Las primeras tensiones dentro del Gobierno empiezan a emerger. Si Podemos se ha hecho fuerte con la cuestión migratoria, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se vio obligado a renunciar al endurecimiento de las políticas de asilo para inmigrantes, ahora la formación morada quiere ganar la batalla del feminismo a sus socios en el Ejecutivo. En ambos casos, la división de las carteras ministeriales juega en contra del PSOE.
Irene Montero es la titular de Igualdad y quiere hacer valer su posición. Desde el entorno de Podemos hace tiempo que, sotto voce, afirman tener cerrada la reforma legal que denominan ley del sólo sí es sí. Aunque la vicepresidenta Carmen Calvo o el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, han mostrado algunas reservas ante la iniciativa, Podemos quiere presentar su proyecto en vísperas del 8 de marzo, Dia de la Mujer.
Desde que se rubricó el acuerdo del Gobierno de coalición han aflorado divergencias entre los colectivos de cabecera del PSOE y los de Podemos en relación al movimiento LGTBI y las medias a tomar para avanzar hacia la igualdad sexual.
Sin embargo, la pugna por la ley del sí es sí es diferente. Las fuentes consultadas aseguran que “no es una cuestión de fondo”, sino más bien de quién capitaliza de cara al electorado la bandera del feminismo.
Lucha de egos
Una lucha de egos soterrada y que el Ejecutivo ha querido atajar públicamente con el inicio este miércoles de las comisiones de coordinación entre los grupos parlamentarios de PSOE y Podemos para abordar la reforma del Código Penal por lo que respecta a los delitos sexuales.
Desde el Ministerio de Justicia se subrayó que el cambio que pretende Montero del texto legal afecta a otros delitos, y que requeriría de una reforma más amplia. Pero el tiempo apremia y quieren que la ley de libertad sexual se anuncie en el próximo Consejo de Ministros.
Podemos no está dispuesto a que sus propuestas estrella se las arrebate al PSOE. Y, al mismo tiempo, desde las filas socialistas intentan ganar protagonismo en estas cuestiones que gozan de popularidad entre sus votantes, como es la de que salga adelante una nueva ley que endurezca y acabe con la división entre los delitos de agresión y abuso sexual.
Malestar con Calvo
En este sentido, una de las primeras ruedas de prensa que ofreció Calvo se centró casi en exclusiva en cuestiones de feminismo y libertad sexual. Una situación que generó malestar en Podemos y que el entorno de Iglesias y Montero interpretó como una tentativa de la vicepresidenta de mantener de forma tácita sus competencias en la materia. Cabe recordar que las competencias de Igualdad estaban bajo su Ministerio de Presidencia y Relaciones con las Cortes antes del acuerdo con Podemos.
La disputa por la cartera de Igualdad llegó a ser uno de los motivos principales que precipitaron la convocatoria de elecciones del 10 de noviembre tras el fracaso de las negociaciones entre ambos partidos.
Ahora está por ver si las reticencias en este terreno entre socios de Gobierno persisten una vez se apruebe la ley o se arrastran a lo largo de la legislatura.