El nuevo Ejecutivo que va a presidir el socialista Pedro Sánchez, además de ser el primero en la historia reciente de España que será de coalición, ostentará otro hito: cuatro vicepresidencias, algo insólito hasta el momento, y un despliegue de hasta una veintena de ministerios. Así, se conformará un Gobierno grande, ambicioso, pero también muy compartimentado.
Sin embargo, entre líneas emerge otra preocupación en la arena política: el gasto público que conlleva la proliferación de carteras ministeriales y, especialmente, las vicepresidencias. Fuentes parlamentarias calculan, en conversación con EL ESPAÑOL, que el desembolso que habrá que hacer desde las arcas del Estado para sustentar la administración prevista por el gobierno de PSOE y Unidas Podemos, tan sólo en lo que respecta a los sueldos de las áreas que encabezarán Carmen Calvo, Nadia Calviño, Teresa Ribera y Pablo Iglesias superará los dos millones de euros.
Lo cierto es que, desde la Transición, tan sólo dos presidentes contaron con tres números dos. Lo hizo Adolfo Suárez en la legislatura constituyente, que delegó en Manuel Gutiérrez Mellado, Enrique Fuentes Quintana y Fernando Abril Martorell; y, también, José Luis Rodríguez Zapatero durante su segundo mandato. En el caso del socialista, se apoyó en María Teresa Fernández de la Vega (que después sería sustituida por Alfredo Pérez Rubalcaba), Elena Salgado y Manuel Chaves.
Sólo gastos de personal
La cuenta que mantendrá la infraestructura ideada por Pedro Sánchez, en principio y sin tener en cuenta la aportación a la Seguridad Social (que añadiría un coste de entorno al 30% más), asciende a 1.912.000 euros. Según la tradición gubernamental y teniendo en cuenta los sueldos públicos, un vicepresidente del Gobierno percibe un emolumento de 78.000 euros anuales.
A eso, además, hay que sumarle el sueldo de su jefe de Gabinete (75.000 euros aproximadamente, detallan las fuentes consultadas por este periódico) y el del equipo del vicepresidente, normalmente conformado por cinco asesores, a razón de 65.000 euros por cada trabajador. En total, una vicepresidencia, tan sólo en cuanto a retribuciones de personal, cuesta a las arcas públicas cerca del medio millón de euros (478.000 euros).
“Además —aducen históricos miembros del Congreso y antiguos trabajadores de ministerios— hay que añadir los gastos de funcionamiento, las dietas, los gastos de protocolo, de seguridad, de desplazamiento…”. “Hay que considerar los gastos aparejados al parque móvil, también, y las posibles inversiones de despachos y edificios”.
"No hay suficientes sillones azules"
El runrún que recorre la Cámara Baja entre los trabajadores de la casa, nada más conocerse la noticia, es que “no va a haber suficientes bancos azules”, en referencia al color de los escaños ocupados por los miembros del Gobierno en el Hemiciclo. “No van a caber”, sonríen.
La oposición también se ha sorprendido nada más conocer el anuncio de Moncloa. El portavoz orgánico del PP y vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, comenta, en declaraciones a este diario, que su formación “va a fiscalizar a cuánto llega el montante”.
Para los populares, las cuatro vicepresidencias del nuevo Gobierno son el “ejemplo de despilfarro que va a representar el Ejecutivo de Sánchez e Iglesias”, precisamente porque lleva aparejado el desembarco de “más asesores y altos cargos”. “¿Qué se estaría diciendo hoy si Casado tuviera que conformar gobierno y hubiera anunciado cuatro vicepresidencias con todo lo que eso conlleva?”.