Un juez ha impedido el derribo del monumento en honor al crucero Baleares situado en Palma de Mallorca. El monolito, en pie desde 1948, reconoce a los casi ochocientos fallecidos a bordo de esta embarcación, que combatió en la Guerra Civil del lado franquista. El buque fue hundido por varios destructores republicanos en marzo de 1938.
La sentencia del juzgado de instrucción contradice los deseos del tripartito de la izquierda y los nacionalistas que gobierna el Ayuntamiento palmesano. El Ejecutivo municipal comunicó sus intenciones de acabar con la estructura "fascista", pero este magistrado acaba de reconocer el "valor histórico, artístico y arquitéctonico" de la pieza. Una catalogación que lo blinda frente a próximas actuaciones.
Tomeu Berga, de Sociedad Civil Balear, fue uno de los defensores del monumento ubicado en el parque de Sa Feixina. Aduce que el "partido está casi ganado", pero el Consell de Mallorca ya ha anunciado que recurrirá el fallo, por lo que deberá pronunciarse el Tribunal Superior de Justicia Balear (TSJB).
Berga, en conversación con este diario, asegura que esperaban una sentencia "positiva": "Estábamos casi seguros de que el juez nos daría la razón, pero creíamos que se iba a limitar a reconocer el valor histórico. Finalmente, también ha incluido la importancia arquitectónica".
La contextualización
¿Por qué los defensores del monumento eran tan optimistas? La corporación municipal de 2007 -también un tripartito de izquierdas- no apostó en su día por el derribo. En 2010, ya vigente la Ley de Memoria Histórica, el Consistorio borró alguno de los símbolos del monolito -el escudo del águila y las loas a los caídos- y añadió esta placa en cinco idiomas: "Este monumento fue erigido en el año 1948 en recuerdo de las víctimas del hundimiento del Baleares durante la Guerra Civil. Hoy es para la ciudad símbolo de la voluntad democrática de no olvidar nunca los horrores de las guerras y las dictaduras".
Esa contextualización, labrada por el mismo PSOE que hoy desea el derribo, dio alas a los defensores. "Aquella placa ha resultado definitiva. Es obra de una alcaldesa socialista. El monumento ya se adaptó a la ley de Memoria", indica Berga. Partido Popular y Ciudadanos también han estado en contra del derribo.
El juzgado de lo contencioso-administrativo ha puesto fin con su sentencia a una disputa de cuatro años. La Real Academia de la Historia, y la de San Fernando, entre otras, también apostaron por conservar el homenaje al crucero Baleares.
Inaugurado por Franco
"Se conmemora el hundimiento, y no sus acciones de guerra", resume la sentencia. Este punto es importante. Las asociaciones memorialistas incluían entre sus quejas la participación del Baleares en bombardeos a la población civil durante el episodio conocido como "la carretera de Málaga".
Berga, de Sociedad Civil Balear, dice que la tripulación del barco "también estaba formada por republicanos": "Había mucha población obrera que fue reclutada obligatoriamente con los llamamientos de quintas".
Franco convirtió los azares del crucero Baleares en una de las "enseñas" de su naciente dictadura. Un episodio que fue materia de los creadores literarios del régimen, igual que el Alcázar de Toledo. Él mismo acudió a Palma para la inauguración.
Poco después de su hundimiento, el periódico local Última Hora -todavía existe- dio inicio a una recaudación de fondos para sufragar la construcción del monolito. La cifra alcanzó las 100.000 pesetas.
El Baleares fue ideado durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, pero su botadura no llegó hasta 1932. Cuando el bando sublevado quiso dedicarlo a labores de guerra, tuvo que completar sus torres de artillería.