El nuevo Gobierno ha sido anunciado día por día, en un goteo interminable. Hasta 18 ministros y cuatro vicepresidencias que, eso sí, diluyen la importancia de esa coalición que se anunció como histórica, al ser la primera del actual periodo democrático. Pedro J. Ramírez ha participado en el programa Liarla Pardo de La Sexta este domingo, invitado para dar su análisis de la formación del nuevo Ejecutivo y ha dejado claro que este periódico medirá al gabinete bajo dos criterios: "La unidad de España y la evolución del empleo".
El presidente ejecutivo de EL ESPAÑOL dice estar "muy de acuerdo en lo que ha dicho esta mañana Pedro Sánchez, que 'lo más progresista es unir a España', porque es verdad que ha sido la unión la que nos ha dado la fuerza y", ha añadido, "nos ha convertido en estas cuatro décadas en uno de los países más prósperos y en uno de los mejores lugares para vivir".
Pero la génesis de este Ejecutivo es lo que pone en solfa su capacidad en este campo: "Yo tengo muchas dudas de que este Gobierno vaya a ser progresista en este sentido porque depende de un partido tan reaccionario como ERC, que es supremacista, que quiere romper la solidaridad de los catalanes con los extremeños, andaluces o castellano-manchegos".
Por eso mismo, Ramírez también tiene dudas de que a la coalición se le pueda aplicar el calificativo "progresista", que siempre la acompaña cuando es Sánchez quien habla, "en el sentido de que genere progreso económico, sobre todo porque me preocupa mucho la política laboral que vaya a hacer".
Antecedentes del PSOE
Ésos son, pues, los dos desafíos más graves que afronta el líder del PSOE en su estancia en la Moncloa. Y por eso serán los "dos raseros" por los que EL ESPAÑOL "va a medir a este Gobierno: uno por el de la unidad de España y dos, por el de la evaluación del número de parados". Insiste Pedro J. en que "hay que recordar que los anteriores gobiernos socialistas, el de González y el de Zapatero fracasaron precisamente porque se les disparó el paro, porque sus políticas económicas no crearon empleo, sino desempleo".
Para el director de este diario, "ésta es una coalición de gobiernos más que un gobierno de coalición porque a Podemos le han colocado una especie de sidecar en esa moto de los hermanos Marx, como una aleda gala rodeada por los ministros del PSOE". Pedro J. "casi diría que lo que le han dejado, más que un apartamento es una solución habitacional. Pero", y ahí está la clave, "dentro de ella está el Ministerio de Trabajo y ése es el talón de aquiles del nuevo Gobierno".
Lo cierto es que el Gobierno es tan extenso porque Sánchez ha encerrado a Iglesias "esa solución habitacional con cuatro ministerios a sus órdenes y él, entre tanto, ha formado su propio gobierno con tres vicepresidentes y 17 ministros". Y es que el resto del Ejecutivo es "bastante parecido al que tenía y bastante competente en términos técnicos".
Según Ramírez, "Campo va a ser mucho mejor ministro de Justicia que Deglado porque tiene más prestigio y auctóritas en el mundo judicial. Illa va a ser mejor ministro que Carcedo, es un hombre moderado, con experiencia de gestión y un buen interlocutor para el sector sanitario. Y creo que Uribes no conoce bien el mundo de la cultura, pero es un especialista en filosofía del derecho y puede llenar mejor el cargo".
El riesgo está en Trabajo
El director de EL ESPAÑOL cree, además, que "el Gobierno gana en rigor con Escrivá en Seguridad Social". Y aunque "puede desprestigiar al feminismo razonable el que hagan cosas muy exageradas desde Igualdad o que Garzón quiera introducir los criterios cubanos en el ministerio de Consumo", opina Ramírez que "el riesgo esta en Trabajo, porque si se aplican los criterios en relación al salario mínimo o al incremento de los costes de contratación y despido, el empleo va a ir hacia abajo y ahí es donde naufragaron González y Zapatero".
Pedro J. recuerda que "los españoles tienen la percepción de que cuando gobiernan los socialistas el empleo cae y que cuando gobierna el PP se crea empleo. Ahí es donde veo que Sánchez deberá tener muy a raya a esta ministra de Trabajo, caracterizada por querer perjudicar a los empresarios", en referencia a Yolanda Díaz.
No sólo percibe este riesgo Ramírez, sino que "hay otros peligros", como que "se rompe el modelo político de la Transición por la mera presencia de ministros de extrema izquierda, y por la dependencia de los separatistas".
El desafío territorial
Y así, el director de este periódico ha usado la intervención de Montserrat Bassa en el debate de investidura -cuando dijo "me importa un comino la gobernabilidad de España"- para ejemplificar el tipo de desplantes que deberá soportar el presidente.
Cree Ramírez que "durante el debate vivimos situaciones muy difíciles de soportar desde el punto de vista de la ética democrática". Pero que "más grave aún que lo de esta señora fue el alarde de prepotencia de los legatarios de los asesinos de ETA y que en el hemiciclo hubiera víctimas, como Teresa Jimenez Becerril, que tuvieran que soportarlo y vieran a un Sánchez impávido ante algunas de las cosas terribles que se dijeron".
Aunque, en todo caso, "ese trance ya no los vamos a tener que volver a pasar". Lo que se ha constituido, cree el director de EL ESPAÑOL, "es un Gobierno legítimo y esto es muy importante subrayarlo". Opina Ramírez que "nos conviene respetar las reglas del juego democrático, ahora más que nunca", porque, "como bien dijo Inés Arrimadas, son importantes las actitudes y las posiciones políticas".
El director de EL ESPAÑOL recuerda los fracasos de Zapatero y González con el paro: "Quedó la sensación de que el PSOE destruye empleo y el PP lo crea".
Cree Pedro J. que, en estas circunstancias, "para Pablo Casado hay una gran oportunidad de ejercer la oposición parlamentaria desmarcándose del populismo antisistema de Vox, de ese planteamiento voncinglero antes de que haya ocurrido nada". La clave para ello es "mantener un control muy riguroso de la acción del Gobierno, cuestionando asunto por asunto sus medidas" pero, eso sí, "estando dispuesto también a grandes acuerdos de Estado siempre y cuando Sánchez esté dispuesto a recuperar el consenso en el núcleo duro de la Constitución".
Reproches a la oposición
Y es que no habrá "grandes concesiones" de Sánchez a ERC. "Creo que el presidente ha hecho un gran elogio del diálogo", aunque éste "puede resultar ofensivo según cuál sea el temario de la conversación, pero no produce ningún resultado irreparable si no hay cesiones en aspectos sustantivos como la soberanía nacional". El director de este diario piensa, en ese sentido, que "Sánchez no debería reunirse con Torra, cuando ha quedado inhabilitado por la Junta Electoral y ésta ha sido avalada por el TS".
Pero recuerda Pedro J. Ramírez que el presidente Sánchez "engañó a mucha gente cuando dijo que iba a volver a convertir en delito la convocatoria ilegal de referendos o cuando dijo que iba a traer a España a Puigdemont", motivo por el que opina que "ahora va a intentar engañar también a los separatistas".
En todo caso, "Sánchez no es un separatista, ni un extremista", opina Ramírez, "es más pragmático que dogmático". Según el director de este diario, "García Egea ha hablado en términos muy equivocados, de una oposición unida entre Vox, PP y Cs", porque "quienes propugnan que la oposición se comporte como una especie de frente nacional, en realidad están anhelando que el Gobierno actúe como un gobierno del frente popular".
El presidente, según Pedro J., "se parece más a Hollande, un socialista francés, o incluso a Macron, que a Largo Caballero o a Negrín. La lástima es que Albert Rivera no se diera cuenta y perdiera la mayor oportunidad que vieron los siglos de configurar un gobierno de centro-izquierda del que todos pudiéramos sentirnos orgullosos".
El Rey y "las putadas"
Mucho se ha comentado la frase que le espetó Felipe VI a Sánchez tras la promesa de su cargo de presidente: "El dolor viene después". Y Ramírez ha sido consultado sobre si era una broma conveniente o un sarcasmo con segundas: "Con la cantidad de putadas que le ha hecho Pedro Sánchez en las últimas semanas a Felipe VI, si el pobre no pudiera dar rienda suelta a un atisbo de ironía es que, a pesar de que es un hombre extraordinariamente sereno y frío, no sería un ser humano", ha disculpado el director de este periódico.
"Yo creo que hemos asistido al espectáculo de un Rey arrinconado", ha explicado. "Primero, se dieron el gran abrazo cuando le mandaron a Cuba en un viaje con un sentido muy discutible", es decir, que "aprovechando su ausencia generaron una situación de hechos consumados". Luego, ha continuado Pedro J., "que Sánchez haya dicho que le ha comunicado al Rey la composición del Gobierno cuando ha ido dosificándolo en píldoras mediáticas, soslayando el papel institucional del Jefe del Estado... lo menos que podía decir Felipe VI es 'oye, que lo duro va a ser gobernar con el planteamiento que has elegido'".
Porque en la interpretación el presidente de este diario, "si se estuviera formando el gobierno de gran coalición o, por lo menos, de gran acuerdo parlamentario, que yo he propugnado -y que siempre que haya el menor atisbo de que haya una reconducción, seguiré propugnando-, pues estaríamos ante una situación de estabilidad en el corto plazo".
La cuadratura del círculo
Y es que las claves del empleo y del desafío territorial son las que van a marcar el modelo de gobernabilidad por el que ha optado el presidente, una auténtica cuadratura del círculo. Porque, tal como lo ve Ramírez "tenemos que crecer, reducir el déficit, cumplir con los requisitos de Europa, reformar el sistema de pensiones..." Pero para todo eso, "hay que crear empleo, y eso sólo pasa si la legislación genera un marco de competitividad que impida que las multinacionales del automóvil trasladen sus plantas de producción a otros países".
¿Por qué España es uno de los grandes productores de automóviles del mundo?, se ha preguntado. "No porque el sol y el clima contribuyan al ensamblaje, sino porque hasta hora hemos sido un país con muy buenas infraestructuras y una legislación laboral competitiva".
Y ahí ha vuelto a advertir sobre la ejecutoria de Yolanda Díaz al frente de Trabajo: "Si esta señora se lo carga, si Sánchez le permite hacer política antiempresarial a Pablo Iglesias en ese ámbito tan sensible, pues todo el castillo de naipes de desmoronará". Sostiene Ramírez que "de nada servirá que Teresa Ribera sea razonable en la transición energética, que Nadia Calviño vigile los Presupuestos, que María Jesús Montero haga una política por la que suban un par de puntos el IRPF que de nada servirá en la recaudación", si no se crea empleo. Según Pedro J., "no será nada irreversible, donde puede de verdad hacerse daño a la fábrica social española es en la política laboral. Ahí es donde hay que poner el foco".
El alza de Vox
Hay quien argumenta que un Sánchez tan escorado, con sus socios de izquierda radical, y apoyado en los separatistas es lo que hace crecer la opción de los electores por Vox. Ramírez, en todo caso, le quita hierro y llama la atención sobre que "de los tres nuevos partidos que surgieron después del bipartidismo, es el que en su momento álgido ha subido menos". Podemos tuvo 71 escaños la primera vez que se presentó, Ciudadanos llegó a 57, y Vox ha alcanzado 52. Incluso "con todo el numerito del traslado de los restos de Franco, con las calles de Barcelona en llamas..."
Pedro J. cree que "claramente, Vox se está convirtiendo en un partido antisistema, y veremos cómo va a intentar buscar votos en el propio caladero de Podemos, igual que han hecho la ultraderecha francesa y la italiana, en la medida en que Podemos se convierta en un partido de gobierno".
Y, finalmente, dos apuntes. Uno para la esperanza de aquéllos que esperan un Pablo Iglesias que haga como González en su momento, dejando la chaqueta de pana a cambio de la cazadora de piel vuelta. "Iglesias es uno de los personajes más inteligentes... si su dogmatismo y sus obsesiones en relación con la memoria histórica, con el rencor, con los ajustes de cuentas no le nublan la inteligencia", ha remarcado Ramírez. "A lo mejor, Pablo Iglesias nos da una gran sorpresa".
Y el segundo, para el presidente del PP: "La oportunidad de oro será para el que probablemente va a ser el líder de la oposición mejor preparado de la historia de la democracia", ha dicho, "que es Pablo Casado".