Ni los 47.000 contagiados ni los más de 4.500 fallecidos por Covid-19 en Cataluña han logrado modificar las prioridades del independentismo catalán. Mientras el resto de comunidades se han apresurado a cancelar casi todas las fiestas y eventos públicos masivos programados para los próximos meses, el Gobierno catalán guarda un significativo silencio respecto a la Diada del 11 de septiembre de este año.
Han sido actores extraparlamentarios como Carles Puigdemont y la Asamblea Nacional Catalana (ANC) los primeros en presionar públicamente al Gobierno regional insinuando el formato que podría adoptar la Diada de este año.
El jueves, el expresidente prófugo habló durante una entrevista en la cadena de radio RAC1 de una manifestación "que podría dar la vuelta al mundo". "Si se tiene que organizar una manifestación, la distancia social se tendrá que prever" dijo Puigdemont durante una conversación en la que nunca pareció plantearse seriamente la posibilidad de que la Diada sea suspendida.
Según la tesis del presidente, que ve la Diada de este año como una oportunidad más que como un riesgo, las concentraciones separatistas han destacado cada año por sus "coreografías". Y de ahí su propuesta de que la concentración de este año sea aprovechada por el nacionalismo como elemento de propaganda internacional.
El modelo propuesto por Carles Puigdemont es el de la manifestación de protesta contra Benjamín Netanyahu organizada por la oposición en Tel Aviv el pasado 19 de abril. En los vídeos y las fotos de la manifestación que han circulado por las redes sociales puede verse a 2.000 personas manifestándose en una plaza de Tel Aviv sin romper la regla de los dos metros de separación.
El formato propuesto por la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, es sensiblemente diferente al de Puigdemont. Según Paluzie, la Diada de 2020 tendrá que hacer uso de "la imaginación y la creatividad" y adaptarse a la evolución de la pandemia.
Según Paluzie, cualquier planificación es todavía "prematura", aunque la presidenta de la ANC ha propuesto ya una movilización "digital" que evite el riesgo asociado a una hipotética congregación de decenas de miles de personas.
Hoja de ruta rota
La responsabilidad de la ANC es mucho mayor que la del expresidente prófugo. Como principal organizadora de la concentración central de la Diada, corresponde a la ANC decidir cuál será el formato adoptado por esta.
La ANC tiene por tanto que decidir, en ausencia de una prohibición explícita del Gobierno central o del autonómico, si la concentración central de la Diada de este año se aplaza o se suspende.
La de Paluzie no es, en cualquier caso, la única organización civil que convoca actos ese día, aunque ninguna de ellas se ha manifestado de momento respecto a la Diada de 2020. En años anteriores, los preparativos de la Diada habían arrancado ya a estas alturas del año.
La pandemia ha trastocado la hoja de ruta del separatismo para los próximos meses. A las dudas sobre la celebración de la Diada se suma la incertidumbre sobre la fecha definitiva de las elecciones y el aplazamiento de la mesa de diálogo, con consecuencias evidentes en la situación de los presos del procés.
Todo ello ha alterado sensiblemente la posición que ocupan JxCAT y ERC en relación al Gobierno de Pedro Sánchez y podría incluso modificar su política de alianzas durante los próximos meses.
Sin fiestas ni conciertos
La actitud del separatismo catalán contrasta con las decisiones adoptadas por el resto de gobiernos regionales españoles e incluso por las administraciones locales de otros países de la UE.
En Madrid no se celebrará ninguna de las fiestas y eventos programados, de momento, hasta octubre, y entre ellos la feria de San Isidro, las fiestas de Malasaña o la verbena de la Paloma del barrio de La Latina. "Las fiestas volverán a Madrid, pero este año no podrá ser posible", ha dicho la vicealcaldesa Begoña Villacís. "La prudencia nos obliga a tomar la decisión de evitar cualquier aglomeración".
También se han cancelado los Sanfermines de este año. Una decisión previsible que Ana Elizalde, la alcaldesa de Pamplona en funciones por la convalecencia por Covid-19 del alcalde Enrique Maya, ha tomado después de encargar un informe a los servicios jurídicos municipales.
La cancelación de las fiestas de Madrid y de los Sanfermines se suman a las de la Semana Santa, la feria de Abril de Sevilla, la feria del Caballo de Jerez, las Hogueras de San Juan en Almería y la Tomatina de Buñol, que ha trasladado los actos previstos para la celebración de su 75 aniversario a 2021.
Se han suspendido igualmente centenares de festividades menores en poblaciones de pequeño y mediano tamaño. Todos los conciertos programados para los próximos meses se han cancelado.
En Cataluña, algunos de los expertos que asesoran al Gobierno autonómico catalán hablan ya de un periodo de dos años de transición en los que sólo podrán acudir a conciertos o actos multitudinarios aquellos ciudadanos que cuenten con un "pasaporte virológico".
Continúan en el aire, aunque con muchas probabilidades de suspenderse finalmente, las fiestas del Pilar de Zaragoza y San Lorenzo de Huesca, así como la feria de Albacete. Lo mismo ocurre con la feria de Málaga, que debería celebrarse en agosto, pero que peñas, centros culturales y casas regionales dan ya por prácticamente cancelada, a la espera de la decisión de la edil de fiestas Teresa Porras. La única alternativa a la cancelación, una feria con estrictas restricciones de aforo y de separación entre visitantes, se considera en extremo dificultosa.
Tampoco la Oktoberfest
En Alemania, las autoridades de la ciudad de Múnich y de la región de Baviera han suspendido la fiesta de la cerveza, el famoso Oktoberfest, que este año se iba a celebrar desde el 19 de septiembre al 4 de octubre.
En el Oktoberfest se reúnen cada año cerca de seis millones de visitantes, dos de ellos procedentes del extranjero. "Los riesgos son demasiado elevados", ha dicho Marküs Soder, ministro presidente de la región de Baviera, cargo equivalente al de un presidente autonómico.
Cientos de eventos internacionales han sido cancelados por el Covid-19. Al Mobile World Congress de Barcelona se han sumado la maratón de Berlín, el festival de Glastonbury, Eurovisión, prácticamente todos los actos LGBT organizados para el mes de junio con ocasión del Día Internacional del Orgullo y la Comic-Con de San Diego, así como centenares de elecciones nacionales y locales en todo el mundo.
En Francia aún existe mal recuerdo del mitin de Puigdemont del 29 de febrero en Perpiñán. Se considera que aquel acto multitudinario hizo que se propagase el coronavirus en la ciudad, principal foco de la epidemia en el sur del país.