Era mediodía y Pablo Echenique salía de la reunión de la Junta de Portavoces del Congreso de los Diputados y se dirigía a la sala de prensa. Tenía que urdir un argumento que tapara las malas cifras de desempleo, un jarro de agua fría después de la venta con fanfarrias del acuerdo con los agentes sociales para la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). "El problema es la precariedad", dijo tratando de cambiar el foco de la noticia, "es urgente derogar la reforma laboral del PP".
Pero lo cierto es que éste ha sido el peor mes de enero para el empleo desde 2013, cuando el mercado laboral estaba en lo más hondo del pozo de la crisis. Claro, que ahora la ministra de Trabajo es Yolanda Díaz, de Unidas Podemos. Y aunque ella es poco o nada responsable del desaguisado con tres semanas escasas en la casa, el corporativismo del socio de coalición obligaba.
Como el propio portavoz morado en la Cámara Baja admitía, "todo depende de cómo se mire". Y aunque los datos desde la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno, en junio de 2018, son malísimos para los caladeros en los que los morados quieren pescar -jóvenes, mujeres y "la España vaciada"-, Echenique tenía que mirar las cifras con el color del cristal de Moncloa. Porque el protocolo entre PSOE y Podemos obliga a coordinar mensajes.
Desde la moción de censura hasta el cierre de enero de 2020, hay 20.063 mujeres más en paro; entre la población menor de 25 años se contabilizan 14.064 más desempleados; e incluso en el campo hay 29.837 personas menos cotizando.
"Desaceleración evidente"
Podemos convenir, como decía Echenique, que en la cuenta de estos 19 meses hay algo de trampa, que se están comparando meses muy distintos, como junio y enero. Inicio de la campaña de verano, uno, y fin de la de Navidad, el otro. De modo que lo justo sería comparar esta serie con la misma de año más atrás, entre junio de 2017 y enero de 2019:
En ese intervalo de, otra vez, 19 meses a caballo entre el Gobierno del PP -los primeros 12- y el del PSOE -los últimos siete-, el paro femenino cayó en 13.764 personas; en el campo había 18.433 trabajadores más adscritos a la Seguridad Social; y aunque el paro juvenil sí creció, lo hizo en 6.579 desempleados, es decir 7.500 menos que en este último periodo.
"Es evidente que hay una desaceleración", admitía el portavoz parlamentario de Pablo Iglesias, "pero España sigue creando empleo en cifras netas". La realidad es que desde la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa, en junio de 2018, España tiene 91.691 parados más.
Y que si comparamos el dato de este enero con el de 2019, para ceñirnos a la práctica habitual, los socialistas han reducido las listas de desempleo en sólo 31.908 trabajadores, cuando en los periodos anteriores las bajadas eran de 200.000 (de 2018 a 2019); de 300.000 (de 2017 a 2018) y de 400.000 (de 2016 a 2017).
Otros datos negros
Unidas Podemos asegura que su máxima prioridad es "cambiar las condiciones materiales de vida de la gente" y que eso pasa por "acabar con la precariedad en el empleo". Sin embargo, en el último año, según los datos publicados este martes por el Ministerio, los trabajadores contratados a través de una ETT son 18.093 más (+2,5%), hasta un total de 742.021. La cifra es más sangrante, de nuevo, entre las mujeres, con un alza del 2,9%.
Además, de los contratos de trabajo registrados en el último año, hasta 22,5 millones (+1%), sólo 2,16 millones han sido indefinidos, lo que supone una caída del empleo fijo de 125.500 contratos (-5,5%) respecto a 2018. Es decir, que si en el primer año completo de Sánchez en Moncloa ha crecido la contratación ha sido porque se han firmado 346.000 contratos temporales más que un año antes.
Todo esto ha supuesto, claro, un repunte de la conflictividad laboral de un 28% con hasta 725 huelgas registradas en 2019, que son 160 más que el año anterior y un 40% más de jornadas no trabajadas.