Académicos, corresponsales o entidades culturales. La Generalitat de Cataluña ha logrado en los últimos años crear una red en el exterior al servicio de la causa separatista que ha influido en la opinión pública internacional en los momentos más críticos del procés. Y lo ha conseguido siguiendo una máxima catalana: "Qui paga, mana" (quien paga, manda). Sólo que aquí el dinero lo ponía el contribuyente, porque procedía siempre de las arcas públicas.
La red ha producido durante años una lluvia fina de propaganda separatista, acompañada de viajes, conferencias, ágapes, encargo de informes, subvenciones o donaciones de los sucesivos Gobiernos de la Generalitat.
De 2011 a 2017, todo este entramado tuvo un coste de al menos 417 millones de euros, según el informe 1.319 del Tribunal de Cuentas.
El libro La Telaraña, la trama exterior del procés (Ariel), de Juan Pablo Cardenal, desentraña este entramado del que se han beneficiado directa o indirectamente un sinfín de entidades y personas, y en la que la reputación de España ha sido la principal perjudicada.
Conferencias del Diplocat
El Diplocat, el órgano de diplomacia exterior de la Generalitat, organizó 751 actividades durante los años del procés. La mayoría de estos debates, seminarios y conferencias estuvieron orientados a la cuestión de la independencia catalana.
Además, facilitaron la publicación de 81 artículos de opinión y más de 90 entrevistas de los líderes independentistas, desde Artur Mas a Carles Puigdemont, en las principales cabeceras del mundo.
Uno de los publirreportajes más paradigmáticos en los medios internacionales fue el emitido por la BBC tras la Diada de 2011, en el que Oriol Pujol, que entró en prisión por el caso de corrupción de las ITV, era quien explicaba a la audiencia el “conflicto”. Como voz discrepante solo aparecía un general retirado desconocido en el ámbito del constitucionalismo catalán.
De 2011 a 2017, el Diplocat se gastó 15,8 millones para promover la independencia entre las audiencias extranjeras, según datos del Tribunal de Cuentas.
300 más que en Escocia
En septiembre de 2012 la Generalitat creó el Progama internacional de comunicación y relaciones públicas Eugeni Xammar, cuyo propósito -relata Cardenal en su libro- era atender a la prensa extranjera: “En octubre de 2012, cuatro periodistas económicos de Chile, Reino Unido y Alemania visitaron Barcelona y se entrevistaron con Andreu Mas-Colell y otros académicos”.
Poco después de esta visita pagada a Barcelona, el Frankfurter Allgemeine publicó cuatro páginas informando de Cataluña con un prisma totalmente sesgado, abunda el autor.
Un dato revelador de cómo resultó ser un buen negocio cosechar relaciones con la prensa es que en la primera consulta del 9 de noviembre de 2014 se acreditaron 850 periodistas para cubrirlo, trescientos más que en Escocia.
La cercanía de figuras del periodismo con el Govern se visualizó en imágenes como la de Concita de Gregorio. Según el libro, la afamada periodista de La Repubblica iba a bordo del coche oficial de Puigdemont durante el referéndum del 1-O, cuando se produjo el episodio del túnel en el que cambió de vehículo para esquivar el control policial.
De Gregorio fue también la encargada de hacer una extensa entrevista a Mas en el rotativo italiano, además de publicar diversos artículos que muestran su entrega a la causa separatista, como el que publicó en febrero de 2018 titulado Por qué el ejemplo catalán nos molesta.
Otro de los corresponsales entregados es Raphael Minder, del New York Times. Además de haber sido invitado a TV3 para la Diada de 2018 y participar en un debate en Westminster organizado por un grupo controlado por la delegación catalana en el Reino Unido, publicó el libro La lucha por Cataluña.
Durante los episodios violentos de Barcelona tras la sentencia del Supremo hizo un tuit ensalzando las figuras de los jóvenes que estaban en la "primera línea" de los "enfrentamientos violentos".
Por contra, a los periodistas extranjeros críticos con el procés se les sometió a la presión de las plataformas de la Generalitat. Hasta tal punto de que Reporteros Sin Fronteras publicó un informe en octubre de 2017 en el que se recogían todas las malas prácticas de Josep María Piqué, jefe de prensa de Mas y, posteriormente, Puigdemont.
Romeva: acción exterior
De 2012 a 2016, Mas, Puigdemont, Francesc Homs y Raül Romeva realizaron 98 viajes al extranjero, de los que al menos 31 estaban relacionados con el procés, según investigó el Tribunal de Cuentas.
El tribunal también detectó 14 viajes con finalidad parecida de otros consejeros, por un coste de 479.633 euros. Y no se recogen los que realizaron de 2016 a 2017, año en el que el procés tocó su punto más álgido.
Además de Romeva, exconsejero de Acción Exterior, la unidad que llevaba el día a día de la acción exterior del Govern era la Secretaría de Acción Exterior y de la Unión Europea (SAEUE).
La SAEUE coordinó al resto de delegaciones de la Generalitat en el exterior y, lo que demuestran los hechos, es que en la inauguración de la primera sede ya se vulneró la legalidad española. La delegación de Berlín prescindió de la bandera española desde su primer acto público.
Nepotismo e ideología
Si se revisan los perfiles de la mayoría de delegados de estas embajadas catalanas se observa su afinidad con el procés.
La hermana de Guardiola, Francesca Guardiola (exdelegada en los países nórdicos), el hermano de Josep Lluís Carod-Rovira, Apel·les Carod-Rovira, exdelegado en París, o la voluntaria de la ANC, Marie Krepetz, que fue consejera comarcal de ERC antes de racalar en la delegación de Berlín.
Hay más: Luca Bellizzi, nombrado delegado en Italia, es militante de Convergència desde 2006 y consejero nacional desde 2012. La hija del condenado por sedición Joaquim Forn también fichó por la delegación de Londres en 2019, después de haber dado una conferencia en la misma sede.
Al hermano de Carod-Rovira en París le sustituyó Martí Anglada, un conocido periodista de TV3, hasta que la intervención de la autonomía supuso su cese al frente.
Independent Diplomat
Tan solo catorce días después de que Artur Mas re reuniera con el entonces jefe de Gobierno Mariano Rajoy para pedirle un pacto fiscal, el Diplocat contrató los servicios de Independent Diplomat, una empresa de lobby internacional que, a cambio de 1.485.142 millones de euros, confeccionó un plan para la diplomacia catalana para situar su proyecto rupturista en la agenda política internacional.
La celeridad en la contratación arroja dudas sobre la afirmación de Mas de que se vio forzado a iniciar el proceso independentista por la negativa del presidente de Gobierno de alcanzar un acuerdo en materia fiscal.
El lobby contratado contribuyó a expandir el proyecto del Govern no solo en medios sino entre figuras de renombre. Es así como voces como la de Julian Assange se entregaron acríticamente a la causa.
En la decisión de Independent Diplomat de aceptar a la Generalitat como cliente tuvo un rol relevante Francesc Vendrell, un veterano diplomático vinculado a la ONU, y Danilo Türk, expresidente de Eslovenia.
Según refleja el libro, en 2014 el Govern y Diplocat abonaron un total de 722.790 euros a este lobby, cifra que representaba el 21% del total de sus ingresos.
Independent Diplomat elaboró 20 memorandos con argumentos afines al independentismo y facilitó listados de periodistas y diputados de Westminster.
Diputado pro Trump
Una de las relaciones más controvertidas de Romeva como consejero de Exteriores fue la que mantuvo con el congresista estadounidense Dana Rorhabracher, vinculado al Tea Party, negacionista del cambio climático y del sector republicano más afín a Donald Trump.
Este excéntrico diputado y admirador declarado de Vladimir Putin, llevó el asunto catalán al Congreso de Estados Unidos. Además, Rorhabracher visitó Barcelona para reunirse con Puigdemont, todo ello sufragado por el Govern.
Cuando Rorhabracher perdió su escaño le sustituyó Mario Díaz-Balart, sobrino del hijo de Fidel Castro y anticastrista acérrimo, que en 2019 no dudó en recibir a Quim Torra en el Capitolio y que mostró sus discrepancias con el Ejecutivo de Rajoy por su política en relación a Cuba.
Según consta en el archivo de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (FARA) de Estados Unidos, tres miembros de la delegación catalana hicieron 150 visitas al Congreso de 2015 a 2017, en las que mantuvieron 15 reuniones con once congresistas.
Asimismo, el registro estadounidense refleja que la delegación catalana en Washington recibió 3.022.025 millones de dólares entre 2014 y 2017.
El castrista De Zayas
El libro de Juan Pablo Cardenal también revela que a finales de 2016 el Gobierno de Puigdemont hizo una contribución voluntaria de 100.000 euros a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidos para los Derechos Humanos, de los cuales 52.973 se destinaron precisamente a los procedimientos especiales.
Que esta partida iba destinada al procés se observa porque salió del Departamento de Acción Exterior, dependiente de Romeva, y no la de Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo.
Precisamente, uno de los miembros de este Comisionado es Alfredo De Zayas, uno de los defensores más furibundos de la causa nacionalista catalana. De Zayas ha publicado diversos informes apoyando las tesis del Govern.
APPG on Catalonia
El nacionalismo catalán, con la ayuda de Independent Diplomat, logró también conquistar el All-Party Parliamentary Group (AGGP) del Parlamento de Westminster. Se trata de un órgano dominado por nacionalistas escoceses y galeses que decidieron dar su apoyo al Govern de la Generalitat.
George Keravan, miembro del Partido Nacional Escocés, es uno de los 21 diputados que forman parte de este grupo. Keravan llama “separatistas vascos” a los terroristas de ETA y es coautor del libro El renacer de Cataluña: cómo Cataluña se enfrentó al corrupto Estado español y al legado de Franco.
En la investigación hecha por Cardenal se constata que cuando APPG lanzó su web a principios de 2017, el contacto y titular del dominio que figuraba era el de la embajada catalana en el Reino Unido.
Por su contribución a la causa, este grupo de Westminster recibió el premio Memorial Francesc Macià 2019, de la Fundación Josep Irla, entidad vinculada a ERC.
Catalans UK
Los casals catalans que se encuentran por todas las grandes capitales europeas también han sufrido la instrumentalización del Govern. Algunos de una manera mucho más explícita que otros, como es el caso de Catalans UK, el Casal Català de Londres.
Lo que en un principio era un club social para emigrantes catalanes, había recibido una subvención de la Generalitat de 4.756 euros. Tres años más tarde, en 2016, y en pleno auge del movimiento separatista, la aportación de las arcas públicas catalanas se disparó hasta los 21.000 euros.
Este mismo año, las subvenciones otorgadas a 75 casales catalanes de 29 países ascendieron a 986.490 euros. Entre la actividad difundida por el Catalans UK se incluyó el escrache organizado por la ANC a Josep Borrell en el sitio donde impartía una conferencia el 20 de septiembre de 2017.
Su falta de neutralidad y pluralismo era tan evidente que se negaron, días después del 1-O, que la entidad constitucionalista Societat Civil Catalana celebrara un acto en su sede.
“Nos pagaron”
Uno de los aliados más fieles a la causa fue Nicolás Levrat, director de Global Studies Institute (GSI) en Ginebra, centro de estudios de la Universidad de Ginebra, que elaboró informes que en base al derecho internacional trataban de justificar el camino unilateral iniciado por el Govern.
Como director del GSI acogió un acto organizado por el Diplocat en el que participó Francesc Homs, exconsejero de Presidencia, y que tuvo un coste de 5.056 euros. Levrat coordinó tiempo después el informe El legítimo derecho a decidir de Cataluña: camino hacia la autodeterminación.
Levrat involucró a otros académicos para librar el frente universitario de la causa separatista como Guillaume Tusseau, jurista francés de Science Po (La Sorbona), a Sandrine Antunes, de la Universidad de Miño (Portugal) y Paul Williams, de la American University de Washington D.C..
“Nos pagaron, no mucho pero nos pagaron”, admitió Levrat a instancias de Cardenal.
Según el Tribunal de Cuentas, Levrat se embolsó 13.500 euros; y Antunes y Williams 12.300 euros y 10.188 euros respectivamente. Además de los gastos pagados para publicar su informe en Barcelona.
Cambridge University Catalans Society
La Universidad de Cambridge también cuenta con un grupo, Cambridge University Catalans Society (CUCS) que sirve al Govern para propagar sus tesis partidistas en centros académicos.
Este grupo fue el que promovió una charla del abogado de Clara Ponsatí, Aamer Anwar, cuando se trata de un club catalán para, en teoría, promover la lengua, la historia y la cultura catalana.
EL CUCS también decidió apuntarse al procés con una nota, a propósito del juicio en el Tribunal Supremo a los principales cabecillas del desafío independentista, denunciando “el injusto castigo a líderes catalanes elegidos democráticamente”.
Además, el tesorero del CUCS, Enric Stern, fue condenado por quemar con la cara tapada fotos de Juan Carlos I en una visita que el Rey Emérito hizo a Gerona en 2007.
Institut Ramón Llull
El Instituto Ramón Llull (IRL) ha sido, antes de las delegaciones, el principal instrumento de “poder blando” (soft power) que ha tenido la Generalitat en el exterior.
Sus máximos dirigentes, a menudo, se han excedido de su rol de promover la cultura catalana. Afra Pujol, por ejemplo, es la presidente del CUCS que, bajo su mandato, avaló el alineamiento de este club con las posiciones del Govern y, además, forma parte de la red internacional de profesores del Institut Ramón Llull.
Esta institución asume el coste de los salarios de los profesores catalanes que las universidades extranjeras acogen. Tiene suscritos más de 87 acuerdos en 27 países.
En 2018 el Instituto Ramón Llull desembolso 1.478.461 millones de euros, según se refleja en La Telaraña. Entre 2011 y 2017, para financiar su red internacional, el IRL concedió subvenciones por otros 10.203.674 millones.
En los 19 centros universitarios de la red del IRL en el Reino Unido hay 28 académicos, de los cuales nueve de ellos han dejado rastro de su activismo nacionalista en las redes.
En Stanford, Estados Unidos, el profesor Joan Ramon Resina es uno de los miembros de esta red catalana. A iniciativa suya, Stanford creó, con el apoyo del IRL, la cátedra Juníper Serra. Bajo su tutela, se transformó el Departamento de Español en el actual Departamento de Estudios Ibéricos y Latinoamericanos.
En 2015, Resina envió una carta al presidente Obama tras la visita oficial que hizo Felipe VI a la capital estadounidense para afearle que defendiera “una España fuerte y unida” en su comparecencia ante los medios.
En su cátedra solo ha invitado ponentes de su misma cuerda: desde el exlehendakari Ibarretxe para que diera una charla sobre su apuesta de referéndum en el País Vasco, el expresidente del Barça Joan Laporta, el director de El Nacional José Antich o el sociólogo Salvador Cardús, profesor visitante pagado por el IRL.
London School of Economics
Una de las conferencias más sonadas fue la que organizó el Centro Cañada Blanch (CCB) en la London School of Economics (LSE).
El director del instituto de la LSE, Simon Hix, junto al ahora politólogo de la Universitat Pompeu Fabra, Toni Rodón, estuvieron a punto de convertir una conferencia en un aquelarre nacionalista.
Solo invitaron al abogado de Ponsatí, que lo presentaron como rector de la Universidad de Glasgow -omitiendo ser parte interesada-, a Clara Ponsatí, exconsejera de Educación huida de la justicia, y al historiador Paul Preston como moderador.
Gracias a la labor de Foro de Profesores, el politólogo José Ignacio Torreblanca se adhirió a última hora a la conferencia con el fin de que el nacionalismo no monopolizara una ágora académica tan relevante como la de la London School of Economics.
A petición de la entidad Foro de Profesores, la LSE confirmó haber recibido del IRL 86.000 y 43.000 euros en 2007 y 2008. Asimimo, se creó el Observatorio Catalán en el Centro Cañada Blanch de la LSE.
El CCB es un ejemplo más de un grupo creado para otros fines que ha sido totalmente patrimonializado por las figuras más próximas al nacionalismo catalán.