Exactamente a las 18.00 horas, la Secretaría de Estado de Comunicación anunciaba que había terminado el Consejo de Ministros extraordinario por el coronavirus. El más importante y el más largo de los recordados. El que debía aprobar el Real Decreto de medidas extraordinarias para imponer el estado de alarma en todo el país.
Su comparecencia, prevista para las 14.00 h se fue retrasando a las 15.00 h y luego, sin horario. Finalmente, una hora después de acabar el Consejo de Ministros se anunció que el presidente dará una rueda de prensa para explicar el Real cdecrfeto a las 20.00 horas. Definitivamente, no compareció hasta las 21.00 horas.
Una tercera reunión de la semana del Gobierno que se alargó muchísimo más de lo previsto por las diferencias internas. El Ejecutivo fue convocado este viernes desde Moncloa de manera urgente y, sobre todo, "presencial". Así lo explican las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL al ser preguntadas por la razón de que Pablo Iglesias, vicepresidente segundo y sometido a cuerentena, estuviera presente en Moncloa.
Ésa era una de las polémicas abiertas desde primera hora de la mañana, cuando se conoció que Iglesias no participaría por videoconferencia a los debates. Según fuentes de la Vicepresidencia, el presidente le había convocado al Consejo de Ministros "y no se ha habilitado la asistencia telemática", como de hecho sí era el deseo de Iglesias. "Obviamente, se ha seguido un protocolo sanitario, definido desde Moncloa, para asegurar que su asistencia es perfectamente viable".
Las imágenes distribuidas por Moncloa muestran que ese protocolo fue, solamente, en sentar a cada uno de los ministros, vicepresidente y al presidente, Pedro Sánchez, a una distancia prudencial unos de otros, en una sala habilitada a tal efecto. Fuentes del Gobierno lo justificaron en que "el vicepresidente no ha contraído el virus". Al menos, que se sepa.
Pero la polémica real estaba dentro del Consejo. El intenso debate que está retrasando las deliberaciones y la resolución final del texto legal viene alimentado por las distintas posturas previas que había en el seno del Gobierno a cuenta de si es conveniente o no la misma declaración del estado de alarma.
División en el Gobierno
Durante la semana, según ha podido saber este periódico, han sido numerosas -e insistentes- las veces en las que Iglesias ha insistido al presidente sobre la conveniencia de tomar las riendas de la situación, liderar a la opinión y pública y no sólo tomar medidas, sino dar la sensación pública de que se sabe lo que se está haciendo. Incluso en una situación "sin precedentes" como es la actual, en palabras del propio Sánchez.
Sin embargo, el sector económico del gabinete mostraba serias dudas sobre la conveniencia de decretar el estado de alarma. El propio borrador de Real Decreto al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL explica que las medidas excepcionales "deben ahora intensificarse sin demora para prevenir y contener el virus y mitigar el impacto sanitario, social y económico".
Y ya Sánchez habló tanto el martes como el jueves y el viernes, en sus tres comparecencias de la semana ante los medios y la nación, de la "excepcional emergencia sanitaria y, consecuentemente, económica" que afronta España.
Decreto sin cerrar
Tal como ha podido saber este periódico, las medidas que decretará el Ejecutivo han llegado a la reunión del Consejo de Ministros sin estar cerradas. Han sido varios los borradores que se han hecho circular entre los ministros. Y durante la jornada, desde las 12.30 horas, se están repasando artículo por artículo, no sin discusiones. Así, la comparecencia del presidente, prevista para las 14.00 horas se retrasó primero a las 15.00 horas y finalmente se avisó a los medios de que no sería hasta media tarde.
Consecuentemente, se aplazó la cita telemática de Sánchez con los presidentes autonómicos, prevista para este sábado a las 17.30 horas, hasta la mañana de este domingo, orientativamente a las 10.30 horas.
El presidente solicitó a cada uno de los cuatro ministros a los que confiere "autoridad delegada" -Robles, en Defensa; Marlaska, en Interior, Ábalos, en Transportes; e Illa, en Sanidad- un informe con las medidas que consideraban necesarias para asegurar el más normal desarrollo del país dentro de la crisis: asegurar la salud de los ciudadanos, los suministros de materiales esenciales, y de productos de primera necesidad, etc.
Con esos borradores sobre la mesa, se presentaron los titulares de cada cartera en Moncloa. Después de dos horas y media de discusión, a las 15.00 horas se hizo un receso para comer, según fuentes conocedoras en Moncloa, cuando se acababan de cerrar las deliberaciones sobre el artículo 6, el que detalla la "limitación a la libertad de circulación" durante los al menos 15 días del estado de alarma. Tras la vuelta del almuerzo, la cosa fue más fluida y a las 18.00 horas se daba por cerrada la cita.
Las dificultades
Así, desde primera hora de la tarde se siguieron los debates, encallados en el artículo 7 del Real Decreto, que versa sobre las "requisas temporales y prestaciones personales obligatorias" que podrá decidir el Gobierno "para la prestación de los servicios de seguridad o de los operadores críticos y esenciales".
Fuentes internas del Gobierno anticipan también discusiones difíciles cuando se llegue a los artículos 10, 11 y 12. Es decir, los que detallan las "medidas de contención en el ámbito de la actividad comercial", las "referidas a establecimientos y actividades recreativos, actividades de hostelería y restauración y otras adicionales, y las que tienen que ver "con los lugares de culto y con las ceremonias civiles y religiosas".
El ala más social del Gobierno, en todo caso, intentará introducir salvaguardas que creen que le pueden faltar al texto normativo. En sus 20 artículos, tres disposiciones adicionales y cuatro disposiciones finales -al menos del borrador-, fuentes cercanas a Unidas Podemos apuntan que la presencia de Iglesias -más allá de la polémica por haberse saltado la cuarentena- era imprescindible en este sentido.
La intención es añadir puntos o compensar algunas redacciones de otros para defender a "los más vulnerables" en esta crisis: las pequeñas y medianas empresas, los autónomos, los mayores y la infancia. Cuando Sánchez concluyó que el apartado económico-social no avanzaba, decidió dejarlo para el próximo martes... ne otra reunión del Consejo de Ministros.