las plazas clave
Para Podemos, Arabia Saudí es culpable de "la masacre humanitaria" en Yemen. Marruecos, "responsable de la represión en el Sáhara Occidental". Israel, un Estado al que "boicotear" y cuyas respuestas a los atentados terroristas de Hamás o la Yihad Islámica "son criminales, desproporcionadas" y hasta "asesinas". En Venezuela "hay un Gobierno legítimo" acosado por unos líderes políticos opositores calificados de "terroristas, golpistas y representantes del imperialismo global"... al que ya no ponen el adjetivo "yanqui" quizá porque suena a demasiado viejuno.
Sin embargo, uno de los ministrables, Alberto Garzón, coordinador federal de Izquierda Unida, acaba de asegurar públicamente que "la Justicia española está politizada", a propósito de la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE sobre la prisión provisional de Oriol Junqueras, y que "Evo Morales ha sido depuesto ilegalmente en Bolivia por un golpe de Estado orquestado por la oligarquía".
De hecho, el Gobierno interino de Bolivia ha acusado al español de intentar llevar a cabo una operación encubierta en la legación diplomática mexicana en La Paz Según "porque están muertos de miedo" si los ministros de Morales allí refugiados "cuentan lo que saben del dinero robado a los bolivianos" para favorecer a Podemos. Para Torreblanca es evidente que "la primera crisis del Gobierno, en realidad, ha empezado antes de que haya Gobierno".
Porque el país con mayores oportunidades de inversión en el Golfo Pérsico, producto de su apertura gradual a una nueva economía y políticas más liberales, Arabia Saudí, es "promotor del terrorismo internacional" para el vicepresidente social del futuro Gobierno que deberá negociar nuevos contratos tan milmillonarios y exitosos como el del AVE de Medina a La Meca o la implantación de las punteras empresas españolas de la industria turística en un enorme país lleno de enclaves de interés cultural e incluso playero.
La Venezuela chavista
Es más, según la formación morada, la región que está sufriendo lo que la ONU ha definido como "el mayor éxodo poblacional de la historia conocida" debe interpretar que los 4,5 millones de refugiados venezolanos no han escapado del hambre y la persecución política por pensar distinto que Nicolás Maduro. Sino que España debería apoyar al régimen chavista política y económicamente por "respeto a la democracia".
Aunque ni la Organización de Estado Americanos (OEA) ni el propio Parlamento Europeo reconozcan a Maduro, y sí a Juan Guaidó como presidente legítimo; y tampoco a la Asamblea Nacional Constituyente -por ilegítimamente constuida- o el Tribunal Supremo -por la elección espuria de sus integrantes- que han avalado recientemente el levantamiento de la inmunidad parlamentaria de nuevos líderes opositores. Sergio Contreras, coordinador en España del partido de Guaidó, Voluntad Popular, teme que el Ejecutivo de coalición "desconozca la misión diplomática en España del Gobierno interino", desamparando a sus compatriotas desplazados.
"España dejó de liderar esa salida democrática para Venezuela hace más de un año, cuando Sánchez y Borrell incrustaron en el proceso ese artefacto llamado Grupo de Contacto, que [la Alta Representante] Mogherini finalmente asumió para escurrir el bulto y al que siguen apelando para no se sabe bien qué", explica Beatriz Becerra, que dedicó buena parte de sus cinco años en la Eurocámara a la causa democrática venezolana. Según ella, Iglesias "y lo que queda de Podemos" decidieron hace tiempo "ponerse de perfil" sobre el país caribeño, "y no creo que vayan a cambiar de postura".
Pero la oposición venezolana sí está preocupada. "Por más de una década sus lazos económicos y políticos son incuestionables y esa sociedad será defendida a toda costa", afirma Contreras. Torturado en las prisiones de Maduro como preso político, cree que "la situación es tan en extremo complicada que tendremos que esperar que el PSOE modere a Podemos". En su opinión, Iglesias querría "virar completamente la política exterior en apoyo de Evo Morales y estableciendo lazos con gobiernos como el de Argentina", de corte peronista y recién estrenado.
Autodeterminación del Sáhara Occidental
Al otro lado del Estrecho, Marruecos, con cuya monarquía España mantiene las relaciones más tensas e importantes en lo estratégico -por aspectos de inmigración, terrorismo internacional, acuerdos de pesca, etc...-, merece para Podemos el activismo tratamiento de "teocracia represora".
En su programa electoral del 10-N, Iglesias afirmaba que su llegada al Gobierno supondría el establecimiento de "relaciones diplomáticas de alto nivel” con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD)" y "apoyará con acciones concretas el derecho a la libre determinación del pueblo saharaui".
Es cierto que Sánchez ya se saltó la tradición de todos los presidentes del Gobierno que en España han sido en democracia, dedicando su primer viaje exterior al ser elegido a París y no a Rabat. Pero esa decisión, que sí soliviantó al rey Mohamed VI, podía entenderse como un gesto europeísta, que es como se explicó a Rabat. ¿Las misiones de ONG al Sáhara pasarán de ser oficiales cuando las integre un diputado de un partido en el Gobierno?
"En este aspecto, Iglesias no tendrá ni una palabra que decir", explica De Pedro, "Marruecos es demasiado sensible y nadie puede creer que una república saharaui sea una buena noticia en estos momentos, tal como está el Sahel".
Boicot a Israel
Y, viajando un poco más al este, ¿asumirá como una disfunción menor el PSOE que sus socios en Moncloa promocionen el boicot a cualquier producto proveniente de Israel? No sólo es la única democracia en la región, sino el socio más fiable de Occidente en Oriente Próximo. ¿Qué pasará cuando uno de esos "productos" sean tecnología de seguridad ante ciberataques, colaboración militar, contraespionaje clave para defender el territorio español y a sus ciudadanos frente al terrorismo yihadista?
Lo cierto es que Rodica Radian, nueva embajadora israelí en Madrid, es consciente de que su misión se verá influida por la circunstancia de que ésta será la primera vez en democracia que el Gobierno español lo integre un partido abiertamente antiisraelí. Nunca ha ocurrido desde que en 1986 se establecieron relaciones diplomáticas entre ambos países. El conflicto Israel-Palestina será "la única plaza en la que puede decidir actuar Podemos", opina la ex eurodiputada Becerra, "por la implicación de muchos de sus miembros en las campañas antisemitas de BDS [Boicot, Desinversiones, Sanciones]".
Podemos es beligerante con Riad, socio principal de la OTAN en el Golfo Pérsico; agresivo con nuestro vecino del sur, Rabat, que hoy amenaza la soberanía del suelo marino junto a las Canarias; o ideológicamente alineado con los regímenes represivos de extrema izquierda en Latinoamérica, como Nicaragua, Cuba o Venezuela.
Las legaciones diplomáticas de Israel, Arabia Saudí y la que Antonio Ecarri representa en nombre de Guaidó, ya estudian las implicaciones de esta nueva influencia en Moncloa. Torreblanca lo explica con meridiana claridad: "Por mucho que digan que serán dos compartimentos estancos los ministerios dependientes de Podemos y del PSOE, el Gobierno es un órgano colegiado, las decisiones se toman por acuerdo".
Y eso, según este Torreblanca, significará "tensiones internas de funcionamiento más que externas". Pero éstas se manifestarán cada vez que haya que llevar el asunto al Congreso, donde las deliberaciones son ante las cámaras, y no secretas como en el Consejo de Ministros. Por ejemplo, si EEUU pide hueco para dos destructores y 600 marinos más en Rota.
Y por eso, De Pedro añade un matiz, pensando en la seguridad antiterrorista compartida con Washington, Jerusalén y Riad, o el apoyo de Podemos a la autodeterminación de Cataluña: "Aquí le pondremos el apellido 'social', pero de cara al exterior Iglesias no dejará de ser el vicepresidente del Gobierno de España". Y en el escenario de la UE, concluye, "adonde los independentistas están llevando su batalla, será necesario que el Ejecutivo no tenga dos voces... y menos tan contrapuestas".